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Según se informa, Japón y Corea del Sur consideran la posibilidad de adquirir armas nucleares ante las amenazas regionales.
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Japón y Corea del Sur están sopesando cada vez más la posibilidad de desarrollar armas nucleares a medida que crece la preocupación por la fiabilidad de las garantías de seguridad de Estados Unidos, especialmente a la luz de la postura cautelosa de Washington con respecto a Ucrania, según informó Reuters el 20 de agosto.
Según el medio, los periodistas hablaron con más de una docena de legisladores, funcionarios gubernamentales y exlíderes militares de ambos países. Rui Matsukawa, ex viceministro de Defensa japonés, dijo: «No se puede dar por sentada la presencia de Estados Unidos».
Actualmente, Japón depende del «paraguas nuclear» estadounidense para protegerse de tres vecinos con armas nucleares: Rusia, China y Corea del Norte. Pekín también está ampliando rápidamente su arsenal, y el Pentágono prevé que podría desplegar más de 1000 ojivas para 2030.
El almirante retirado Tomohisa Takei, que dirigió la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón entre 2014 y 2016, advirtió que la vacilación de Estados Unidos a la hora de suministrar ciertas armas avanzadas a Ucrania ha minado la confianza en la capacidad disuasoria estadounidense. «Creo que la credibilidad de la disuasión ampliada se ha visto significativamente afectada para los países que se encuentran bajo el paraguas nuclear de Estados Unidos», afirmó.
El primer ministro Shigeru Ishiba planteó anteriormente la idea de una «OTAN asiática», que incluiría acuerdos de intercambio nuclear. Aunque el partido gobernante insiste en que Japón no revisará sus principios antinucleares, Ishiba ha pedido a los líderes del partido que «examinen los futuros acuerdos de seguridad de Japón en Asia». El Ministerio de Relaciones Exteriores japonés reiteró que Tokio no considera aceptable el intercambio nuclear.
Aun así, Matsukawa y otros legisladores de alto rango han sugerido replantearse si se debe permitir la presencia de armas nucleares estadounidenses en territorio japonés.
El submarino nuclear estadounidense USS Annapolis atracó en la isla surcoreana de Jeju el 24 de julio de 2023, pocos días después de la primera visita de un submarino nuclear estadounidense en cuatro décadas. La medida se produce en medio de una escalada de tensiones tras las pruebas con misiles balísticos de Corea del Norte, y Washington y Seúl se han comprometido a reforzar su postura de defensa conjunta en la península coreana.
Varios políticos japoneses sostienen que Japón debería al menos prepararse para acuerdos de intercambio nuclear, similares a los de los miembros de la OTAN Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía, que albergan armas nucleares estadounidenses. En tiempo de guerra, estos países no nucleares podrían lanzar bombas nucleares estadounidenses con sus propios aviones.
El expresidente surcoreano Yoon Suk Yeol planteó brevemente la posibilidad de adquirir armas nucleares en 2023, en medio de las crecientes amenazas de Corea del Norte, pero más tarde dio marcha atrás tras recibir garantías más firmes por parte de la administración del presidente Joe Biden.
Tras su destitución, el recién elegido presidente Lee Jae Myung descartó la idea del armamento nuclear, aunque su jefe de inteligencia, Lee Jong Seok, instó a Seúl a asegurarse los derechos de enriquecimiento de uranio para señalar «las capacidades nucleares potenciales».
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur subrayó que su alianza de décadas con Estados Unidos sigue siendo «la base de nuestra diplomacia y ha desempeñado un papel clave en el mantenimiento de la paz y la estabilidad en la península de Corea».
Anteriormente, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, destacó la disposición de Kyiv a profundizar la cooperación en materia de defensa con Tokio, en particular en el ámbito de la tecnología de drones. En declaraciones a Kyodo News el 4 de agosto, afirmó que Ucrania está dispuesta a compartir su experiencia bélica contra las fuerzas rusas y a explorar oportunidades de producción conjunta con Japón.
