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Documentos filtrados revelan conversaciones secretas entre Irán y Rusia sobre tecnología nuclear

Un grupo de científicos iraníes vinculados a la controvertida unidad de investigación de defensa de Teherán visitó instalaciones científicas rusas en agosto de 2024, en una misión secreta para explorar tecnologías relacionadas con la energía nuclear con posibles aplicaciones bélicas.
Según el Financial Times del 5 de agosto, la delegación buscaba acceder a los conocimientos rusos en tecnologías de doble uso, incluidas herramientas para simular explosiones nucleares e isótopos radiactivos que pueden aumentar el rendimiento de las ojivas nucleares.
La investigación se basa en correspondencia interna, registros de viajes y documentos corporativos obtenidos de fuentes iraníes y rusas.
El grupo iraní, formado por cinco miembros, estaba liderado por el físico nuclear Ali Kalvand, a quien los funcionarios occidentales identifican como una figura destacada de la Organización de Innovación e Investigación Defensiva (SPND) de Irán. Estados Unidos ha designado a la SPND como sucesora del programa de armas nucleares de Irán anterior a 2004.
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La delegación incluía a representantes de DamavandTec, una empresa con sede en Teherán sujeta a sanciones estadounidenses por sus actividades de adquisición para el SPND, y a un oficial del servicio de contrainteligencia militar de Irán.
Los documentos obtenidos por FT, entre los que se incluyen correspondencia, registros de viajes y documentos corporativos, indican que el grupo iraní visitó al menos dos instituciones rusas: Tekhnoekspert y el Centro de Investigación Toriy.
Ambos están asociados con tecnologías que, según los expertos en no proliferación, podrían ayudar en la prueba de armas nucleares, como los aceleradores de electrones y los klystrons utilizados en los sistemas de rayos X flash. Estos sistemas pueden simular la dinámica interna de una explosión nuclear sin detonación, una técnica utilizada para evaluar el rendimiento del mecanismo de implosión de un arma.
Las agencias de inteligencia occidentales han evaluado que, aunque Irán no ha reiniciado formalmente su programa de armas nucleares—suspendido en 2003 por el líder supremo Alí Jamenei—, ha tomado medidas para mantener los conocimientos técnicos que reducirían el tiempo necesario para construir un dispositivo nuclear si se tomara una decisión política en ese sentido.
En mayo de 2024, DamavandTec presentó una solicitud a un proveedor ruso para adquirir isótopos radiactivos, incluido el tritio, un material sujeto a estrictos controles internacionales debido a su papel en el aumento del rendimiento explosivo de las ojivas nucleares.
Aunque no hay pruebas de que los isótopos se hayan entregado, los expertos afirman que este tipo de solicitudes por parte de entidades vinculadas a la defensa se consideran riesgos significativos de proliferación.
Entre los delegados iraníes se encontraba Soroush Mohtashami, físico nuclear con experiencia en generadores de neutrones, componentes con usos tanto civiles como militares, entre ellos el de iniciar explosiones nucleares.
Su director de tesis doctoral, Fereydoon Abbasi-Davani, fue sancionado por la ONU por su participación en los anteriores esfuerzos de Irán por desarrollar armas nucleares. Abbasi-Davani murió posteriormente en un ataque aéreo israelí contra la sede de la SPND en junio de 2025, durante el conflicto entre Israel e Irán.
Otros miembros de la delegación incluían a personas vinculadas anteriormente a entidades sancionadas, como Javad Ghasemi, antiguo ejecutivo de Paradise Medical Pioneers y actual director ejecutivo de Imen Gostar Raman Kish, ambas con conexiones con el sector de defensa de Irán y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC).
Kalvand, graduado por el Instituto Politécnico de Kyiv y fluido en ruso, recibió una invitación formal a Moscú del científico ruso Oleg Maslennikov, cuyas empresas producen tecnologías relacionadas tanto con las comunicaciones espaciales como con la investigación nuclear. Según el FT, la visita del grupo a dichas instalaciones habría requerido la aprobación de los servicios de seguridad rusos.
El informe se produce en medio de una preocupación generalizada por la evolución de la cooperación entre Irán y Rusia. Aunque Rusia se ha opuesto históricamente al desarrollo de armas nucleares por parte de Irán, algunos analistas occidentales sugieren que la postura de Moscú podría estar cambiando en el contexto de su competencia geopolítica con Occidente.
Según ellos, la guerra en curso de Rusia contra Ucrania podría estar llevando a Moscú a reconsiderar sus compromisos anteriores en materia de no proliferación.

Las autoridades estadounidenses y los expertos en no proliferación siguen vigilando de cerca las actividades de la SPND, y señalan que la estrategia de la organización parece centrarse en mantener la base científica y técnica necesaria para una posible militarización futura, en lugar de incurrir en violaciones manifiestas de los acuerdos internacionales.
Teherán ha negado sistemáticamente que esté desarrollando armas nucleares, alegando prohibiciones religiosas y sosteniendo que su programa nuclear es estrictamente pacífico. El Gobierno iraní no respondió a la solicitud de comentarios del FT. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, así como los representantes de las instituciones rusas mencionadas en la investigación, también se negaron a hacer comentarios.
Aunque Israel ha llevado a cabo múltiples ataques contra instalaciones y personal relacionados con el SPND, los expertos advierten que la infraestructura subyacente y los conocimientos institucionales pueden permanecer intactos.
«Israel no puede destruir por completo el programa nuclear de Irán», afirmó Nicole Grajewski, de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. «Porque Irán ha construido un sistema diseñado para sobrevivir a los científicos individuales».
A principios de este año, el Parlamento iraní ratificó un pacto de cooperación estratégica de 20 años con Rusia, formalizando compromisos conjuntos en los ámbitos militar, tecnológico y económico. El acuerdo incluye disposiciones sobre transferencias de armas, ejercicios conjuntos y colaboración en tecnologías nucleares y digitales, lo que profundiza la alianza bilateral en un momento de crecientes sanciones occidentales.






