Rusia crea una nueva lista de «países hostiles» contra la moralidad

Rusia aprobó su lista de «países hostiles» el 20 de septiembre, alegando que estas naciones «imponen ideologías neoliberales destructivas que contradicen los valores espirituales y morales rusos».

En total se incluyeron 47 países, como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y muchos otros. Hungría y Eslovaquia eran los dos únicos Estados de la UE que no figuraban en la lista, y Turquía era el único miembro de la OTAN excluido.

La lista, promulgada por decreto del dictador ruso Vladimir Putin, ofrece a los extranjeros «aprobados» que comparten los valores rusos una vía rápida para obtener la residencia temporal. 

Rusia tiene varios tipos de listas de «países hostiles», cada una de las cuales impone distintas restricciones a sus relaciones con Rusia. Una lista impone límites diplomáticos, como restricciones a la contratación, mientras que otra impone medidas comerciales y monetarias, lo que permite a Rusia pagar a los acreedores de estas naciones en rublos.

La lista -oficialmente denominada Orden Ejecutiva Presidencial n.º 243 sobre Medidas (Contramedidas) en Respuesta a Acciones Inamistosas de Estados Extranjeros- se aprobó por primera vez en junio de 2018. Los países se incluyeron por primera vez en la lista en abril de 2021, y se ha actualizado varias veces desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022.

Los países se añaden a la lista cuando han emprendido las llamadas «acciones inamistosas hacia las misiones diplomáticas y consulares rusas en el extranjero». La lista es técnicamente una versión de las contrasanciones rusas. 

Por ejemplo, cuando se añadió a Estados Unidos en abril de 2021, se prohibió a la embajada estadounidense contratar a empleados rusos.

Los países incluidos en la lista también han visto sus activos congelados o incautados por Rusia, en represalia por la incautación de activos rusos en el extranjero.

Los países añadidos desde la invasión a gran escala de Rusia tuvieron que abrir una cuenta bancaria especial en un banco ruso para recibir pagos, informó la Asociación de Defensores Acreditados ante la Política Pública de la Unión Europea (AALEP). No pueden recibir pagos en ninguna otra moneda internacional. Rusia espera que esto ayude a inflar su economía. 

Muchas empresas prometieron abandonar Rusia cuando comenzó la invasión a gran escala, pero acabaron quedándose y, desde entonces, se han enfrentado a pérdidas financieras. Muchas han dejado de operar o están intentando vender sus activos. 

Para contrarrestar las sanciones, Rusia aprobó un decreto que permite embargar cualquier activo ruso propiedad de empresas occidentales o de sus filiales rusas.

Las empresas europeas y estadounidenses han retirado aproximadamente el 40% de sus activos de Rusia, aunque se calcula que quedan unos 194.000 millones de dólares en activos extranjeros, según informó la Escuela de Economía de Kyiv.

Rusia impuso un descuento obligatorio del 50% a los activos de países «no amigos» vendidos a compradores rusos, además de un impuesto de salida del 15%. 

Los informes sugieren que es casi imposible para los países occidentales enviar a sus sedes los beneficios obtenidos en Rusia. Debido a las restricciones de la lista de «países hostiles», los beneficios deben mantenerse en cuentas rusas especiales, conocidas como cuentas C.

«La economía rusa está experimentando una presión colosal en estas condiciones», afirmó el Primer Ministro ruso, Mijaíl Mishustin, según los medios estatales rusos. «El paquete de sanciones y restricciones está siendo ampliado por países no amigos, están surgiendo desafíos logísticos, tecnológicos, financieros y de otro tipo. Sin embargo, bajo la dirección del Presidente, gracias a los esfuerzos coordinados del Gobierno y el Banco de Rusia, conseguimos contrarrestarlos».

Han aumentado las protestas públicas contra las empresas que decidieron permanecer en Rusia tras el inicio de la invasión a gran escala. Las que se quedaron se enfrentan a graves problemas financieros y consecuencias legales.

Algunas empresas anunciaron en 2023 sus planes de abandonar Rusia y se les embargaron sus activos.

Danone, fabricante de yogures, y Carlsberg, fabricante de cerveza, han sido algunos de los más afectados por las contrasanciones rusas. Danone pudo vender sus activos rusos, pero con un gran descuento, mientras que Carlsberg sigue inmersa en una batalla legal con Moscú, y ahora el valor de su negocio ruso es cero. 

«En este contexto, parecen los perdedores», afirmó Alexandra Prokopenko, miembro del Carnegie Russia Eurasia Center of Berlín.