Según un informe del 20 de junio del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), el líder ruso Vladimir Putin sigue sin estar dispuesto a buscar la paz en Ucrania a menos que ésta desemboque en el desmantelamiento del Estado ucraniano.
Los analistas concluyen que el Kremlin sigue ampliando sus ambiciones territoriales mientras utiliza el concepto de «zonas tampón» para justificar nuevas agresiones militares.
Durante el reciente Foro Económico Internacional de San Petersburgo, Putin reiteró sus afirmaciones de que rusos y ucranianos son «un solo pueblo» y describió a Ucrania como «esencialmente rusa».
ISW señala que tales declaraciones forman parte de una larga campaña de información del Kremlin destinada a negar la independencia de Ucrania y socavar el apoyo internacional a su defensa.
«Putin ha demostrado sistemáticamente que no considera a Ucrania como un Estado soberano con su propia historia, identidad y cultura», declaró ISW.
Según el think tank, esta narrativa apoya el objetivo a largo plazo de Rusia de subyugar a Ucrania en lugar de poner fin a la guerra mediante un acuerdo negociado.
Los analistas del ISW subrayaron que la descripción que hace el Kremlin de Rusia y Ucrania como una única nación histórica se utiliza para justificar la continuación de las hostilidades y las reivindicaciones territoriales. Esta operación de información también busca racionalizar la guerra a nivel interno en Rusia.
Expansión más allá de las regiones anexionadas
Las últimas declaraciones de Putin sugieren que las operaciones militares rusas podrían extenderse más allá de las cuatro regiones parcialmente ocupadas—Donetsk, Luhansk, Zaporizhzhia y Kherson—anexionadas ilegalmente por Rusia en 2022.
Refiriéndose a la presencia de fuerzas rusas fuera de estas zonas, Putin citó la «lógica de las operaciones militares» y repitió la frase: «Donde está el soldado ruso es tierra rusa».
El líder ruso también dijo que no se podía descartar la posible toma de Sumy, en el noreste de Ucrania. Aunque afirmó que Moscú no tiene actualmente planes para apoderarse de la ciudad, funcionarios rusos han abogado públicamente por la creación de zonas tampón en las regiones ucranianas vecinas, incluidas Sumy, Kharkiv y Dnipropetrovsk.

Leonid Pasechnik, funcionario designado por el Kremlin en la región ocupada de Luhansk, pidió recientemente la creación de una zona tampón de entre 20 y 30 kilómetros para protegerse de los ataques de drones ucranianos.
Por su parte, el legislador ruso Alexei Zhuravlyov propuso extender una zona tampón hasta la región de Dnipropetrovsk, hasta el río Dnipro, alegando la necesidad de defender Donetsk de los ataques de HIMARS.
ISW evaluó estas declaraciones como parte de una estrategia más amplia para legitimar la futura expansión territorial. «El Kremlin está utilizando el concepto de zonas tampón para justificar nuevas agresiones más allá de las actuales líneas de control», afirma el informe.
La respuesta ucraniana
El Presidente Volodymyr Zelenskyy abordó el concepto de zonas tampón desmilitarizadas durante una reciente conferencia de prensa, advirtiendo de que cualquier retirada de las fuerzas ucranianas de las ciudades de primera línea las cedería de hecho al control ruso.
Subrayó que el alcance de la artillería moderna y de los aviones no tripulados supera con creces cualquier zona tampón propuesta.
«Si hablamos de una zona de 15 kilómetros, ¿qué hacemos con Kherson? Si no hay tropas ucranianas en Kherson, significa que perdemos Kherson», dijo Zelenskyy, añadiendo que la misma lógica se aplica a ciudades como Pokrovsk, Kharkiv y Sumy.

También señaló que las propuestas de zonas tampón no han sido presentadas oficialmente a Ucrania por ningún actor internacional y expresó su escepticismo sobre su viabilidad, especialmente teniendo en cuenta las actuales operaciones ofensivas de Rusia.
Perspectivas estratégicas
Según la ISW, el enfoque de Putin sigue arraigado en la creencia de que Rusia puede lograr la victoria mediante una prolongada guerra de desgaste. Sus recientes declaraciones, incluida la sugerencia de que Ucrania debería aceptar «las realidades sobre el terreno», reflejan la confianza en que la continuación de los combates debilitará con el tiempo la posición negociadora de Ucrania.
Los analistas del ISW señalaron que esta «teoría de la victoria» ignora las realidades del campo de batalla, donde los avances rusos siguen siendo limitados y tienen un coste significativo. Las fuerzas ucranianas siguen empleando la guerra de drones y sistemas defensivos para resistir las ofensivas rusas.
En última instancia, el ISW concluye que la retórica y la postura estratégica de Putin confirman que Rusia no aspira a una paz negociada, sino al sometimiento de Ucrania como Estado soberano.
Anteriormente, durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, Vladímir Putin afirmó que «toda Ucrania es nuestra», reiteró que Rusia no busca la capitulación de Ucrania y no descartó un posible avance sobre Sumy.







