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Tras lanzar nuevas amenazas, Rusia intensifica la tensión con la retirada del Tratado INF y las pruebas con misiles
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![Photo of Jamal Marcelin]( "Photo of Jamal Marcelin")
![Photo of Dariia Mykhailenko]( "Photo of Dariia Mykhailenko")
El Ministerio de Defensa de Rusia ha cerrado el espacio aéreo sobre el campo de pruebas de misiles de Kapustin Yar, en la región de Astracán, del 5 al 9 de agosto.
La restricción fue confirmada en un NOTAM (Aviso a las misiones aéreas) publicado por la Administración Federal de Aviación de EE. UU., según informó The Moscow Times el 5 de agosto.
La zona, conocida por ser utilizada por Rusia para probar misiles balísticos intercontinentales, estará completamente cerrada al tráfico aéreo durante cinco días. El cierre coincide con un cambio político: Rusia ha declarado que ya no se considera vinculada por las restricciones del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF).
Según The Moscow Times, que cita una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Moscú está abandonando la prohibición que se había impuesto a sí misma de desplegar misiles terrestres de alcance intermedio y corto en respuesta a las «capacidades desestabilizadoras de los misiles» de Occidente cerca de las fronteras de Rusia.
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El Kremlin sugirió que podrían tomarse medidas militares, señalando que «las decisiones sobre los parámetros exactos de las medidas de respuesta dependerán de la evolución del panorama de la seguridad internacional y la estabilidad estratégica».
El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, que había permanecido en silencio durante varios días tras otra advertencia de Donald Trump, comentó la situación a través de X el 4 de agosto.
«Esta es una nueva realidad con la que todos nuestros oponentes tendrán que contar. Esperen más medidas», escribió.
Anteriormente, se informó de que, por primera vez, China había desplegado un submarino en Rusia como parte de las maniobras navales Joint Sea 2025, lo que indicaba una profundización de la cooperación militar entre ambos países. La flotilla china incluía un submarino diésel-eléctrico de la clase Kilo construido en Rusia, lo que supuso el primer atraque de un submarino chino en Rusia para este tipo de maniobras.
