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Operativos vinculados a Rusia condenados en Polonia por reclutamiento de Wagner

A mediados de febrero de 2025, un tribunal polaco condenó a dos ciudadanos rusos, Alexey Titov y Andrey Gontarev, a cinco años y medio de prisión por distribuir pegatinas a favor del Grupo Wagner en Varsovia y Cracovia. Las pegatinas llevaban el logotipo de Wagner , un código QR que enlazaba con un sitio de reclutamiento y el mensaje: "Estamos aquí. Únete a nosotros".
A petición de Meduza, la periodista polaca Agnieszka Pikulicka-Wilczewska siguió el juicio y documentó cómo las autoridades identificaron a los sospechosos, estrechamente vinculados a círculos nacionalistas rusos.
El caso llamó la atención como un raro ejemplo de actividad directa de influencia rusa en suelo polaco. Los hombres fueron detenidos en agosto de 2023 tras ser vistos por los lugareños colocando pegatinas en zonas turísticas. Posteriormente fueron detenidos en Varsovia con material en la mano.

Aunque el acto en sí era menor, el tribunal dictaminó que el contexto más amplio -la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania y las amenazas híbridas en curso- justificaba una respuesta de seguridad nacional. La juez Ewa Karp-Sieklucka subrayó que el objetivo era sembrar dudas sobre la capacidad de Polonia para defenderse, calificándolo de parte de una «guerra híbrida» dirigida por los servicios de inteligencia rusos.
La pareja negó los cargos de terrorismo y espionaje, pero las pruebas presentadas ante el tribunal los vinculaban a redes rusas de extrema derecha. Los fiscales revelaron que habían recibido instrucciones de controladores probablemente radicados en Rusia, que evitaban la vigilancia y que se les había dicho que no se relacionaran con ucranianos. Uno de sus presuntos reclutadores era Stepan Krivosheev, una figura vinculada a Konstantin Malofeev, un «oligarca ortodoxo» ruso conocido por financiar la propaganda pro-Kremlin y empresas militares.
Los investigadores descubrieron que ambos estaban implicados en el grupo nacionalista «Águila de dos cabezas» y habían recaudado fondos para los hinchas del Spartak de Moscú que luchan en Ucrania. Titov fue fotografiado en el funeral de Daria Dugina, hija del ideólogo de extrema derecha Alexander Dugin. Las autoridades también descubrieron pasaportes falsificados, escaneos de documentos en los que aparecían Dugin y el fundador de Wagner, Yevgeny Prigozhin, y pruebas de viajes anteriores a Berlín y París, donde supuestamente colocaron pegatinas críticas con la OTAN.
Los fiscales argumentaron que la operación se había programado deliberadamente para el gran desfile del Día de las Fuerzas Armadas en Polonia, con la intención de socavar la confianza pública. Desde entonces, las autoridades de Varsovia han incoado procedimientos contra cuatro presuntos manipuladores que se cree que operan desde Rusia.
Polonia se ha convertido en un objetivo clave de las operaciones híbridas rusas desde el inicio de la guerra a gran escala en Ucrania. Según estudios recientes, los actos de sabotaje y las actividades de influencia atribuidas a Rusia en toda Europa casi se triplicaron en 2024 en comparación con el año anterior. Solo en Polonia, 42 personas fueron detenidas en 2024 por actividades vinculadas a intereses rusos o bielorrusos.
Los expertos afirman que el caso refleja un cambio más amplio en la postura jurídica y de seguridad de Polonia. La nueva legislación aprobada en 2023 amplió la definición de espionaje para incluir actos como pintadas propagandísticas o distribución de material hostil. Se elevaron las penas mínimas, con lo que las autoridades pretendían disuadir a posibles colaboradores.
«Se trata de un enfoque innovador de las amenazas internacionales contemporáneas que se ciernen sobre Polonia y sobre toda Europa debido a las políticas agresivas e imperialistas de la Federación Rusa», declaró el fiscal Tomasz Dudek. «El objetivo es siempre el mismo: desacreditar, ridiculizar y debilitar el potencial social, político y económico de otro país mediante acciones que sólo están limitadas por nuestra imaginación».
Vincent Seversky, antiguo oficial de inteligencia polaco, señaló que el verdadero objetivo de la misión podría no haber sido las pegatinas en sí, sino el impacto psicológico. «Se trata de causar un efecto psicológico específico en la sociedad y en el espacio informativo. Se trata de sembrar la confusión, la duda, [y] señalar a la sociedad polaca: Cuidado, estamos cerca'».
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