Cómo la guerra de Rusia alimenta un imperio funerario de 500 millones de dólares dirigido por la mafia

En la década de 1990, los gánsteres de San Petersburgo asesinaron al personal de la morgue que se resistió. En la década de 2000, el negocio funerario se encontraba entre los más criminales de Rusia. Ahora, la guerra hace que las ganancias se disparen, mientras que las indemnizaciones por el entierro de los soldados siguen estando limitadas.

Paso 1: Conoce a tus muertos

La corrupción es la norma. En abril de 2025, un magnate funerario sobornó a la policía para obtener listas de fallecidos, adelantándose a las familias a la hora de recibir la noticia. Una táctica habitual de las bandas para asegurarse las ventas antes que sus rivales.

Paso 2: Asesinato

Casos impactantes, como la adquisición de un hospital ruso por parte del magnate funerario Roman Ikizli, muestran cómo se puede extorsionar y descuidar a los pacientes, acelerando la muerte de los enfermos graves a cambio de dinero.

Paso 3: “Protección”

Cuando no se aprovechan de los cadáveres, las bandas vinculadas a la policía imponen el chantaje «Krysha» (literalmente, «techo») a las funerarias, los depósitos de cadáveres y los cementerios. Los pagos de Krysha garantizan el acceso al mercado y la seguridad.

Paso 4: Ganancias

Las muertes durante la guerra impulsan un auge de 500 millones de dólares en 2025: más de 200 nuevas empresas funerarias, con precios de ataúdes y tarifas de excavación de tumbas en alza.