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El arsenal nuclear chino supera las 600 cabezas nucleares ICBM y acorta distancias con EE.UU. y Rusia

China está acelerando rápidamente el crecimiento de su programa de armamento nuclear y va camino de igualar a Estados Unidos y Rusia en número de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) para 2030.
Según un informe publicado el 16 de junio por el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés), el arsenal de China es el de más rápido crecimiento del mundo, y se prevé que el país haya acumulado ya más de 600 cabezas nucleares, cifra que ha pasado de 410 en 2023 a 500 a principios de 2024.
Desde 2023, China ha añadido unas 100 cabezas nucleares al año, lo que refleja su objetivo estratégico a largo plazo de reforzar su fuerza nuclear disuasoria y adquirir mayor influencia en los asuntos de seguridad mundial.
Aunque China sigue estando muy por detrás de Estados Unidos y Rusia en número total de cabezas nucleares, está reduciendo la distancia en cuanto a sistemas de misiles desplegados, especialmente los de alcance intercontinental.

«Si se mantienen las tendencias actuales, la emergencia de China como un par nuclear en términos de capacidad de misiles balísticos intercontinentales -aunque no de arsenal total- podría remodelar fundamentalmente las futuras negociaciones sobre control de armamentos», señaló el SIPRI.
El arsenal de misiles chino: del DF-5 al DF-41
El creciente inventario de misiles de China incluye una combinación de sistemas de combustible sólido y líquido, lanzados tanto desde silos fijos como desde plataformas móviles, lo que permite opciones de despliegue más flexibles y con mayor capacidad de supervivencia.
El misil más moderno y potente de su arsenal es el DF-41, capaz de recorrer más de 12.000 kilómetros y de transportar hasta diez ojivas nucleares dirigidas de forma independiente (MIRV).

Los sistemas más antiguos pero operativos, como el DF-5B y el DF-5C, utilizan combustible líquido pero están equipados con tecnología MIRV y se almacenan en silos reforzados para aumentar su capacidad de supervivencia.
Por su parte, los DF-31A y DF-31AG ofrecen opciones móviles de segundo ataque, lo que refuerza aún más la posición nuclear de China.


Según Army Recognition, las conclusiones del SIPRI coinciden con las evaluaciones del Departamento de Defensa de Estados Unidos, que estima que el arsenal nuclear chino superará las 600 cabezas nucleares a mediados de 2025, para alcanzar las 1.000 en 2030 y potencialmente las 1.500 en 2035.
Por el contrario, Estados Unidos posee actualmente 5.177 cabezas nucleares y Rusia mantiene 5.459, controlando en conjunto casi el 90% de las armas nucleares del mundo.
Repercusiones geopolíticas y llamamientos al control de armamento
La rápida expansión ha desatado la preocupación en las capitales occidentales. En febrero de 2025, el presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió de que China podría alcanzar la paridad nuclear con Estados Unidos en un plazo de cinco a seis años y pidió que se reanudaran las conversaciones de desnuclearización en las que participaran Pekín y Moscú.

En respuesta, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Guo Jiakun, reafirmó la política nuclear «estrictamente defensiva» de China e insistió en que su arsenal se mantiene en el «nivel mínimo necesario para la seguridad nacional».
Guo también instó a Estados Unidos y Rusia a liderar el camino reduciendo sustancialmente sus arsenales nucleares para allanar el camino a futuras negociaciones multilaterales de desarme.
La expansión de China, incluida la construcción de cientos de nuevos silos de misiles en regiones como Xinjiang y Mongolia Interior, sugiere un cambio estratégico hacia una mayor disuasión y preparación.

Los analistas del SIPRI afirman que esta postura puede estar destinada a contrarrestar las doctrinas estadounidense y rusa, y posiblemente a prepararse para desempeñar un papel más asertivo a nivel regional o mundial en los próximos años.
Anteriormente, Estados Unidos comenzó a compartir información de inteligencia altamente clasificada sobre las actividades espaciales chinas y rusas con sus aliados de los Cinco Ojos, en lo que el ejército estadounidense ha calificado de «trascendental».
Hasta abril, las operaciones de Space Delta 9, una unidad estadounidense especializada en la guerra orbital, estaban estrictamente clasificadas como «sólo para ojos estadounidenses» y sólo eran accesibles para aquellos con la autorización de seguridad más alta.






