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Rusia lanza silenciosamente un buque espía construido para cazar los cables submarinos de la OTAN

Rusia ha botado discretamente el Vicealmirante Burilichev, un nuevo buque de investigación oceanográfica del que los analistas occidentales sospechan que servirá como plataforma de recogida de información.
El buque fue botado en los astilleros de Vyborg, pertenecientes a la United Shipbuilding Corporation, en una ceremonia que careció de publicidad oficial, lo que alimentó aún más las sospechas sobre su verdadera misión, según informó el 1 de julio el medio marítimo ruso Korabel.
Aunque oficialmente es un buque de investigación dependiente de la Dirección General de Investigación en Aguas Profundas (GUGI) del Ministerio de Defensa ruso, se cree que el Vicealmirante Burilichev es el último de una serie de buques espía de doble uso diseñados para vigilar, cartografiar y, potencialmente, manipular infraestructuras de comunicaciones submarinas críticas, especialmente cables vinculados a la OTAN, según informó el medio de comunicación de defensa Army Recognition.

Según Army Recognition, el nuevo buque pertenece al Proyecto 22011 de Rusia, una evolución del anterior Proyecto 22010, que produjo el tristemente célebre buque espía Yantar.
Bautizado con el nombre del difunto vicealmirante Alexei Burilichev, héroe de Rusia y antiguo jefe de GUGI, el buque está diseñado para operaciones de larga duración a profundidades extremas, equipado con sumergibles de gran calado, sonares avanzados y equipos de interacción por cable.
Una nueva herramienta para el reconocimiento de aguas profundas
El Vicealmirante Burilichev tiene 108,1 metros de eslora y 17,2 metros de manga, con un desplazamiento de 5.230 toneladas. Está equipado con propulsión diésel-eléctrica, hélices de proa y propulsores acimutales para el mantenimiento de la posición, lo que es crucial para las operaciones submarinas.
Los sistemas de a bordo están diseñados para soportar sumergibles de inmersión profunda como Rus (Proyecto 16810) y Consul (Proyecto 16811), que pueden alcanzar profundidades superiores a los 6.000 metros y son capaces de recuperar objetos de hasta 200 kilogramos.
Se espera que el buque se incorpore a la Flota rusa del Báltico, lo que lo situará cerca de infraestructuras submarinas transatlánticas y europeas críticas.
Según Army Recognition, esto incluye cables submarinos de fibra óptica que transportan gran parte del tráfico mundial de Internet y de comunicaciones militares. Las agencias de inteligencia occidentales están especialmente preocupadas por la posibilidad de vigilancia o sabotaje.
El proyecto 22011 continúa la misión de su predecesor, el proyecto 22010. El anterior Yantar adquirió notoriedad por sus operaciones cerca de lugares sensibles, como la base submarina estadounidense de Kings Bay (Georgia) y los cables submarinos del Mediterráneo y Noruega.
Se ha observado al buque realizando búsquedas a baja velocidad y con patrones de cuadrícula, características del despliegue de sumergibles, y en ocasiones desactivando su Sistema de Identificación Automática (AIS) durante las operaciones.
Diseño de doble uso, implicaciones estratégicas
Aunque el Ministerio de Defensa ruso afirma que estos buques realizan investigaciones oceanográficas y operaciones de búsqueda y rescate, Army Recognition señala que la OTAN los considera parte de una flota especializada en inteligencia.

Su diseño incluye hangares laterales, bastidores en A para desplegar ROV (vehículos operados por control remoto) y conjuntos de sonares remolcados, lo que permite el reconocimiento encubierto y la intervención submarina.
La historia del espionaje naval soviético y ruso apoya esta interpretación. A partir de la década de 1950, la Unión Soviética desplegó una gran flota de buques AGI (Auxiliares, Inteligencia General) disfrazados de arrastreros pesqueros.
A éstos les siguieron plataformas construidas expresamente, como los buques SIGINT de la clase Balzam y el Ural de propulsión atómica. La flota actual—incluidos el Yantar, el Vicealmirante Burilichev y el suspendido Almaz—continúa este legado bajo disfraces modernos.
Los retrasos en la construcción del Vicealmirante Burilichev y de otros buques GUGI se han atribuido a la dificultad de Rusia para abastecerse de componentes de alta tecnología debido a las sanciones y a la guerra de Ucrania.
A pesar de estos contratiempos, Army Recognition subraya que la botadura de este buque es una señal estratégica: Rusia sigue invirtiendo en capacidades que podrían interrumpir las comunicaciones submarinas mundiales, aunque los nuevos cascos lleguen más despacio de lo previsto.

Anteriormente, un buque espía ruso fue avistado cerca de la base de submarinos nucleares del Reino Unido tras un importante ejercicio de la OTAN.
La Royal Navy confirmó que el destructor de defensa antiaérea HMS Dragon seguía de cerca al buque de inteligencia ruso Yuri Ivanov mientras merodeaba cerca de la costa de las Hébridas Exteriores, en el Atlántico Norte. Se sospechaba que el buque, diseñado para la vigilancia electrónica y la interceptación de señales, vigilaba las actividades de la OTAN tras el ejercicio.








