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Rusia simula una ofensiva para una nueva guerra mundial y planea enviar 10.000 tropas a la región separatista de Moldavia, cerca de la OTAN

Según informes, Rusia busca expandir su presencia militar en la región separatista de Transnistria, con planes de aumentar su fuerza actual de aproximadamente 1500 a hasta 10 000 efectivos. La medida coincide con un ejercicio militar de provocación que simula un asalto de la era soviética a Bucarest.
Según Defense Express del 12 de junio, las fuerzas rusas en Transnistria llevaron a cabo recientemente un simulacro de operación que replica la ofensiva de Jassy-Kishinev de 1944, que históricamente terminó con la entrada de las tropas soviéticas en la capital rumana.
El ejercicio se llevó a cabo en una zona de seguridad desmilitarizada cerca de Tiraspol, violando múltiples acuerdos bilaterales e internacionales. Los informes indican que participaron en el ejercicio 13 sistemas de artillería y 16 vehículos militares adicionales.

Defense Romania declaró que se oía fuego de artillería en Chisináu, pero no se permitió el acceso a la zona a observadores moldavos y rumanos.
La publicación enfatizó que este evento no debe verse simplemente como una "recreación histórica", sino como una demostración deliberada de fuerza dirigida tanto contra Moldavia como contra Rumanía.
Según se informa, el posible aumento del número de tropas está vinculado a los esfuerzos de Rusia por instalar un gobierno pro-Kremlin en Moldavia, lo que podría facilitar nuevos despliegues militares.
El primer ministro moldavo, Dorin Recean, citando información de inteligencia nacional, advirtió que Moscú está gastando el equivalente al 1% del PIB de Moldavia en operaciones políticas para influir en los asuntos internos del país.

Si bien The Military Balance 2024 señala que el tamaño exacto del contingente ruso en Transnistria es difícil de verificar, estima la presencia de 1500 soldados, apoyados por helicópteros Mi-8 y Mi-24. Hasta la fecha, no ha habido una respuesta internacional significativa a estos acontecimientos.
Los analistas advierten que las acciones de Rusia en Transnistria representan un mensaje estratégico más amplio para la región de los Balcanes.
Anteriormente, el 7 de enero de 2025, el primer ministro moldavo Dorin Recean declaró que la reintegración de Transnistria debe comenzar con la retirada de las tropas rusas, calificando su presencia como un obstáculo clave para la paz. Propuso reemplazarlas con fuerzas de paz internacionales como parte de un plan más amplio para restaurar el control de Moldavia sobre la región.






