La UE presentará el 6 de mayo un plan largamente aplazado para reducir las importaciones rusas de energía

La Unión Europea presentará el 6 de mayo una estrategia largamente aplazada para eliminar progresivamente las importaciones rusas de petróleo y gas, según Reuters. La publicación del plan, que ya se ha pospuesto dos veces, describe cómo el bloque pretende poner fin a su dependencia de los combustibles fósiles rusos para 2027, una promesa hecha en respuesta a la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.

Fuentes de las instituciones de la UE dijeron a Reuters que el retraso se debe en parte a la incertidumbre en torno a la política comercial de Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump. La UE aplazó recientemente 90 días los aranceles de represalia contra Estados Unidos, y se espera que el comercio energético sea un tema clave en las próximas negociaciones entre Bruselas y Washington.

Aunque las importaciones de gas por gasoducto procedentes de Rusia han disminuido drásticamente desde 2022, la UE aumentó sus compras de gas natural licuado (GNL) ruso en 2024, alcanzando una cifra récord. El año pasado, Rusia seguía representando el 19% del suministro total de gas y GNL de la UE.

A diferencia del petróleo, las importaciones de gas ruso no han sido objeto de sanciones de la UE. Hungría ha prometido bloquear tales medidas, que requieren la aprobación unánime de todos los Estados miembros. Otros gobiernos también se han mostrado reacios a apoyar una prohibición total del GNL ruso si no existen fuentes alternativas fiables.

Hasta ahora, la Comisión Europea no ha revelado qué herramientas o políticas concretas se incluirán en la próxima hoja de ruta para acelerar el abandono de la energía rusa.

La eliminación total del gas ruso exigiría aumentar las importaciones de EE.UU. y otros proveedores. La UE ya ha manifestado su disposición a aumentar las importaciones de GNL de Estados Unidos. El presidente Trump, por su parte, ha dicho que las exportaciones de energía estadounidense a Europa serían una herramienta central para reducir el déficit comercial con la UE.

El GNL estadounidense desempeñó un papel crucial para compensar la escasez de gas en Europa durante la crisis energética de 2022. En 2024, Estados Unidos se convirtió en el tercer proveedor de gas de la UE, por detrás de Rusia y Noruega.

Sin embargo, a algunos grupos empresariales y diplomáticos europeos les preocupa que la excesiva dependencia del gas estadounidense pueda convertirse en una vulnerabilidad estratégica, especialmente dadas las repetidas sugerencias de Trump de que las exportaciones de energía podrían utilizarse como palanca en futuras conversaciones comerciales, escribió Reuters.

Mientras tanto, los altos ejecutivos de las principales empresas europeas han comenzado a sugerir que las importaciones limitadas de gas ruso—incluyendo los suministros de la empresa estatal Gazprom—podrían reanudarse en el futuro, según Reuters el 14 de abril.

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