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El cazacarros italiano Centauro B1 entra en servicio en el frente de Ucrania junto con las fuerzas de asalto aéreo.

Las Fuerzas Aéreas de Asalto de Ucrania han comenzado a operar vehículos blindados Centauro B1 de fabricación italiana, lo que supone el primer despliegue confirmado de esta plataforma en servicio ucraniano.
Según Defense Express y el 78.º Regimiento Aéreo de Asalto de Ucrania, las imágenes difundidas por la unidad muestran un Centauro B1 equipado con blindaje adicional y sistemas de protección de rejilla, adaptados a las condiciones de combate locales.
El vehículo también cuenta con una parrilla plegable, común en plataformas blindadas modificadas por Ucrania.
Ya en 2023 surgieron informes sobre posibles transferencias de Centauro B1 desde Italia, aunque la confirmación visual no había aparecido hasta ahora. El número exacto de vehículos suministrados a Ucrania permanece sin revelar, ya que Italia tradicionalmente no divulga detalles sobre sus entregas de defensa.
El Centauro B1 es un cazacarros sobre ruedas desarrollado por las empresas italianas Iveco y Oto Melara. Cuenta con tracción a las ocho ruedas y pesa aproximadamente 24 toneladas, lo que lo hace lo suficientemente ligero para su transporte aéreo.
El armamento principal del vehículo es un cañón Oto Melara de 105 mm, una versión italiana bajo licencia del cañón estriado británico L7, capaz de disparar munición estándar de la OTAN. La tripulación consta de cuatro miembros: comandante, artillero, cargador y conductor.
Según Defense Express, el Ejército italiano opera más de 250 vehículos B1 Centauro. En 2020, Italia realizó un pedido de la variante modernizada Centauro II, que entró en producción para sus fuerzas armadas.

La incorporación de los vehículos Centauro B1 dota a las unidades móviles de asalto ucranianas de mayor potencia de fuego y maniobrabilidad, complementando otras plataformas blindadas sobre ruedas de fabricación occidental, como el AMX-10RC francés.
Anteriormente, Italia se había resistido a unirse a la iniciativa PURL de la OTAN, argumentando que Ucrania ya contaba con suficientes canales de suministro para armamento occidental.
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