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Rusia encierra a 48 niños ucranianos en hospitales psiquiátricos por oponerse a la guerra
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![Photo of Jamal Marcelin]( "Photo of Jamal Marcelin")
![Photo of Ivan Khomenko]( "Photo of Ivan Khomenko")
El 26 de septiembre, expertos ucranianos informaron de que las autoridades de ocupación rusas en Donetsk habían internado a 48 niños en hospitales psiquiátricos bajo la acusación de «extremismo».
Según Mariia Krasnenko, experta de la organización cívica Almenda, las administraciones de ocupación persiguen sistemáticamente a los niños y jóvenes con el pretexto de combatir el extremismo.
«La educación y la política estatal de juventud son su principal objetivo. Las autoridades de ocupación han desarrollado indicadores claros para vigilar y castigar a quienes consideran "desleales"», afirmó Krasnenko durante una rueda de prensa en el Media Center Ukraine.
Citando datos del llamado «DNR», señaló que 161 menores han sido sometidos a responsabilidad penal, y 48 de ellos han sido sometidos a tratamiento psiquiátrico obligatorio.
El Centro de Derechos Humanos ZMINA destacó varios casos de adolescentes que sufrieron persecución, entre ellos:
Maksym Lypkan, castigado por calificar la guerra de Rusia contra Ucrania como «una vergüenza»;
Viktoria Petrova, objetivo por hablar sobre los acontecimientos en Ucrania;
Denys Khamidullin, hospitalizado tras gritar «No a la guerra» en el centro de Moscú;
Vasyl Stryzhakov, acusado de un intento de atentado contra el propagandista ruso Vladimir Solovyov.
Además del internamiento psiquiátrico, los menores también son objeto de sanciones administrativas, como multas y disculpas públicas obligatorias. Los motivos para imponer sanciones pueden incluir declaraciones, actividad en las redes sociales o el uso de símbolos ucranianos, que las autoridades de ocupación clasifican como acciones «extremistas».
Almenda estima que alrededor de seis millones de ucranianos permanecen en territorios ocupados por Rusia, entre ellos aproximadamente 1,5 millones de niños.
Valentyna Potapova, directora de defensa nacional de la organización, señaló que estos niños viven bajo una presión constante:
«Perciben su identidad como una amenaza para su seguridad y como motivo de vergüenza. El Estado debe tener esto en cuenta cuando se trasladen a zonas controladas por el Gobierno».
Anteriormente, el Centro para la Lucha contra la Desinformación de Ucrania informó de que Rusia está utilizando los deportes juveniles en la zona ocupada de Zaporizhzhia para difundir propaganda, presionando a los entrenadores para que promuevan consignas políticas y convirtiendo los torneos en eventos ideológicos.
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