El megaterremoto de Kamchatka sacude la flota nuclear submarina de Putin: ¿y si ocurre lo peor?

El 30 de julio, un fuerte terremoto sacudió la costa de la península rusa de Kamchatka, provocando alertas de tsunami desde Japón hasta Chile y aumentando la preocupación por la seguridad de uno de los emplazamientos militares rusos de mayor importancia estratégica: la base nuclear de submarinos de Rybachiy.

Según el Servicio Geofísico de Rusia, el seísmo se produjo a unos 149 kilómetros al sureste de Petropavlovsk-Kamchatsky y registró una magnitud de 8,7, posteriormente elevada a 8,8 por el Servicio Geológico de Estados Unidos.

El temblor se originó a una profundidad de 19,3 kilómetros, lo que lo hizo especialmente intenso. Los sismólogos rusos describieron el evento como el más fuerte en la zona sísmica de Kamchatka desde 1952.

Olas de tsunami en el este de Rusia

El seísmo desencadenó múltiples olas de tsunami, con una altura de hasta cuatro metros registradas cerca de la estación meteorológica de Vodopadnaya, en el distrito de Yelizovo, y a lo largo de la costa del lago Kuril.

En Severo-Kurilsk, en la región de Sajalín, las olas del tsunami inundaron infraestructuras portuarias y una instalación de procesamiento de pescado, desalojando barcos y arrastrándolos al estrecho cercano. Más de 2.700 residentes fueron evacuados y se declaró el estado de emergencia.

Las autoridades rusas confirmaron daños estructurales en varias ciudades. En Petropavlovsk-Kamchatsky, donde las sacudidas alcanzaron un nivel de intensidad 7, se derrumbó parte del muro de un jardín de infancia.

Una mujer sufrió heridas en el aeropuerto local, mientras que otras personas informaron de traumatismos leves durante las evacuaciones. El Ministerio de Situaciones de Emergencia informó de un aumento de las llamadas médicas relacionadas con subidas de tensión y convulsiones, aunque oficialmente no se registraron víctimas mortales.

Actividad sísmica cerca del centro de submarinos nucleares rusos

El epicentro del seísmo se sitúa a sólo 130 kilómetros de la base de submarinos de Rybachiy, en Vilyuchinsk, que alberga una de las mayores concentraciones de armas nucleares y plataformas estratégicas de lanzamiento de Rusia. La base es un componente esencial de la Flota rusa del Pacífico y alberga varias clases de submarinos de propulsión nuclear, entre ellos:

• Proyecto 667BDR «Delta-III»: submarino K-44 Ryazan, equipado con 16 misiles balísticos R-29R, cada uno con tres cabezas nucleares.

• Proyecto 955 «Borei»: submarinos Alexander Nevsky y Vladimir Monomakh, armados cada uno con 16 misiles Bulava portadores de múltiples ojivas seleccionables independientemente (hasta 96 ojivas por buque).

• Proyecto 955A «Borei-A»: incluye al Príncipe Oleg, al Generalísimo Suvorov, al Emperador Alejandro III y al Príncipe Pozharsky, con capacidades de ataque y sigilo mejoradas.

• Proyecto 949A «Oscar-II»: incluye Tomsk, Omsk e Irkutsk, cada uno con 24 misiles de crucero, incluidas armas hipersónicas Zircon.

• Proyecto 885M «Yasen-M»: submarinos Novosibirsk y Krasnoyarsk, cada uno con hasta 40 misiles de crucero (Kalibr, Oniks, Zircon).

• Proyecto 971 «Shchuka-B»: Magadan y Kuzbass, equipado con hasta 28 misiles de crucero Kalibr.

• Submarino especial «Belgorod»: portador de drones submarinos y misiles de crucero Poseidón de propulsión nuclear.

En conjunto, estos submarinos son capaces de lanzar cientos de cabezas nucleares y representan un elemento central de la disuasión estratégica de Rusia.

Impactos en la seguridad global

La proximidad del seísmo a la base de submarinos de Rybachiy, donde Rusia almacena submarinos nucleares y misiles de largo alcance, hace temer por la resistencia sísmica de estas infraestructuras militares de alto riesgo.

Mientras que los submarinos modernos están construidos para resistir la presión y las sacudidas submarinas, las infraestructuras terrestres, incluidos los depósitos de almacenamiento de misiles, los sistemas de atraque y las instalaciones de mantenimiento nuclear, son mucho más susceptibles a los daños sísmicos.

Si cualquier parte de los sistemas de mando y control se viera comprometida, las consecuencias podrían ser graves, no sólo para Rusia, sino para la estabilidad nuclear mundial.

A diferencia de las centrales nucleares civiles, cuyos protocolos de seguridad son objeto de un minucioso escrutinio, las instalaciones militares suelen operar bajo un velo de secretismo. Sigue sin estar claro qué protocolos de emergencia se activaron en Rybachiy tras el seísmo, si es que se activó alguno, y si Rusia está preparada para gestionar una crisis en cascada en una base que alberga misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM) capaces de alcanzar Estados Unidos o Europa.

Por el momento, no se ha informado de daños en la flota de submarinos. Pero el hecho de que uno de los arsenales nucleares más peligrosos del mundo se sitúe sobre una de las zonas sísmicas más activas del planeta constituye una paradoja estratégica que exige la atención internacional.

Un fallo en Rybachiy, ya sea en el almacenamiento de cabezas nucleares, en los sistemas de abastecimiento de combustible para misiles o en la pérdida de la infraestructura de mando de los submarinos, podría provocar fugas incontroladas de radiación, lanzamientos accidentales de misiles o la pérdida total de la contención de los activos nucleares.

En el peor de los casos, esto podría desencadenar una contaminación regional o incluso señales malinterpretadas dentro de las cadenas de mando nuclear mundiales. Dado el secretismo que rodea a las operaciones militares rusas, la alerta temprana o la coordinación internacional serían casi imposibles.

Interrupción de la infraestructura civil y respuesta de emergencia

Las imágenes de Kamchatka muestran calles inundadas, infraestructuras portuarias dañadas y edificios derrumbados. En el Centro Oncológico de Kamchatka, el personal médico siguió operando durante el temblor, estabilizando físicamente al paciente mientras el quirófano temblaba.

El servicio de Internet se interrumpió temporalmente en toda la región, y los parques naturales suspendieron las rutas turísticas. El gobierno de Kamchatka declaró la emergencia regional. Las autoridades señalaron que no se habían registrado daños en las infraestructuras eléctricas.

Tras el seísmo inicial se produjeron más de 50 réplicas, varias de ellas muy fuertes. Los sismólogos rusos advirtieron de que las réplicas, algunas de las cuales podrían alcanzar una magnitud de 7,5, podrían persistir durante un mes, y no se descarta la posibilidad de que se produzcan nuevos tsunamis.

Alertas de tsunami en la cuenca del Pacífico

Se emitieron alertas de tsunami en todo el Pacífico, incluidos Japón, Estados Unidos, México, Perú y Chile.

En Japón, más de 200.000 personas fueron evacuadas. Se registraron olas de hasta 1,3 metros en el puerto de Kuji, en la prefectura de Iwate. Una mujer falleció durante la evacuación después de que su vehículo se saliera de la carretera.

Se suspendieron los servicios ferroviarios en el noreste del país, y el equipo de desmantelamiento de la central nuclear de Fukushima Daiichi fue evacuado temporalmente.

En Estados Unidos, la Defensa Civil de Hawai ordenó la evacuación de las zonas bajas, y la Guardia Costera dio instrucciones a todos los barcos para que abandonaran los puertos. Se observaron olas de hasta dos metros alrededor del atolón de Midway, y las alertas de tsunami se extendieron hasta Alaska.

Kamchatka, región sísmicamente activa delimitada por los mares del Pacífico, de Bering y de Okhotsk, se asienta sobre el límite de la placa del Pacífico. Con una población de unos 300.000 habitantes, su capital, Petropavlovsk-Kamchatsky, alberga gran parte de las infraestructuras de la península.

A principios de julio, Rusia puso en servicio el Knyaz Pozharsky, su último submarino nuclear de misiles balísticos de la clase Borei-A, equipado con 16 SLBM Bulava y avanzadas características de sigilo. El buque, presentado en una ceremonia a la que asistió Vladimir Putin, operará bajo la Flota del Norte y supone un impulso continuo para modernizar la disuasión nuclear rusa basada en el mar.

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