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El Pentágono va a toda máquina: Las fábricas de munición de EE.UU. entran en modo de guerra, con el objetivo de producir 100.000 proyectiles al mes.

Estados Unidos planea aumentar la producción de proyectiles de artillería de 155 mm a 100.000 unidades al mes para octubre de 2025, y espera fabricar más de 1 millón de proyectiles de 155 mm en total en 2026.
El ambicioso objetivo forma parte de un esfuerzo más amplio del Pentágono por aumentar significativamente la producción de munición en respuesta a las exigencias de la guerra moderna, especialmente la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, según informó el 19 de junio el medio de comunicación alemán Soldat & Technik.
En la actualidad, las fábricas estadounidenses producen unos 40.000 proyectiles al mes, una cifra que ya se ha triplicado desde los niveles anteriores a 2022, cuando la producción mensual era de unos 14.500 proyectiles.

A pesar de no haber alcanzado los objetivos fijados para la primavera de 2025, los responsables del Pentágono confían en poder alcanzar la meta de los 100.000 soldados al mes a principios de 2026.
Retrasos
En una entrevista concedida en junio de 2025 a Defense One, John Rehm, ejecutivo del programa de munición del Ejército estadounidense, confirmó que la producción actual se mantiene en 40.000 proyectiles al mes.

Esta cifra queda por detrás de los planes anteriores anunciados en febrero de 2024, que pretendían alcanzar los 75.000 proyectiles al mes en abril de 2025 y los 100.000 en octubre.
Aun así, la producción ha avanzado notablemente desde 2022. El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha invertido casi 5.000 millones de dólares en ampliar la capacidad de fabricación nacional, modernizar las infraestructuras obsoletas y poner en marcha nuevas plantas para hacer frente al aumento de la demanda.
Del legado de la II Guerra Mundial a la producción moderna
A diferencia de muchos países de la OTAN, Estados Unidos cuenta con una industria de municiones de propiedad estatal y gestión militar, que en gran parte se remonta a la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Algunas de estas fábricas han sido modernizadas y otras cerradas.


Hasta hace poco, todos los casquillos de 155 mm se producían en una única instalación de Scranton (Pensilvania) y en una planta privada cercana. A continuación, los casquillos se enviaban a Iowa para el llenado de explosivos. Este proceso se está descentralizando y modernizando.
En mayo de 2024 se inauguró en Texas una nueva planta de producción de casquillos con capacidad para producir hasta 30.000 casquillos al mes una vez que esté plenamente operativa.
Revitalizando la producción de TNT
Estados Unidos también va a reanudar la producción nacional de TNT (trinitrotolueno), un compuesto explosivo clave que no se fabrica en el país desde los años ochenta. Hasta ahora, Estados Unidos dependía totalmente del TNT importado.
Repkon USA -la filial estadounidense de la empresa turca de municiones de artillería Repkon- construirá una nueva instalación en Graham, Kentucky, para suministrar TNT a las necesidades de artillería.
Las autoridades afirman que este paso es crucial para mejorar la fiabilidad y autosuficiencia de las cadenas de suministro de munición de Estados Unidos.
Cuello de botella actual: rondas completas
Aunque la producción de proyectiles ha aumentado, el mayor reto sigue siendo el montaje de cartuchos completos, que incluyen el proyectil, la carga propulsora y el detonador.

Según el medio de comunicación de defensa ucraniano Defence Express, mientras que en septiembre de 2024 se produjeron 40.000 casquillos, sólo se completaron 18.000 cartuchos de 155 mm totalmente ensamblados debido a la escasez de componentes propulsores y espoletas.
La discrepancia pone de manifiesto una carencia crítica: los proyectiles sin cargas ni detonadores no pueden dispararse.
Este retraso se atribuye en gran medida a la escasez de pólvora y de producción de propulsante, que hasta ahora se concentraba en unas instalaciones de General Dynamics en Valleyfield, cerca de Montreal (Canadá).
Para resolver el problema, EE.UU. está trasladando la producción de propulsante al interior del país, con la construcción de nuevas capacidades en las plantas de American Ordnance en Middletown (Iowa) y Camden (Arkansas), junto con una nueva planta de General Dynamics.

El Pentágono calcula que para fabricar 100.000 cartuchos completos de 155 mm al mes se necesitarán 66.000 toneladas de explosivos, una cifra que anteriormente requería una fuerte dependencia de las importaciones.
A pesar de los contratiempos, los expertos afirman que la industria de defensa estadounidense ha logrado avances significativos. En sólo ocho meses, Estados Unidos duplicó su producción mensual de cartuchos de artillería completos, un logro que apunta a un prometedor impulso al alza a medida que se acerca 2026.
Anteriormente, el Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció que D&M Holding Company había puesto en marcha una nueva planta de fabricación de munición en Ucrania.






