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Camioneros rusos revelan cómo se convirtieron involuntariamente en peones de la Operación Telaraña

Los camioneros que entregaron sin saberlo drones de ataque a bases aéreas estratégicas rusas fueron vigilados durante todo el trayecto y desconocían la verdadera naturaleza de su carga, según informó el 2 de junio el medio de investigación ruso Baza, citando las actas de los interrogatorios.
Un conductor, Alexander Z., de 55 años, de Cheliábinsk, dijo a los investigadores que trabajaba para un vehículo propiedad de Artem, de 37 años, que había sido contratado por un empresario de Murmansk para transportar cuatro casas modulares de Cheliábinsk al distrito de Kola. Tras acordar un precio, Alexander cargó la mercancía y emprendió el viaje. A lo largo de la ruta, recibió instrucciones por teléfono de un hombre no identificado que le dijo cuándo y dónde parar. Su última parada fue cerca de una gasolinera de Rosneft próxima a un aeródromo militar de la región de Múrmansk, el lugar desde el que finalmente se lanzaron los drones.
Andrey M., de 61 años, también conducía un camión propiedad de Artem. Dijo que le habían ordenado entregar casas prefabricadas en la región de Irkutsk. Pero tras aparcar cerca de una cafetería en Usolye-Sibirskoye, los drones empezaron a lanzarse inesperadamente desde la parte trasera de su vehículo.

Otros conductores describieron experiencias casi idénticas en las regiones de Ryazan e Ivanovo. Uno de ellos, Serhii, de 46 años, dijo que transportaba una casa modular desde Cheliábinsk cuando el techo del contenedor de carga fue arrancado repentinamente en marcha al entrar en Riazán, y los drones empezaron a despegar a mitad de ruta.
Otro camión implicado en el ataque del 1 de junio contra el aeródromo de Ivanovo también fue cargado en Cheliábinsk. Ese conductor confirmó que su camión pertenecía al mismo individuo, Artem.
Según Baza, las autoridades rusas han puesto en marcha una investigación sobre terrorismo y actualmente buscan a Artem, que al parecer es natural de Ucrania.
El día anterior, los canales rusos de Telegram informaron de que el lugar donde se habían ensamblado los drones había sido identificado como un almacén en Cheliábinsk, en el 28A de Sverdlovsky Trakt. La instalación se identificó supuestamente utilizando fotos publicadas por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). Las fuerzas de seguridad rusas habrían hecho una redada poco después.

Tras la operación «Telaraña» de Ucrania, las fuerzas del orden rusas iniciaron registros masivos de camiones sospechosos de transportar drones. Los residentes de la región de Irkutsk denunciaron grandes atascos provocados por los controles policiales de camiones de carga.
El SBU ha confirmado que llevó a cabo la operación Telaraña, dirigida contra la aviación estratégica rusa. Los ataques dañaron o destruyeron el 34% de los portadores de misiles de crucero estratégicos rusos en los aeródromos de Olenya, Belaya, Dyagilevo e Ivanovo.
Según Hromadske, que cita fuentes del SBU, la operación duró más de 18 meses e implicó una compleja campaña de engaño en el interior de Rusia. Al parecer, fue supervisada por el Presidente Volodymyr Zelenskyy y ejecutada por el SBU bajo la dirección de Vasyl Malyuk.






