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A Cold War Above: How Russia Built Its Space Arsenal to Target the US

La carrera espacial no ha terminado, sólo se ha calmado. Durante la última década, Rusia ha estado construyendo una flota en la sombra de satélites diseñados no para explorar, sino para vigilar, seguir y potencialmente interferir con otros en órbita. Ahora, a medida que nuevos satélites «inspectores» maniobran cerca de activos estadounidenses clave, aumentan las dudas sobre las verdaderas ambiciones de Moscú sobre la Tierra.
La reciente separación del Objeto C del satélite ruso Kosmos-2558 cerca del satélite de reconocimiento estadounidense USA 326 ha reavivado la preocupación en Washington.
Pero no se trata de un hecho aislado. Forma parte de un patrón más amplio que se remonta a más de una década y refleja el desarrollo constante por parte de Rusia de satélites maniobrables capaces de seguir, inspeccionar o potencialmente inutilizar activos espaciales extranjeros.
Según observadores aficionados y analistas de datos de fuentes abiertas, Rusia ha lanzado una serie de satélites que se comportan de forma coherente con las misiones de vigilancia orbital.
Estos incluyen Kosmos-2491, Kosmos-2499, Kosmos-2519 y el par Kosmos-2542-2543, muchos de los cuales han lanzado subsatélites o maniobrado para acercarse a otros objetos en el espacio. En 2019, Kosmos-2543 fue objeto de especial escrutinio cuando comenzó a seguir a un satélite espía estadounidense, KH-11 USA 245.
Aunque oficialmente se describen como cargas útiles militares de rutina, estas naves espaciales muestran características de los llamados «satélites inspectores»: sistemas que pueden acercarse, monitorear o interactuar con otros objetos en órbita.
Algunos de ellos han lanzado proyectiles de alta velocidad, lo que ha llevado a las autoridades estadounidenses a sugerir que podrían ser plataformas de prueba de capacidades antisatélite (ASAT).
El patrón de comportamiento también incluye largos retrasos entre el lanzamiento y la actividad. Kosmos-2558 fue lanzado en 2022 y permaneció inactivo hasta que liberó el Objeto C en junio de 2025, casi tres años después.
Los expertos creen que estos satélites forman parte de un programa ruso clasificado conocido como «Nivelir», cuyo hardware habría sido fabricado por la Asociación Lavochkin y sus subsistemas por TsNIIKhM.
Los perfiles exactos de la misión siguen siendo desconocidos, pero los documentos y las ofertas sugieren que los satélites están diseñados para la inspección de corto alcance, la interceptación o la vigilancia electrónica.
Los observadores también señalan los continuos lanzamientos rusos a principios de 2025, incluyendo Kosmos-2581 a 2583 y la liberación del Objeto F, que de forma similar realizó maniobras sincronizadas, lo que plantea más preguntas sobre la coordinación y la intención estratégica.

Aunque no se han registrado acciones hostiles confirmadas, los analistas sugieren que incluso las misiones de seguimiento pasivo pueden tener fines militares.
Al demostrar la maniobrabilidad orbital y las operaciones de proximidad, Rusia está mostrando sus crecientes capacidades en el conocimiento del dominio espacial, y posiblemente preparándose para escenarios en los que estos activos podrían utilizarse para interferir con satélites adversarios.
A medida que aumentan las tensiones, la previsibilidad estratégica de las órbitas de los satélites se convierte en un arma de doble filo. Permite la vigilancia global, pero también expone vulnerabilidades, especialmente cuando las naciones despliegan satélites inspectores que se comportan más como operativos encubiertos que como observadores pasivos.
Anteriormente, Forbes informó de que Rusia está desarrollando armas espaciales potencialmente capaces de apuntar a los satélites Starlink, incluido el misil antisatélite Nudol. Expertos de la Fundación Mundo Seguro advirtieron de que el sistema podría estar dotado de armas nucleares y tener un alcance que abarcaría activos occidentales clave en órbita, como los satélites Starlink y Planet Labs.
El informe también hacía referencia a un programa secreto ruso para desplegar naves espaciales con armamento nuclear capaces de hacer sombra a los satélites estadounidenses.



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