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Rusia reactiva una base aérea de la época de la Guerra Fría cerca de la frontera finlandesa, según revelan imágenes de satélite

Rusia ha incrementado su actividad militar cerca de la frontera finlandesa, siguiendo los patrones observados antes de su invasión a gran escala de Ucrania, según un informe publicado el 14 de mayo por el medio de defensa Army Recognition.
El aumento incluye el despliegue de más de 130 tiendas de campaña en Kamenka y nuevas instalaciones de almacenamiento de vehículos blindados en Petrozavodsk.
Las imágenes por satélite también muestran la reactivación de las bases aéreas de la era soviética en Severomorsk-2 y Olenya, lo que indica una mayor expansión de la infraestructura militar en la región.

Kamenka, situada a sólo 60 kilómetros de la frontera finlandesa, alberga ahora instalaciones de tiendas de campaña capaces de alojar hasta 2.000 soldados en terrenos hasta ahora no urbanizados.
A unos 160 kilómetros de distancia, en Petrozavodsk, tres grandes almacenes construidos desde febrero están al parecer diseñados para almacenar hasta 50 vehículos blindados, con una cuarta estructura en construcción.
Más al norte, la vigilancia del aeródromo de Severomorsk-2 muestra actividad reciente en un lugar considerado inactivo durante mucho tiempo. Varios helicópteros Mi-8 y Mi-17 -utilizados habitualmente para el transporte de tropas y suministros- han sido identificados cerca de la pista de aterrizaje.

Mientras tanto, la base aérea de Olenya, ya utilizada en misiones de bombardeo sobre Ucrania, también ha experimentado un notable aumento de las operaciones.
Según el Wall Street Journal, funcionarios occidentales creen que esta expansión podría llegar a albergar a decenas de miles de tropas rusas.
Fuentes de inteligencia sugieren que el aumento incluye nuevos cuarteles, centros logísticos e incluso un posible cuartel general de división cerca de Petrozavodsk.
Al parecer, la mejora de las vías férreas y la ampliación de la capacidad de transporte forman parte del esfuerzo, lo que permitiría una movilización más rápida a lo largo de la frontera.

«Se trata de un movimiento deliberado para reconstruir la postura militar de Rusia tras las graves pérdidas sufridas en Ucrania», dijo un funcionario de la OTAN familiarizado con los acontecimientos.
El general del ejército estadounidense Christopher Cavoli declaró recientemente que Rusia está reponiendo sus fuerzas a un ritmo más rápido de lo previsto, advirtiendo de que el flanco norte de la OTAN podría verse sometido a nuevas presiones.
Los dirigentes rusos niegan cualquier intención agresiva. El líder del país, Vladimir Putin, tachó los informes de «histeria», mientras que los portavoces del Kremlin enmarcaron las medidas como una respuesta soberana a la expansión de la OTAN hacia el este. Sin embargo, el calendario y la naturaleza de estos despliegues sugieren algo más que una preparación rutinaria.

Los analistas militares han especulado con la posibilidad de que el aumento de tropas tenga varios objetivos estratégicos: ejercer presión en la frontera noreste de la OTAN, prepararse para posibles operaciones en el Ártico o crear una opción de emergencia en caso de inestabilidad futura en Bielorrusia o en la región del Báltico.
La adhesión de Finlandia a la OTAN en 2023 amplió la frontera de la Alianza con Rusia en más de 800 millas. Suecia hizo lo propio en 2024, modificando el equilibrio de poder en el norte de Europa. En respuesta, ambos países nórdicos han tomado medidas rápidas para reforzar sus defensas, y Finlandia ha establecido un nuevo centro de mando de la OTAN en Laponia.
Sin embargo, el ritmo del despliegue ruso ha hecho saltar las alarmas. El Teniente General finlandés Vesa Virtanen advirtió de que el Kremlin podría estar sondeando el umbral de respuesta de la OTAN, poniendo a prueba el compromiso de la Alianza en virtud del Artículo 5, su cláusula de defensa mutua.
«La evidencia visual es difícil de ignorar», dijo un analista de defensa europeo de alto nivel. "No se trata sólo de una postura. Parecen los cimientos de una preparación operativa».
Anteriormente, el vicealmirante Pieter Reesink, director de la agencia de inteligencia militar holandesa MIVD declaró que Holanda se estaba preparando para la posibilidad de un futuro conflicto con Rusia, creyendo que Moscú podría restaurar sus capacidades militares en el plazo de un año tras el fin de la guerra en Ucrania.






