Las arcas rusas se secan: Cómo las sanciones y el precio del petróleo afectan al Fondo Nacional de la Riqueza

Dos pilares fundamentales sostienen la economía rusa: los recursos naturales y el Fondo de la Riqueza Nacional (NWF).

El Fondo Ruso de la Riqueza Nacional registró un descenso histórico en la primavera de 2025, con sus activos líquidos reducidos a sólo 35.700 millones de dólares. Para contextualizar: tres años antes, el valor del fondo era cinco veces superior. Sólo en mayo de 2025, los gastos superaron los 5.000 millones de dólares, y el dinero se utilizó para cubrir el déficit presupuestario ruso.

La guerra en Ucrania se ha convertido en una enorme carga financiera para el Kremlin, con un gasto militar oficial que alcanza los 142.000 millones de dólares. En los últimos tres años, Rusia ha sufrido más de un millón de muertos y heridos. Aunque tales pérdidas no parecen disuadir al líder ruso Vladimir Putin, la presión económica es otro asunto, especialmente porque el sistema debe mantenerse en funcionamiento. Drenar el NWF es una de las pocas formas prácticas de detener a Rusia. Las sanciones y la reducción de los ingresos del petróleo son los medios más prometedores para ello, algo de lo que se ha hecho eco el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

¿De qué consiste el Fondo Nacional de Riqueza ruso?

La economía rusa se basa en gran medida en los recursos naturales. El petróleo y el gas representan alrededor del 40% de los ingresos públicos. Estos ingresos ayudan a financiar grandes proyectos de infraestructuras y a cubrir déficits presupuestarios a través de un mecanismo específico: el Fondo de la Riqueza Nacional.

El fondo funciona según un esquema específico: cuando los precios del petróleo son altos, una parte de los ingresos extra se grava y se destina al NWF. En el momento de escribir estas líneas, el fondo recibe ingresos fiscales adicionales de las ventas de petróleo a un precio superior a 60 dólares por barril. Por ejemplo, si el petróleo ruso se vende a 75 dólares el barril, el Kremlin canaliza el excedente hacia el fondo, que puede gastarse o guardarse para un uso futuro.

El fondo tenía un valor aproximado de 13,9 billones de rublos en diciembre de 2021, lo que equivale a 185.000 millones de dólares y más del 10% del PIB del país, una enorme suma que podría haberse invertido en el desarrollo nacional. En su lugar, se utilizó para ampliar el complejo militar-industrial y financiar la guerra contra Ucrania. Así es como Rusia ha construido su presupuesto militar.

¿Qué está detrás del agotamiento?

En el principio, Rusia esperaba una victoria rápida en Ucrania: una guerra relámpago, Kyiv en tres días. El plan fracasó y la guerra se ha prolongado durante más de 1.000 días. En un conflicto tan prolongado, la resistencia económica se convierte en un factor decisivo.

Ucrania recibe ayuda financiera de socios de Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón. Rusia depende del petróleo, el gas y la NWF para evitar un colapso económico. Los altos precios de la energía ayudaron a Moscú a mantener la estabilidad presupuestaria a pesar de casi dos docenas de paquetes de sanciones. Sin embargo, esto tuvo un alto costo, drenando silenciosamente las reservas del fondo.

En febrero de 2022, Moscú tenía más de 13 billones de rublos (unos 180.000 millones de dólares) en el NWF. La parte líquida -fácilmente convertible en efectivo- era de 8,9 billones de rublos (113.000 millones de dólares) en enero de 2022.

En los años siguientes, para compensar su déficit presupuestario, Rusia vendió activos líquidos como oro y divisas, agotando constantemente el fondo. A finales de febrero de 2025, sólo quedaban 3,4 billones de rublos (más de 40.000 millones de dólares) en activos líquidos, 2,5 veces menos. A finales de mayo de 2025, la cifra se había reducido aún más, a 2,8 billones de rublos, o poco más de 35.000 millones de dólares. Desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala, el NWF se ha reducido en un 68%.

Por qué están funcionando las sanciones contra Rusia

La caída de los precios mundiales del petróleo y el endurecimiento de las sanciones socavan directamente la capacidad de Rusia para rellenar sus reservas financieras. Sin nuevas entradas, el fondo pierde su capacidad de cubrir déficits presupuestarios. No se trata simplemente de ayudar a Ucrania, sino de limitar la capacidad de Rusia para financiar agresiones en cualquier lugar.

El presupuesto de Rusia para 2025 se basa en un precio del petróleo de 69 dólares por barril, pero durante gran parte del primer semestre del año, el crudo de los Urales cotizó por debajo de ese nivel, incluso antes de contabilizar los descuentos especiales ofrecidos a los principales compradores. Además, Putin mantiene el rublo artificialmente fuerte por razones políticas, lo que reduce aún más los ingresos de Rusia denominados en dólares.

Rusia gasta mucho más de lo que ingresa y debe recurrir a la NWF para tapar los agujeros. Esto da a Occidente una clara ventaja estratégica: cada dólar recortado de los ingresos petroleros de Rusia es un dólar menos disponible para armas, campañas de desinformación u operaciones de influencia en el extranjero. La reducción del FNA demuestra claramente que las sanciones contra Rusia están funcionando.

Las propuestas políticas, como reducir el precio máximo del petróleo a 45 dólares por barril o imponer restricciones más estrictas a las compras de petróleo ruso respaldadas por Estados Unidos, son herramientas para paralizar económicamente a Rusia y poner fin a la guerra más rápidamente.

El petróleo es la última gran baza de Putin. Las sanciones son el medio para neutralizarlo, sin desplegar tropas, sin disparar un tiro. No hace falta romper toda la baraja si se puede sacar el as.