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La Iglesia Ortodoxa Rusa absorbe 1.600 parroquias ucranianas durante la ocupación en curso

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania condenó a Rusia por la persecución religiosa que está llevando a cabo en los territorios ucranianos ocupados, acusando a Moscú de asesinar a decenas de clérigos y causar importantes daños a lugares de culto.
Según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores el 10 de abril, desde el comienzo de la invasión a gran escala de Rusia en 2022 han muerto 67 clérigos de diversas confesiones, muchos de ellos en los territorios ocupados.
Estas cifras fueron facilitadas por la Alianza Internacional para la Libertad Religiosa o de Creencias.
Además de los asesinatos, las fuerzas de ocupación rusas han detenido ilegalmente a más de 30 figuras religiosas. Más de 640 edificios religiosos, entre ellos 596 iglesias cristianas, han sido dañados o destruidos, informó el ministerio.
«El Estado ruso, junto con la Iglesia Ortodoxa Rusa, ha llevado a cabo una represión sistemática de las comunidades religiosas en las tierras ucranianas ocupadas, con el objetivo de erradicar la diversidad religiosa y la identidad espiritual ucraniana», declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores.
La Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) habría absorbido ocho diócesis de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú, incorporando más de 1.600 parroquias y 23 monasterios.

Esta medida se produce en medio de un esfuerzo más amplio de Moscú por suprimir las iglesias ucranianas independientes y otras comunidades religiosas, como la Iglesia Ortodoxa autocéfala de Ucrania, la Iglesia Católica Griega Ucraniana, la Iglesia Católica Romana, los grupos protestantes y musulmanes y los Testigos de Jehová.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano, estos grupos han sido objeto de acusaciones penales, redadas, amenazas y presiones físicas por parte de las autoridades rusas de ocupación.
La Iglesia Ortodoxa de Ucrania ha dejado de existir casi por completo en la Crimea ocupada, y su última iglesia en la península fue destruida en junio de 2024.
En su declaración, el Ministerio de Asuntos Exteriores hizo un llamamiento a todas las iglesias, organizaciones religiosas y personas de todo el mundo para que tomen nota de la persecución rusa de las comunidades religiosas en Ucrania, haciendo hincapié en que las acciones rusas violan el derecho humano básico a la libertad religiosa.
Esta persecución, según funcionarios ucranianos, se remonta a 2014, tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia y la ocupación de partes de las regiones de Donetsk y Luhansk.
Las comunidades musulmanas tártaras de Crimea y varias confesiones cristianas de la región de Donbás han sido los principales objetivos de las acciones represivas de Rusia.
El Ministerio declaró: "Los representantes de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, las comunidades protestantes, las iglesias católicas romana y griega, las organizaciones musulmanas y todos aquellos representantes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana que discrepan del régimen de ocupación sufren represión. Se fabrican causas penales contra ellos, se realizan registros y se enfrentan a amenazas y presiones físicas".
Ucrania ha aprobado una ley que podría prohibir la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, vinculada a Moscú, debido a sus lazos con la Iglesia Ortodoxa Rusa, a la que se considera estrechamente alineada con el gobierno ruso y su invasión de Ucrania.
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