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Tortura sistemática de ucranianos en la extensa red de prisiones rusas
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![Photo of Jamal Marcelin]( "Photo of Jamal Marcelin")
![Photo of Lucile Brizard]( "Photo of Lucile Brizard")
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Rusia ha establecido una amplia red de prisiones y centros de detención preventiva donde se tortura sistemáticamente a los ucranianos capturados, según revelaron activistas de derechos humanos en abril de 2025.
Hasta esa fecha, se habían identificado más de 180 centros de este tipo, 90 de ellos en Rusia y el resto en territorios ucranianos anexionados. En un informe publicado el 6 de mayo por destacados medios de comunicación de todo el mundo en el marco del Proyecto Viktoriia, antiguos presos describían las brutales condiciones existentes en al menos 29 de estos centros, detallando abusos físicos, torturas y privaciones.
El IK-10 de Mordovia, conocido por su trato especialmente severo a los detenidos, ha sido señalado en el informe del Proyecto Viktoriia por sus malos tratos, con al menos tres muertes atribuidas a palizas y a una atención médica inadecuada.
El sistema penitenciario ruso para detenidos ucranianos se extiende por más de 180 instalaciones, 90 de ellas en Rusia y el resto en territorios anexionados, y se han denunciado torturas y condiciones inhumanas en 29 de estos centros.
Antiguos prisioneros describieron IK-10 como comparable al tristemente célebre SIZO-2 de Rusia en Taganrog. Fuentes de los servicios de inteligencia ucranianos confirman que las continuas palizas y la falta de atención médica provocaron muertes en el centro.
Los detenidos eran sometidos a ejercicios físicos forzados, duras palizas por ofensas triviales y privados de necesidades básicas, como sentarse o ir al baño sin permiso. Las raciones de comida eran mínimas, y Sergei, un antiguo preso, recuerda que durante dos semanas sólo le dieron una décima parte de una pastilla de jabón, mientras que se utilizaba lejía como único antiséptico.
Los guardias de IK-10 permanecían en el anonimato, con pasamontañas o mascarillas médicas, y eran conocidos por imponer prácticas crueles, como obligar a los prisioneros a cantar repetidamente la canción «Katyusha». Fuentes de la inteligencia ucraniana informan de que dos unidades del Servicio Penitenciario Federal, Typhoon y Rys, están implicadas en los abusos, y también se ha observado la presencia en el centro de unidades especiales del Lejano Oriente.
El número exacto de ucranianos retenidos en cautiverio ruso no está claro, pero las autoridades ucranianas calculan que hay más de 16.000 civiles y 8.000 prisioneros de guerra detenidos.
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Se cree que el número total de ucranianos detenidos o desaparecidos ronda los 50.000. Los malos tratos sistemáticos en estas prisiones ponen de relieve la estrategia de represión más amplia de Rusia, como ha informado el Proyecto Viktoriia.
En noticias relacionadas, una investigación internacional ha descubierto que el cuerpo de la periodista ucraniana Viktoria Roshchyna, que murió en cautiverio ruso, fue devuelto a Ucrania el 14 de febrero, sin varios órganos internos, posiblemente para ocultar la causa de la muerte.
