- Categoría
- Últimas noticias
Rusia corre el riesgo de sufrir otro Fukushima, ya que la central nuclear de Zaporizhzhia sufre un apagón de varios días

La central nuclear de Zaporizhzhia, ocupada por Rusia desde 2022, lleva cuatro días consecutivos sin suministro eléctrico externo, lo que supone el apagón más largo desde el inicio de la guerra a gran escala.
Según The Guardian, el 27 de septiembre, la última línea de transmisión que abastecía a la instalación fue cortada en la tarde del 23 de septiembre. Desde entonces, los generadores diésel de reserva han alimentado los sistemas de seguridad y refrigeración, sin que haya señales inmediatas de que se vaya a restablecer la red eléctrica.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que siete de los 18 generadores disponibles están actualmente en funcionamiento, pero advirtió que la dependencia prolongada de la energía de emergencia aumenta el riesgo de accidente.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, afirmó que la pérdida de energía externa «aumenta la probabilidad de un accidente nuclear». Los operadores rusos informaron al organismo de que las reservas de combustible podrían durar 20 días sin reabastecimiento.
Las pruebas de resistencia realizadas por los reguladores europeos tras el accidente de Fukushima en 2011 indicaron que la central debería soportar una pérdida de energía externa durante 72 horas, aunque las autoridades ucranianas declararon a The Guardian que este límite nunca se ha probado en la práctica.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, declaró que el apagón es ya la décima interrupción del suministro eléctrico causada por las acciones de Rusia.
Afirmó: «Como resultado de las acciones de Rusia, la central nuclear de Zaporizhzhia lleva ya cuatro días sin suministro eléctrico». Sybiha también advirtió que el intento de Moscú de reconectar la instalación a su propia red ignora las normas de seguridad nuclear y responde a objetivos políticos.
Las imágenes satelitales analizadas por Greenpeace y citadas por The Guardian mostraban la construcción de una línea eléctrica de 201 kilómetros desde Mariúpol hasta el territorio ocupado, lo que sugiere que Rusia se está preparando para integrar la instalación en su propio sistema energético.

Imágenes adicionales indicaron que las fuerzas de ocupación construyeron una presa en el canal de entrada de la planta para asegurar una fuente de agua controlada, potencialmente suficiente para reiniciar un reactor.
La semana pasada, el director de la central nombrado por Rusia, Yurii Chernichuk, anunció que la integración en la red eléctrica rusa se encontraba «en su fase final».
El experto nuclear de Greenpeace, Shaun Burnie, instó al OIEA a adoptar una postura más firme, afirmando que Grossi debería exigir a Rusia que abandonara sus planes y reconociera «toda la responsabilidad por la crisis de seguridad nuclear».
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania hizo hincapié en que cualquier intento de reiniciar los reactores bajo control ruso podría representar la violación más grave de la seguridad nuclear desde 1986. Sybiha pidió a los socios internacionales que «dejaran claro a Moscú que su apuesta nuclear debe terminar» y subrayó que la instalación debe ser devuelta a Ucrania como su legítimo propietario.
Anteriormente, el Ministerio de Energía de Ucrania advirtió que Rusia está convirtiendo la central de Zaporizhzhia en una herramienta militar, citando los nuevos sistemas de control y los crecientes riesgos nucleares bajo la ocupación.
-f223fd1ef983f71b86a8d8f52216a8b2.jpg)





