Georgia estalla en caos después de que el partido prorruso se proclame vencedor; la policía detiene a líderes de la oposición

La policía antidisturbios georgiana utilizó cañones de agua y gas pimienta para dispersar a los manifestantes frente al palacio presidencial en Tiflis a última hora del 4 de octubre, deteniendo a varias figuras de la oposición tras los enfrentamientos que estallaron durante las elecciones locales, según Echo of the Caucasus y el Servicio Georgiano de RFE/RL.

El viceministro del Interior, Aleksandre Darakhvelidze, dijo que cinco organizadores de la protesta habían sido detenidos, entre ellos el activista y ex cantante de ópera Paata Burchuladze y la figura de la oposición Murtaz Zodelava.

Se les acusó de «incitar al derrocamiento violento del orden constitucional» y «participar en actos de violencia colectiva organizada», delitos que conllevan penas de prisión de hasta nueve años, según informó el ministerio.

El primer ministro Irakli Kobakhidze declaró que «el intento de derrocar al Gobierno ha fracasado» y prometió «castigos severos» para los implicados. «En los próximos días se tomarán medidas mucho más estrictas», afirmó, y añadió que las autoridades estaban siguiendo de cerca la situación.

Miles de personas con banderas de Georgia y de la Unión Europea se habían reunido en el centro de Tiflis después de que los partidos de la oposición instaran a los ciudadanos a boicotear las elecciones municipales del 4 de octubre, denunciando lo que describieron como un proceso fraudulento que favorecía al partido gobernante Sueño Georgiano.

Según la Comisión Electoral Central, el partido se proclamó vencedor en todos los municipios, y el alcalde de Tiflis, Kakha Kaladze, habría obtenido más del 70 % de los votos.

La policía afirmó que cuando los manifestantes intentaron romper la valla que rodea el palacio presidencial, la manifestación «superó los límites establecidos por la ley». Testigos y grabaciones publicadas por el Servicio Georgiano de RFE/RL mostraron a los agentes utilizando cañones de agua, gas lacrimógeno y spray pimienta para dispersar a la multitud.

El Ministerio del Interior informó de que 21 agentes de policía y seis manifestantes resultaron heridos durante los enfrentamientos, aunque estas cifras no pudieron verificarse de forma independiente.

Antes de su detención, Burchuladze había pedido a las fuerzas del orden que «escucharan la voz del pueblo» y detuvieran a altos cargos de Sueño Georgiano.

La expresidenta Salomé Zurabishvili, que se ha opuesto públicamente al partido gobernante, condenó la violencia y acusó al Gobierno de «montar» el asalto al palacio para desacreditar a la oposición. «Esta parodia de ataque solo pudo ser orquestada por el propio régimen», afirmó.

Las organizaciones de derechos humanos también expresaron su preocupación por la represión. Amnistía Internacional afirmó que había documentado «una campaña de represión a gran escala, que incluía enjuiciamientos por motivos políticos de figuras de la oposición, restricciones a los medios de comunicación y a la sociedad civil, y detenciones arbitrarias generalizadas».

Anteriormente, el 28 de noviembre, el primer ministro georgiano, Irakli Kobakhidze, anunció que Georgia retrasaría las negociaciones de adhesión a la UE hasta finales de 2028. La decisión desencadenó protestas masivas en Tiflis, donde miles de personas se reunieron en la Plaza de la Libertad. Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes se tornaron violentos, y las autoridades utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.

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