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Europa corre el riesgo de no alcanzar sus objetivos de defensa para 2030 si Rusia amplía su arsenal, advierte un nuevo informe

A pesar del significativo aumento del gasto en defensa desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, Europa podría seguir sin alcanzar el poderío militar necesario para 2030, advierte un nuevo estudio.
Las conclusiones, presentadas el viernes 20 de junio en Bruselas, proceden del Instituto de Kiel para la Economía Mundial y del think tank Bruegel, con sede en Bruselas, informa DW. Este informe actualizado se basa en su anterior evaluación de septiembre de 2024, que concluía que Europa no estaría preparada para una gran confrontación militar hasta dentro de varias décadas.
«Si Europa pretende estar preparada para la guerra en 2030, el panorama es aún más preocupante», afirma el Instituto de Kiel en un comunicado de prensa.
El estudio se basa en datos del Kiel Military Procurement Tracker, que compara la producción militar rusa con la adquisición de armamento en Alemania, Reino Unido, Polonia y Francia entre 2020 y 2025.
Según DW, en los últimos tres años Rusia ha ampliado significativamente tanto la cantidad como la calidad de sus capacidades militares. En respuesta, el gasto europeo en defensa ha pasado de una media del 1,4% del PIB a más del 2%, y se espera que siga creciendo.
Sin embargo, los investigadores señalan que Rusia sigue manteniendo una ventaja considerable en cuanto al número de sistemas de armamento desplegados. Según el informe, para acortar distancias, Europa tendría que quintuplicar la producción de defensa y acelerar los plazos de adquisición.
Al mismo tiempo, el estudio destaca el aumento de la producción europea de obuses y proyectiles de artillería, que ahora «casi cumplen los requisitos para una disuasión creíble». La producción anual ha aumentado a más de 400 obuses, frente a los 168 de 2022, y cada año se fabrican millones de proyectiles.
A pesar de estas mejoras, el informe subraya que la producción europea de carros de combate, vehículos de combate de infantería, misiles y aviones de combate sigue estando muy por debajo de los niveles requeridos. Según los autores, la producción de tanques y vehículos blindados debe multiplicarse por seis para igualar el ritmo de rearme de Rusia. También debe ampliarse urgentemente la capacidad de producción de misiles.
Otra vulnerabilidad clave es la dependencia europea de Estados Unidos para las tecnologías armamentísticas avanzadas. El estudio señala que la producción nacional de sistemas de alta gama sigue siendo limitada y, por término medio, más cara que las alternativas extranjeras.
Para solucionar este problema, los investigadores recomiendan dar prioridad a la inversión en nuevas tecnologías militares que hayan demostrado su eficacia en el campo de batalla de Ucrania. En la actualidad, Europa gasta unos 13.000 millones de euros anuales en I+D en defensa, muy por debajo de los 145.000 millones invertidos por Estados Unidos.
«Reforzar la base industrial europea y reducir la dependencia tecnológica será esencial para la seguridad a largo plazo», concluye el informe.
Anteriormente, se informó de que la OTAN había completado con éxito las pruebas de sistemas avanzados capaces de interceptar las bombas aéreas guiadas rusas (KAB), un paso importante hacia la neutralización de una de las armas más destructivas del Kremlin en el campo de batalla. Se espera que la tecnología se entregue a Ucrania a finales de 2025.






