Rusia reabre el Teatro Dramático de Mariúpol para ocultar uno de sus crímenes más mortíferos

Las autoridades de ocupación rusas en Mariúpol anunciaron la finalización de las obras de restauración del teatro dramático de la ciudad, destruido durante un ataque aéreo ruso en marzo de 2022.

Según el Ayuntamiento de Mariúpol, la inauguración está prevista para diciembre, según informó el 1 de noviembre.

«El lugar que se convirtió en uno de los mayores escenarios de un crimen de guerra ruso se está transformando ahora en un espacio para espectáculos y conciertos rusos», declaró el ayuntamiento ucraniano en un comunicado publicado en Telegram.

Las autoridades añadieron que las fuerzas de ocupación pretenden «representar obras de teatro rusas y, en efecto, “cantar y bailar sobre los huesos” de los residentes asesinados de Mariúpol».

Funcionarios rusos afirmaron que la reconstrucción se encuentra en su fase final. El edificio, gravemente dañado por un doble ataque aéreo en 2022, ha sido reconstruido por contratistas rusos.

El ayuntamiento señaló que, tras la ocupación de Mariúpol, las autoridades rusas vallaron la zona del teatro para impedir investigaciones independientes y ocultar la retirada de los cuerpos.

El 16 de marzo de 2022, aviones rusos lanzaron dos grandes bombas sobre el Teatro Dramático de Mariúpol, donde cientos de civiles se refugiaban de los bombardeos.

La palabra «NIÑOS» («ДЕТИ») estaba escrita con letras grandes en el exterior del edificio. Según Associated Press, al menos 600 personas murieron en el ataque, convirtiéndolo en uno de los incidentes más mortíferos de la invasión rusa.

El Ayuntamiento de Mariúpol y la oficina de comunicaciones militares de Ucrania informaron previamente que, durante las labores de reconstrucción rusas, los trabajadores vertieron hormigón sobre los restos de las víctimas y utilizaron cloro para enmascarar el olor de los cuerpos en descomposición.

Anteriormente, el presidente Volodymyr Zelenskyy comparó la reconstrucción rusa de Mariúpol con la de Grozni tras la guerra, afirmando que el objetivo era ocultar las pruebas de las matanzas y la destrucción masivas. En una entrevista con IlFoglio, señaló que hasta 20.000 personas podrían haber muerto durante el asedio, con miles aún desaparecidas y muchas sepultadas bajo los escombros.

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