- Categoría
- Últimas noticias
En el declive mundial del VIH, Rusia se desmarca: la crisis se agrava por la guerra y la presión conservadora

Según un informe de 30 de julio de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, la escalada de los gastos de guerra en Rusia está alimentando una crisis paralela de salud pública, ya que los programas de tratamiento y prevención del VIH carecen de recursos.
El cambio en las prioridades presupuestarias -impulsado por la movilización militar sostenida y el gasto en defensa- ha repercutido directamente en la epidemia de VIH del país, que es ahora la peor de Europa oriental y Asia central.
Oficialmente, más de 1,2 millones de rusos viven con el VIH, pero la cifra real puede ser considerablemente mayor. Desde 2022, el Kremlin ha desviado cada vez más fondos de la atención sanitaria civil a las necesidades de defensa, y los centros regionales de VIH se encuentran entre los más afectados.
«En Irkutsk y Kemerovo, las clínicas han perdido hasta la mitad de su financiación operativa, ya que los recursos se desviaron para apoyar la logística del servicio militar obligatorio y las administraciones militares locales», afirma el informe.

Según las entrevistas con médicos y trabajadores sanitarios locales, los reclutas recién movilizados que se sabe que son seropositivos suelen ser desplegados sin acceso a terapia antirretrovírica.
«Una vez reclutados, los soldados suelen ser eliminados por completo de los registros de tratamiento», señaló un especialista en divulgación de Ekaterimburgo que pidió permanecer en el anonimato.
Los grupos de derechos humanos han denunciado fallos sistemáticos en la entrega de medicamentos contra el VIH a las tropas de primera línea, mientras que algunas reservas destinadas a uso civil se han desviado a hospitales militares.
El resultado, según el informe, es un número creciente de casos de interrupción del tratamiento, resistencia viral y muertes evitables.
Las ONG independientes que antes ayudaban a mantener la continuidad de las pruebas y el tratamiento del VIH han sido clausuradas en virtud de la ley rusa de «agentes extranjeros». Los donantes internacionales -anteriormente responsables de cubrir una parte sustancial de los costes relacionados con el VIH- suspendieron su cooperación tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022. «El sistema nacional nunca fue diseñado para absorber este déficit de financiación», advertía el informe.
«Las prioridades militares del Estado han canibalizado el presupuesto sanitario», concluye el informe. «El tratamiento del VIH ya no se considera una cuestión de salud pública, sino una partida prescindible en tiempos de guerra».
Anteriormente, el Ministerio de Defensa ruso propuso rebajar las normas sanitarias para el servicio militar, permitiendo el servicio a reclutas con sífilis, hipertensión y ciertos trastornos psiquiátricos.
Las condiciones anteriormente exentas permitirían ahora la asignación a la categoría V, lo que significa que esas personas permanecerían en el ejército a pesar de estos problemas de salud.

-111f0e5095e02c02446ffed57bfb0ab1.jpeg)




