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Se acabó la quiebra: la fábrica de artillería rusa renace para alimentar la maquinaria bélica de Putin

Las imágenes satelitales muestran que la planta de artillería rusa Motovilikha, situada en Perm, ha completado la construcción de nuevas instalaciones de producción, según informó el analista de defensa OSINT Daniele el 7 de septiembre.
«La importante ampliación del espacio de producción, que comenzó a finales de 2024, se completó en agosto de 2025», señaló el analista.
Our work at @tochnyi continues to monitor the Russian war effort. Here, I share our latest findings on Perm Motovilikha Plant, responsible for producing various weapon systems, particularly artillery guns.
— Daniele 🇺🇦🇬🇧🏴 (@HartreeFock) September 7, 2025
A significant expansion of their workspaces, initiated in late 2024, was… pic.twitter.com/nOk93GYwkI
Motovilikha es el desarrollador y único fabricante ruso de vehículos de transporte y carga para sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes (MLRS), como el Grad y el Smerch, junto con sus variantes modernizadas Tornado-G y Tornado-S.
La planta también fabrica y repara sistemas de artillería autopropulsados, incluidos los Nona-SVK y Vena, obuses remolcados Msta-B, morteros Nona-M1 y otros sistemas de artillería.

Un año antes de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, la planta había reparado más de 30 obuses remolcados Msta-B y sistemas autopropulsados Gvozdika, y había enviado lanzacohetes Tornado-G mejorados.
Los documentos oficiales catalogan a la empresa como «Oficina de Diseño Especial» (JSC SKB), uno de los mayores productores rusos de sistemas de artillería MLRS.

La planta se declaró en quiebra en marzo de 2018 y se enfrentó a graves problemas financieros hasta 2023. Con la guerra de Moscú contra Ucrania alimentando la demanda de armas, los activos de producción de la instalación fueron adquiridos ese año por Remdizel, con sede en Naberezhnye Chelny, y posteriormente transferidos a Technodinamika, una filial de Rostec.
Technodinamika está sujeta a sanciones de Estados Unidos desde 2015 y fue añadida a la lista de sanciones de la UE en diciembre de 2022 como fabricante de material de defensa que abastece al ejército ruso para su guerra en Ucrania.

Hoy en día, la planta de Perm cuenta con el respaldo total de los contratos de defensa del Estado y sigue invirtiendo en la ampliación de su capacidad de producción.
Anteriormente, el proyecto de inteligencia de código abierto Oryx confirmó visualmente la primera pérdida registrada de un obús ruso D-74 de 122 mm, un sistema de artillería poco común que se remonta a la década de 1950.






