Del bombo publicitario a la humillación: el «tanque robot» Uran-9 de Putin se avería antes de entrar en combate

El vehículo terrestre de combate no tripulado Uran-9, que en su día fue presentado por la industria de defensa rusa como un «tanque robot» insignia, no ha cumplido con el rendimiento prometido en el campo de batalla y no se ha desplegado en Ucrania a pesar de años de publicidad y afirmaciones de producción en serie, según informó Defence Blog el 13 de octubre.

La plataforma, producida bajo el paraguas de Rostec y presentada con gran fanfarria en 2016, fue aceptada para su servicio en 2019, incluso después de que se documentaran importantes deficiencias durante las primeras pruebas de combate en Siria.

Especificaciones técnicas

• Cañón de 30 mm (2A72);

• Coaxial de 7,62 mm;

• ATGM (9M120-1 Ataka);

• Misiles (Lanzallamas Shmel o Strela)

• Teleoperación: capacidades autónomas limitadas en caso de pérdida de señal.

• Capacidad limitada para detectar, identificar y enfrentarse a las fuerzas enemigas sin dirección humana manual.

• Peso: 12 toneladas; Longitud: 5 metros;

• 35 km/h en autopistas, 24 km/h fuera de carretera.

• Protección contra metralla y armas pequeñas.

• Visores y detectores térmicos y electroópticos.

Las pruebas iniciales dieron lugar a evaluaciones inusualmente sinceras por parte del propio establishment de defensa ruso. Al presentar las conclusiones del Tercer Instituto Central de Investigación del Ministerio de Defensa en una conferencia celebrada en San Petersburgo en 2018, el investigador principal Andrei Anisimov afirmó que el Uran-9 «no era capaz de realizar las tareas asignadas», citando repetidas pérdidas de control, un alcance de control efectivo muy limitado en terreno urbano y armas que no podían dispararse en movimiento.

Las evaluaciones externas fueron igualmente críticas. En una revisión de los programas UGV de Rusia, el análisis de BAE Systems señaló que el Uran-9 era «poco fiable» y añadió que sus sensores térmicos y electroópticos «eran inútiles mientras el Uran-9 se movía debido a la falta de estabilización», con «retrasos significativos» al ejecutar las órdenes de disparo, deficiencias que hacen que el sistema sea ineficaz en combate dinámico.

A pesar de la comercialización de las exportaciones a socios de Oriente Medio y Asia, el vehículo no ha logrado afianzarse de forma visible en el extranjero. Los mandos militares de Myanmar observaron las demostraciones del sistema en Rusia durante varios años, a medida que ambos países profundizaban sus lazos en materia de defensa, pero no se firmó ningún contrato público para el Uran-9.

Desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, no se ha verificado ningún uso del Uran-9 en combate. En su lugar, las unidades rusas han recurrido a robots terrestres improvisados y construidos en talleres para funciones específicas, lo que pone de relieve la brecha entre el programa promovido por el Estado y la capacidad práctica sobre el terreno.

El blog Defence Blog caracteriza el proyecto Uran-9, financiado durante muchos años, como un costoso símbolo de promesas excesivas y resultados insuficientes, y como un caso práctico aleccionador sobre los límites de la robótica de combate terrestre de Rusia.

Anteriormente, se informó de que Ucrania había puesto en marcha una nueva unidad de sistemas robóticos terrestres con capacidad de ataque con su 3.ª Brigada de Asalto.

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