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China y Corea del Norte se apoderan silenciosamente del Lejano Oriente ruso mientras Moscú cede territorio a cambio de apoyo en tiempos de guerra

China y Corea del Norte están reforzando gradualmente su control sobre el Lejano Oriente ruso, convirtiendo de hecho las vastas regiones orientales en zonas de control económico extranjero, según informó el Servicio de Inteligencia Exterior de Ucrania el 16 de octubre.
La agencia afirmó que Moscú está «pagando» cada vez más a sus aliados en tiempos de guerra con su propio territorio, mientras lucha por mantener la guerra contra Ucrania.

La huella económica de China en la región sigue expandiéndose. Las previsiones sugieren que las inversiones chinas en el Lejano Oriente ruso podrían alcanzar el billón de rublos (12 600 millones de dólares) en 2025, aunque la mayoría de los acuerdos siguen limitándose al comercio y no al desarrollo de infraestructuras.
El senador Viktor Kalashnikov, del territorio de Jabárovsk, informó de que el comercio ruso-chino creció en 5,5 millones de toneladas en 2024 y aumentó otro 36 % en la primera mitad de 2025.
Al mismo tiempo, Pekín está avanzando en lo que la inteligencia ucraniana denomina una «expansión demográfica progresiva».
Hasta dos millones de ciudadanos chinos viven ahora entre Vladivostok y los Urales, una cifra que sigue aumentando gracias a las zonas económicas preferenciales y a la exención de visados. Ya se han formado algunos enclaves en los que «los rusos apenas trabajan», señaló la agencia.
Paralelamente al creciente dominio de China, Corea del Norte se ha convertido en un importante proveedor de mano de obra para Moscú. Durante el último año, más de 15 000 trabajadores norcoreanos llegaron oficialmente al Lejano Oriente ruso, y las estimaciones no oficiales alcanzan los 50 000.
Las empresas rusas ya han solicitado 153 000 contratos de trabajo adicionales. Según se informa, Pyongyang gana hasta 500 millones de dólares al año con este acuerdo, mientras que los trabajadores reciben un salario mínimo.

El informe describe una dinámica preocupante: dos potencias nucleares que refuerzan simultáneamente sus posiciones dentro de las fronteras de Rusia. China está creando dependencia económica, mientras que Corea del Norte ejerce control a través del suministro de mano de obra, cada una resolviendo sus retos internos a costa de Rusia.
Si la trayectoria actual continúa, advierte la inteligencia ucraniana, la competencia entre Pekín y Pyongyang podría acabar desencadenando un conflicto de intereses.
El Kremlin, añade, corre el riesgo de perder el control sobre casi el 40 % de su propio territorio —unos 7 millones de kilómetros cuadrados con una población de 7,9 millones de habitantes—lo que convertiría al Lejano Oriente en un campo de batalla para las ambiciones extranjeras.
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«Rusia está «pagando» cada vez más a sus aliados en la guerra contra Ucrania con sus propios territorios. Al carecer de los recursos necesarios para desarrollar su región más grande, el Distrito Federal del Lejano Oriente, Moscú está abriendo la puerta a la expansión externa», afirmó la agencia.
Anteriormente, un alto funcionario de la OTAN dijo que China sigue siendo un eje fundamental para sostener la industria de defensa de Rusia, una relación que, según la OTAN, se ha convertido en un factor decisivo que permite a Moscú librar la guerra en Ucrania.
Según el funcionario, aproximadamente el 80 % de los componentes electrónicos críticos utilizados en los drones rusos y otros sistemas modernos se fabrican en China. También afirmó que Pekín ha suministrado a Rusia más de 20 000 millones de dólares en herramientas de producción, componentes y consumibles desde 2023, envíos que, según la evaluación de la OTAN, han ampliado considerablemente la capacidad de Moscú para producir tanques, vehículos blindados y misiles.
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