- Categoría
- Contra las falsificaciones
¿Cuándo fue la última vez que Rusia celebró unas elecciones justas?

Ucrania ha celebrado cinco elecciones democráticas en los últimos 20 años, mientras que Rusia no ha celebrado ninguna. Sin embargo, ahora los informes sugieren que Moscú exige elecciones en Ucrania como parte de un supuesto «plan de paz». Pero, ¿cuándo fue la última vez que Rusia celebró unas elecciones justas?
Un alto corresponsal de la Casa Blanca para Fox News compartió el 18 de febrero de 2025 un «plan de paz» no confirmado de tres puntos, que proponía un alto el fuego, elecciones en Ucrania y un acuerdo final. El aspecto electoral fue el que más llamó la atención, ya que el líder ruso Vladimir Putin se niega a negociar con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, calificándolo de «ilegítimo» debido al aplazamiento de las elecciones bajo la ley marcial, impuesta como resultado de la guerra a gran escala de Rusia en Ucrania. Sin embargo, Zelenskyy ha declarado que no se opone a las elecciones si se cumplen las condiciones de seguridad.
El informe cita múltiples fuentes diplomáticas extranjeras que afirman que Estados Unidos y Rusia consideran que la celebración de nuevas elecciones en Ucrania es esencial para llegar a un acuerdo. La idea ya es polémica: Rusia no ha celebrado unas elecciones justas en al menos 20 años, y los ucranianos rechazan la perspectiva de un presidente títere prorruso.
— UNITED24 Media (@United24media) February 19, 2025
Sin embargo, a pesar de su historial de elecciones amañadas, Rusia está repentinamente obsesionada con la democracia de Ucrania. Según estas fuentes, Putin ve muchas posibilidades de instalar a un líder más complaciente, mientras que Trump parece abierto a cualquier resultado, incluso a una figura prorrusa. Ambos dudan de las perspectivas de reelección de Zelenskyy, aunque las últimas encuestas sitúan su índice de aprobación en el 57%.
Teniendo esto en cuenta, echemos un vistazo a la historia electoral de Rusia y comparémosla con la de Ucrania.
Una breve historia de las elecciones rusas modernas
1991 – Boris Yeltsin fue elegido como el primer presidente de Rusia.
1996–Boris Yeltsin fue reelegido.
2000–Vladimir Putin fue elegido.
2004–Vladimir Putin fue reelegido.
2008–Dmitry Medvedev fue elegido (Putin se convirtió en primer ministro).
2012–Vladimir Putin volvió a la presidencia.
2018–Vladimir Putin fue reelegido por tercera vez.
2024–Vladimir Putin fue reelegido por quinta vez.
Desde la creación de la Federación Rusa en 1991, el país ha celebrado ocho elecciones presidenciales. En los últimos 25 años, un hombre -Vladimir Putin- ha dominado la llamada «política electoral» rusa.
Mientras que las elecciones de 1991 y 1996 fueron relativamente competitivas, todas las elecciones desde 2000 han estado cada vez más amañadas, con candidatos de la oposición vetados (o asesinados), medios de comunicación controlados por el Estado y fraude generalizado.

Cuando Putin fue elegido presidente por primera vez en 2000, pocos cuestionaron la legitimidad de su victoria. Sus índices de aprobación eran altos, y Rusia aún estaba experimentando una breve ventana de apertura política tras la caótica década de 1990.
Su reelección en 2004 también se consideró creíble, aunque ya habían empezado a surgir preocupaciones sobre el control de los medios de comunicación y la presión política sobre los opositores. Sin embargo, al terminar su segundo mandato en 2008, Putin se enfrentó a un límite constitucional que le impedía ejercer tres mandatos consecutivos.
En lugar de echarse a un lado, orquestó una maniobra política: Nombró presidente a Dmitri Medvédev al tiempo que asumió el cargo de primer ministro.
Aunque Medvédev estaba técnicamente en el poder, Putin nunca cedió realmente el control. En 2011, Medvédev admitió públicamente que él y Putin habían planeado desde el principio que Putin volviera a la presidencia

Esa transición se produjo en 2012, cuando Putin se presentó de nuevo a las elecciones presidenciales, ahora con un mandato ampliado de seis años. Las elecciones se vieron empañadas por el fraude generalizado, la manipulación de papeletas y los informes de resultados manipulados.
Las protestas estallaron en todo el país, culminando en las manifestaciones de la Plaza Bolotnaya, una de las mayores oleadas de disidencia que Rusia había visto desde la caída de la Unión Soviética. Decenas de miles de rusos salieron a las calles de Moscú exigiendo elecciones libres. La respuesta fue rápida y brutal: detenciones masivas, juicios amañados y largas penas de prisión para los principales activistas.
A partir de ese momento, se desmanteló sistemáticamente cualquier pretensión de pluralismo político que pudiera quedar en Rusia. Se intensificó la represión contra la disidencia y se introdujeron nuevas leyes totalitarias que criminalizaban las críticas al gobierno y restringían las reuniones públicas.
Los líderes y activistas de la oposición se enfrentaron a una persecución cada vez mayor. Uno de los momentos más impactantes se produjo en 2015, cuando Boris Nemtsov, figura destacada de la oposición y crítico declarado de Putin, fue asesinado a pocos pasos del Kremlin. Muchos vieron en su asesinato una clara advertencia a otras figuras de la oposición.
Como el segundo mandato consecutivo de Putin expiraba en 2024, muchos especularon sobre cómo prolongaría su gobierno. En 2020, impulsó enmiendas constitucionales que reajustaban los límites de su mandato presidencial, permitiéndole permanecer en el poder hasta 2036.
Estos cambios se aprobaron mediante un referéndum muy controlado, en el que se denunció la coacción masiva de votantes y la manipulación de papeletas. En las elecciones legislativas de 2021, el control del Kremlin sobre el sistema político era casi absoluto: el partido Rusia Unida de Putin se aseguró la victoria mediante el fraude, la intimidación y la exclusión de los candidatos de la oposición.
A video allegedly shows a Russian soldier in occupied territory pressuring civilians to vote a certain way.
— UNITED24 Media (@United24media) March 16, 2024
pic.twitter.com/OmVnvZzMUk
En 2024, el proceso electoral ruso ya no tenía sentido. Análisis independientes estimaron que entre 22 y 36 millones de votos emitidos a favor de Putin en las elecciones presidenciales de 2024 fueron falsificados. El Kremlin se aseguró de que no quedara ninguna oposición real, afianzando aún más el gobierno de Putin.
Putin también actuó agresivamente contra los medios de comunicación independientes. En marzo de 2022, poco después de lanzar la invasión a gran escala de Ucrania, firmó leyes que criminalizaban el periodismo de guerra independiente.
Más de 150 periodistas huyeron de Rusia, y casi todos los medios de comunicación independientes fueron cerrados o absorbidos por el Estado. En abril de 2022, la libertad de prensa en Rusia había desaparecido casi por completo, y sólo quedaba la propaganda controlada por el Estado.

La represión política alcanzó su punto álgido con el asesinato del político ruso Alexei Navalny en 2024. Navalny, que había sobrevivido a un intento de envenenamiento en 2020 y seguía desafiando al régimen de Putin a pesar de su encarcelamiento, fue asesinado en una colonia penal del Ártico.
Su muerte fue un mensaje: ya no había límites a lo que Putin podía hacer para silenciar a la oposición. Los aliados de Navalny, incluidos sus abogados, también fueron condenados a penas de prisión, lo que garantizó aún más que no quedara ninguna oposición viable en Rusia.
A lo largo de 25 años, el gobierno de Putin ha pasado de la legitimidad electoral al control autoritario total. Lo que comenzó como una presidencia respaldada por el apoyo público se ha convertido en un régimen mantenido mediante el fraude electoral, la supresión de la libertad de expresión y la eliminación de la oposición política. Cualquier ilusión de democracia en Rusia hace tiempo que desapareció, dejando paso a un sistema diseñado para mantener indefinidamente en el poder a Putin y sus compinches.