Rusia obliga a los escolares ucranianos a entregar sus teléfonos para reforzar el control de la información

En los territorios temporalmente ocupados de Ucrania, las autoridades rusas están imponiendo nuevas restricciones a los escolares, inspeccionando sus teléfonos para bloquear el acceso a fuentes de información independientes.

Así lo informó el Centro Nacional de Resistencia a través de Telegram el 24 de septiembre.

Según el Centro, las escuelas están siendo testigos de nuevos casos de injerencia en la vida personal de los niños. Con el pretexto de «garantizar la seguridad» y culpando a los supuestos errores de los padres, los funcionarios de la ocupación han comenzado a realizar controles sistemáticos de los dispositivos de los estudiantes.

Testigos presenciales señalan que se presta especial atención a las aplicaciones instaladas. Los ocupantes se centran especialmente en detectar YouTube, Spotify y los servicios VPN, con el objetivo de privar a los niños del acceso a información sin censura y a contenidos modernos fuera del control de Rusia.

Mientras tanto, en la región de Luhansk, ocupada temporalmente, las fuerzas rusas están preparando sistemáticamente a los niños locales para su futura movilización en el ejército de ocupación, según informó el Centro Nacional de Resistencia el 12 de agosto. En Stanytsia Luhanska, combatientes de la Guardia Nacional de Rusia (Rosgvardiya), junto con activistas del partido gobernante del Kremlin, Rusia Unida, organizaron una supuesta «sesión de entrenamiento» para los miembros del club de fútbol local «Ataman», presentándola como parte de las celebraciones del Día Nacional del Deporte.

Según el informe, se obligó a los niños a realizar ejercicios de fuerza y resistencia, practicar combate cuerpo a cuerpo y repetir maniobras utilizadas por las fuerzas especiales. El Centro subrayó que estas acciones forman parte de la política deliberada de Rusia de militarizar a la juventud ucraniana en los territorios ocupados.

Anteriormente, se informó de que Rusia había comenzado a reclutar a niños ucranianos—muchos de ellos secuestrados en los territorios ocupados—para sus fuerzas armadas una vez que cumplían los 18 años.

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