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El nuevo sistema de defensa antiaérea Buk-MB2K marca la ruptura parcial de Bielorrusia con la dependencia rusa

En la feria Indo Defence 2025 de Yakarta, la empresa de defensa bielorrusa E-System Solutions presentó una maqueta del nuevo sistema de misiles tierra-aire de medio alcance Buk-MB2K, que ya está oficialmente en servicio en las Fuerzas Armadas bielorrusas, según informó el 16 de junio el medio de comunicación de defensa Army Recognition.
Esta aparición supone el debut de la plataforma en el sudeste asiático, tras su presentación completa en la feria de defensa MILEX 2025, celebrada en Minsk unas semanas antes.

El Buk-MB2K, diseñado para su uso en entornos de alta amenaza con guerra electrónica y ataques aéreos masivos, refleja la creciente ambición de Bielorrusia de mantener una industria de misiles autosuficiente al tiempo que continúa la cooperación militar estratégica con Rusia, señaló Army Recognition.
El Buk-MB2K «se estaba preparando para disparar durante los ensayos con fuego real en diciembre de 2024 cerca de la frontera ucraniana», según funcionarios bielorrusos. Estas pruebas precedieron a su integración formal en la red nacional de defensa antiaérea.
Construido en torno al misil 9M318, el Buk-MB2K es interoperable con municiones anteriores de la familia Buk, incluidos el 9M38MB y el 9M317, lo que ofrece flexibilidad a los operadores de sistemas heredados.

Cada vehículo lanzador lleva cuatro misiles y puede estar listo para el combate en cinco minutos, lo que permite un rápido redespliegue y minimiza la exposición al fuego de contrabatería.
El sistema consta de varios componentes integrados:
9A310MB2K: La unidad de fuego autopropulsada.
9A39MB2K: Cargador-lanzador con misiles de reserva.
9S470MB2K: Puesto de mando coordinando el control de fuego.
9S150MB: Radar de adquisición de largo alcance.
Los subsistemas están conectados por radio, cable o incluso enlaces de fibra óptica de hasta 120 kilómetros, lo que hace que el Buk-MB2K sea adecuado para su integración en arquitecturas de defensa aérea nacionales o regionales.
Según el Reconocimiento del Ejército, el sistema sobre ruedas cuenta con un motor diésel de 500 caballos de potencia, que permite una velocidad máxima en carretera de 60 km/h y una autonomía de 700 kilómetros.
Su radar puede detectar aviones del tamaño de un caza a 130 km y seguirlos a 110 km cuando vuelan a 3.000 metros.
Los helicópteros suspendidos a 30 metros de altitud pueden detectarse a 8 km, y los sensores optoelectrónicos permiten la detección pasiva de objetivos frontales a 40 km, lo que resulta ideal para operar sin emisiones de radar en entornos conflictivos.
Rastreo multiobjetivo y misiles modernizados
Capaz de interceptar objetivos a altitudes de entre 15 y 25.000 metros y con alcances de entre 3 y 70 kilómetros, el Buk-MB2K puede enfrentarse a una amplia variedad de amenazas, incluidos misiles de crucero, vehículos aéreos no tripulados, aviones tripulados, misiles balísticos tácticos y armas lanzadas desde el aire. El sistema puede atacar a varios objetivos, lo que le permite contrarrestar ataques de saturación.
La joya de la corona del sistema, el misil 9M318, se desarrolló en la década de 2010 después de que Rusia suspendiera las entregas del antiguo misil 9M38.

Con un peso de 815 kg y equipado con un radar buscador activo, el 9M318 permite el guiado terminal autónomo, liberando al radar de combate para tareas de seguimiento. Su diseño modular incluye software de guiado y buscadores desarrollados en Bielorrusia, con componentes de propulsión procedentes de proveedores chinos.
El misil puede alcanzar objetivos que se desplacen hasta 1.350 metros por segundo y soportar cargas de maniobra de hasta 25G.
Bielorrusia intenta distanciarse de Rusia
La industria de defensa bielorrusa ha aumentado constantemente su capacidad de producción nacional de misiles durante la última década, con el objetivo de reducir la dependencia de los arsenales soviéticos y de los proveedores extranjeros.
En la actualidad, el país fabrica dos tipos de misiles conocidos: el 9M318 para sistemas Buk y cohetes para el sistema de lanzamiento múltiple Polonez, aunque la producción a gran escala de Polonez sigue sin confirmarse.
Al parecer, Bielorrusia también participa en la producción de componentes para los sistemas Iskander y S-300/S-400 de Rusia. Las estimaciones de BELPOL sugieren que la producción total de misiles de Bielorrusia—de todos los tipos—podría alcanzar las 300.000 unidades anuales en 2027 o 2028.

Este modelo, inspirado en la estrategia industrial de defensa de China, apoya la autonomía estratégica a largo plazo al tiempo que preserva la cooperación bilateral con Moscú.
Pese al avance de sus líneas de producción independientes, Bielorrusia sigue albergando sistemas de misiles rusos S-400 e Iskander, realiza maniobras conjuntas con misiles cerca de la frontera ucraniana y aloja armas nucleares tácticas rusas.
Anteriormente se había informado de que Rusia estaba modernizando sus bases nucleares de Kaliningrado y Bielorrusia, según las imágenes obtenidas por satélite.





