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De China a Bielorrusia: el intento desesperado de Moscú por cubrir la escasez de gasolina tras los ataques con drones

Rusia se apresura a importar gasolina de China y otros países asiáticos para cubrir la grave escasez en el país, tras una ola de ataques con drones ucranianos que paralizaron algunas de sus mayores refinerías de petróleo, según informó el medio ruso Kommersant el 1 de octubre.
Moscú está preparando un paquete de medidas que permitiría la importación libre de impuestos de gasolina de China, Corea del Sur y Singapur a través de determinados puestos de control en el Lejano Oriente ruso.
Para que el plan sea viable, el gobierno también subvencionará a los importadores cubriendo la diferencia entre los precios globales más altos y las tarifas nacionales más bajas de Rusia.

Tres empresas—la estatal Rosneft, la Independent Oil and Gas Company (NNK) y la también estatal Promsyreimport—tendrán permiso para importar combustible asiático.
Las autoridades creen que este plan podría liberar la producción de las refinerías siberianas para las regiones centrales de Rusia, lo que supondría un aumento de unas 150 000 toneladas de gasolina al mes.
El gobierno también tiene previsto impulsar las importaciones procedentes de Bielorrusia y, en una medida controvertida, levantar la prohibición del uso de monometilanilina (MMA), un aditivo tóxico que aumenta el octanaje, relacionado con el cáncer y prohibido en la mayoría de los países. Rusia había utilizado MMA hasta 2016, pero ahora está considerando reintroducirlo para ampliar la capacidad de producción.

A pesar de estas medidas, las autoridades admiten que la situación sigue siendo precaria. «Existe el riesgo de que se produzca un mayor deterioro en el suministro de combustible al mercado interno, a pesar de las medidas adoptadas para proteger las instalaciones energéticas», escribió el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, en un memorándum dirigido al primer ministro, Mikhail Mishustin, según Kommersant.
A finales de septiembre, un 38 % de la capacidad de refinación de Rusia estaba fuera de servicio, lo que equivale a 338 000 toneladas diarias. Alrededor del 70 % de los cierres se debieron a ataques con drones, que han inutilizado más de 20 refinerías importantes desde principios de agosto.
Entre los cierres se encuentran algunas de las plantas más potentes de Rusia: la refinería de Kirishi, cerca de San Petersburgo, la segunda más grande del país, detuvo sus operaciones el 14 de septiembre, mientras que la refinería de Rosneft en Riazán, una de las cinco más importantes del país, dejó de funcionar el 5 de septiembre. La refinería de Novokuibyshevsk se detuvo el 20 de septiembre, seguida por la planta de Gazprom en Astracán dos días después.

Las interrupciones en cadena han provocado escasez de combustible desde Sajalín y las islas Kuriles hasta Nizhni Nóvgorod y Crimea, donde las autoridades han limitado esta semana las ventas a un máximo de 30 litros por cliente.
Si se llevan a cabo las importaciones desde Asia y Bielorrusia, y si los reguladores suavizan las restricciones medioambientales sobre la composición de la gasolina, el Kremlin espera añadir 350 000 toneladas de gasolina y 100 000 toneladas de diésel al mercado nacional cada mes, según Kommersant. Las propuestas incluyen permitir mezclas de gasolina con hasta un 10 % de etanol y elevar el umbral legal de hidrocarburos aromáticos al 42 %.
Anteriormente, surgieron informes de que drones ucranianos atacaron el corazón del sector energético ruso, dejando fuera de servicio casi el 40 % de su capacidad de refinación de petróleo y obligando a Moscú a enfrentarse a su peor crisis de combustible en décadas.
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