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Cómo Rusia robó casi 40 bombarderos estratégicos a Kazajstán y se salió con la suya

Cómo Rusia robó casi 40 bombarderos estratégicos a Kazajstán y se salió con la suya

El núcleo de la flota rusa de bombarderos estratégicos de largo alcance Tu-95MS -todavía en servicio- no se construyó íntegramente en el país ni se adquirió mediante acuerdos formales, sino que fue en gran parte robado.

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Según datos de fuentes abiertas e historiadores de la aviación, Rusia robó encubiertamente hasta 40 bombarderos Tu-95MS de Kazajstán -más de 1,5 veces el tamaño de la flota operativa rusa de la época- mediante un plan que incluía intercambios de aviones, manipulación burocrática e inercia de la época de la Guerra Fría, informó el 6 de mayo el medio de defensa ucraniano Defense Express.

Aunque la transferencia de bombarderos y misiles de crucero ucranianos a Rusia en 1999 a cambio de una deuda de gas suele atraer la atención pública, en 1992 se produjo un robo mucho mayor y menos conocido.

Lo que hace que este robo sea aún más audaz es lo bien que Rusia cubrió sus huellas.

Alineación de Tu-95MS rusos en la base aérea de Engels, 2005. (Fuente: Wikimedia)
Alineación de Tu-95MS rusos en la base aérea de Engels, 2005. (Fuente: Wikimedia)

¿Por qué Kazajstán?

El colapso de la Unión Soviética en 1991 dispersó sus activos militares por los nuevos Estados independientes. En aquel momento, el Tu-95MS -un bombardero estratégico con capacidad nuclear- dejó de fabricarse.

El último salió de la línea de producción de la planta de aviación de Kuibyshev en febrero de 1992, dejando a Rusia sin capacidad para reponer o ampliar su flota mediante la fabricación.

En ese momento, Kazajstán se encontró inesperadamente en posesión de la mayor flota de Tu-95MS del mundo: 40 aviones.

De ellos, 27 eran variantes MS-16 capaces de transportar misiles de crucero externamente, y 13 eran variantes MS-6 con bahías para misiles sólo internas. En comparación, las Fuerzas Aéreas rusas sólo tenían entre 22 y 27 bombarderos Tu-95MS, junto con 45 Tu-95K-22 más antiguos y 7 versiones de entrenamiento del Tu-95K.

Los bombarderos Tu-95MS de Kazajstán formaban parte de la 79ª División de Aviación de Bombarderos Pesados con base en Semipalatinsk-2 (también conocida como Chagan), una base de la época de la Guerra Fría que ahora está abandonada.

El nuevo gobierno de Kazajstán carecía de pleno control sobre sus activos de aviación estratégica soviéticos heredados, una oportunidad que Rusia aprovechó.

Cómo funcionó el atraco

A grandes rasgos, Rusia se aprovechó de la inexperiencia de Kazajstán, así como de la coordinación militar soviética residual, para llevar a cabo el plan. A principios de 1992, las tripulaciones de bombarderos rusas y kazajas aún realizaban vuelos de entrenamiento conjuntos entre Semipalatinsk-2 y aeródromos como Ukrainka, en el Lejano Oriente ruso.

Cuando los bombarderos kazajos Tu-95MS aterrizaban en Rusia para entrenarse, las tripulaciones rusas devolvían a Kazajstán los antiguos Tu-95K en su lugar, contando con la lealtad o confusión del personal kazajo para facilitar el intercambio. Cuando los dirigentes militares kazajos se dieron cuenta de lo que había ocurrido, ya era demasiado tarde para anular el intercambio.

Otra versión es aún más sencilla: los bombarderos kazajos Tu-95MS volaron a Rusia según lo previsto, pero Moscú simplemente nunca les permitió regresar. En este caso, no hubo necesidad de orquestar un intercambio; Rusia simplemente retuvo los aviones una vez que estuvieron dentro de su territorio.

Fuentes rusas afirman que sólo entre 16 y 18 bombarderos Tu-95MS fueron sustraídos de Kazajstán entre febrero y marzo de 1992. Pero esto plantea una cuestión crítica: ¿cuándo y cómo se llevaron los otros 22-24 aviones? No hay registros claros de los aviones restantes, ni de si Kazajstán recibió a cambio aviones Tu-95K o Tu-95K-22 más antiguos.

Tampoco se sabe qué hizo Kazajstán con los aviones que recibió a cambio, si los desguazó, los almacenó o los integró en programas de formación de pilotos.

Un robo estratégico, sin consecuencias

Este caso revela cómo Rusia adquirió la base de su actual fuerza de bombarderos estratégicos, no mediante la producción o un tratado, sino a través del engaño y el oportunismo postsoviético.

A pesar de la magnitud del robo, Rusia no se ha enfrentado a ninguna consecuencia. Por el contrario, los bombarderos Tu-95MS robados siguen activos hoy en día, formando una parte clave de la capacidad de ataque nuclear de largo alcance de Rusia, una capacidad construida silenciosamente sobre una traición de la época de la Guerra Fría.

Ahora, Rusia utiliza ampliamente estos bombarderos para llevar a cabo ataques con misiles balísticos contra Ucrania desde el inicio de la invasión a gran escala en 2022.

Anteriormente, surgieron informes de que el ejército de Rusia está desplegando activamente bombarderos estratégicos ucranianos que Kyiv entregó a Moscú en 1999 a cambio de saldar la deuda de Ucrania por el gas ruso importado.

Según la información disponible, al menos 6 de los bombarderos Tu-160 transferidos siguen en servicio activo en el ejército ruso.

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