Illia Kabachynskyi

Misiles y drones rusos mataron a 18 personas durante la noche en Ucrania, entre ellas niños y adolescentes. Esto ocurrió solo dos semanas después de la reunión entre Trump y Putin en Alaska, donde el líder ruso habló de su disposición a entablar conversaciones de paz.

El ataque a gran escala perpetrado por Rusia durante la noche contra Kyiv causó graves daños a la infraestructura ferroviaria de Ucrania, una arteria logística fundamental. Moscú atacó deliberadamente centros ferroviarios civiles clave.

Tras una oleada de ataques ucranianos contra refinerías rusas y una subida estacional de los precios, el sector de los combustibles de Rusia se está hundiendo cada vez más en la crisis. La interrupción de la logística por parte de Ucrania está resultando eficaz, ya que los civiles se muestran cada vez más reacios a soportar la política del Kremlin de «todo para el frente».

Con miles de misiles ERAM de largo alcance estadounidenses en camino, Ucrania podría atacar pronto los depósitos, los centros de suministro y las arterias vitales de la maquinaria bélica rusa.

Todos los objetivos: civiles. Un preciso ataque con misiles rusos alcanzó una fábrica de electrodomésticos de propiedad estadounidense en Mukachevo, hiriendo a 15 personas y provocando una respuesta masiva de los bomberos. No es la primera vez que empresas estadounidenses arden por culpa de Moscú.

Entre las condiciones establecidas por el líder ruso Vladimir Putin durante las conversaciones en Alaska se encuentra la rendición total de la región de Donetsk, parte del territorio soberano de Ucrania. Para Putin, tal concesión sería un regalo: cientos de miles de sus soldados no han logrado tomar la región en más de una década de combates.