Cómo una patrulla de drones ucraniana convirtió un TOS-1A «Solntsepyok» en movimiento en una ruina en llamas

Las tripulaciones de drones ucranianos que cazaban por la noche lograron un golpe de gran valor en el frente de Lyman, al atacar un sistema lanzallamas pesado ruso, el TOS-1A «Solntsepyok», mientras se desplazaba con toda su carga de combate, según informó el 7 de octubre el batallón Signum de la 53.ª Brigada Mecanizada Independiente.

Las imágenes y los mensajes de la unidad describen una rápida cadena de ataques con drones que también incendiaron camiones de combustible y vehículos logísticos enemigos durante la misma patrulla.

Según Signum, la operación se desarrolló como una patrulla nocturna coordinada que combinó un cuidadoso reconocimiento con una rápida persecución:

• TOS: «Una gran máquina con un temible arsenal que avanzaba a toda velocidad con la munición a tope. La velocidad no le sirvió de nada: el piloto del dron lo alcanzó y le asestó un golpe certero».

• «Bukhanka» (camión): «Estacionado junto a la carretera como si esperara refuerzos. El piloto reaccionó al instante: un impacto certero en el tanque de combustible y el vehículo estalló en llamas».

• Motocicleta: «Una motocicleta que se estaba preparando para los equipos de asalto en la parte trasera de la base fue la siguiente víctima de la patrulla nocturna».

• Camión Ural: «Un camión Ural que circulaba por la carretera con combatientes enemigos en la parte trasera fue alcanzado; la onda expansiva penetró en la zona de carga y destruyó el vehículo».

Signum destacó que los ataques fueron posibles gracias al reconocimiento selectivo y la coordinación en tiempo real, lo que permitió a los pilotos identificar y atacar objetivos en movimiento, incluso aquellos que se desplazaban a gran velocidad.

El TOS-1A Solntsepyok es un sistema ruso de lanzallamas pesado que dispara cohetes termobáricos desde un chasis de tanque T-72 modificado. Diseñado para devastar vehículos blindados ligeros, fortificaciones y concentraciones de tropas, sus municiones producen una sobrepresión extrema y bolas de fuego que agotan el oxígeno y son letales en espacios cerrados.

Cada cohete no guiado de 220 mm mide aproximadamente 3,7 metros de largo, pesa más de 200 kilogramos y lleva una ojiva explosiva de combustible-aire. Una sola salva puede destruir posiciones fortificadas en cuestión de segundos.

El proyecto de inteligencia de código abierto Oryx ha documentado al menos 33 sistemas rusos TOS-1A fuera de combate desde el inicio de la invasión a gran escala: 24 destruidos, 6 dañados y 3 capturados.

Con un precio estimado de más de 15 millones de dólares por unidad, estos sistemas se consideran activos de gran valor, pero siguen siendo muy vulnerables a los ataques precisos con drones.

Rusia ha desplegado el Solntsepyok en múltiples frentes en Ucrania en un intento por romper las líneas defensivas.

Anteriormente, el 427.º Regimiento Independiente de Sistemas No Tripulados de Ucrania, conocido como «Rarog», destruyó otro sistema lanzallamas pesado ruso TOS-1A Solntsepyok utilizando una combinación de drones FPV y bombarderos.

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