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¿Acaso Rusia acaba de reavivar La Crisis de Octubre con Venezuela?

Sesenta años después de la aparición de los misiles soviéticos en Cuba, Moscú podría estar preparando un nuevo despliegue de alto riesgo, esta vez en Venezuela. Con los bombarderos estratégicos, los misiles de largo alcance y las amenazas nucleares de nuevo presentes en el discurso público, la estrategia de la Guerra Fría parece estar en marcha nuevamente.
Funcionarios rusos afirmaron que Moscú podría desplegar misiles balísticos de alcance medio y misiles de crucero en Venezuela, lo que potencialmente provocaría una escalada bélica similar a la de la Crisis de Octubre en 1962, según informó Defense Express el 4 de noviembre.
El vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma Estatal de Rusia, Alexey Zhuravlev, declaró que aviones de transporte militar rusos Il-76 ya habían entregado sistemas de defensa aérea Pantsir-S1 y Buk-M2 a Venezuela.

Zhuravlev también afirmó que Rusia podría desplegar el misil balístico de alcance intermedio Oreshnik o los misiles de crucero Kalibr en Ucrania como respuesta a la presión occidental.
El sistema Pantsir-S1 es una plataforma de defensa aérea autopropulsada de corto a medio alcance que combina cañones de fuego rápido con misiles tierra-aire. Ha sido ampliamente utilizado por las fuerzas rusas en Ucrania para proteger objetivos estratégicos de ataques con drones y misiles.

Sin embargo, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) informa que casi la mitad de las unidades Pantsir rusas han sido destruidas desde principios de 2025, incluyendo una durante un ataque con drones en la Crimea ocupada.
El Buk-M2 es un sistema de misiles tierra-aire de medio alcance diseñado para interceptar aeronaves, misiles de crucero y drones. Las fuerzas ucranianas han atacado con éxito múltiples lanzadores de Buk-M2 en el campo de batalla, incluyendo ataques de alto impacto en abril y septiembre de 2025.

La mención de Zhuravlev sobre el despliegue del misil Oreshnik atrajo especial atención. Según los informes, el sistema es capaz de transportar ojivas tanto convencionales como nucleares, con un rendimiento similar al del anterior RS-26 Rubezh.
El misil se utilizó por primera vez en combate durante un ataque hipersónico contra la ciudad ucraniana de Dnipro en noviembre de 2024, un lanzamiento que se interpretó ampliamente como una señal estratégica. En aquel momento, el misil estaba equipado con una ojiva convencional, no nuclear.

En octubre de 2025, el líder ruso Vladímir Putin declaró que el Oreshnik había entrado en pleno funcionamiento y podía desplegarse en Rusia, Bielorrusia e incluso más allá. Lo describió como «un arma que garantiza la paridad y el equilibrio estratégico», haciendo hincapié en su amplio alcance y velocidad hipersónica.
Por el contrario, el misil de crucero Kalibr se ha utilizado ampliamente en Ucrania desde principios de 2022. Diseñado para lanzamientos desde el mar y submarinos, el Kalibr ha alcanzado infraestructuras tanto militares como civiles. Cabe destacar que un ataque con Kalibr causó la muerte de más de 20 civiles en Vinnytsia en julio de 2022 y que impactó el puerto de Odesa poco después de la firma de un acuerdo de exportación de cereales.

Dada la complejidad logística del traslado de armamento estratégico a través del Atlántico, Defense Express señala que cualquier movimiento real de sistemas como el Oreshnik o el Kalibr a Venezuela requeriría casi con seguridad aviones de carga pesada An-124 «Ruslan», ya que el peso combinado del misil y su lanzador se estima en unas 70 toneladas.
Rusia ya ha utilizado estos aviones para transportar sistemas de misiles Iskander. Este tipo de traslados implican múltiples paradas para repostar y operaciones de carga de gran visibilidad, lo que dificulta su ocultación.

Los recientes vuelos de Il-76 observados en la ruta Moscú-Caracas, a través del norte y oeste de África, podrían haber transportado sistemas más ligeros, como plataformas de defensa aérea o equipo de apoyo. Sin embargo, la transferencia de armamento de ataque sería mucho más evidente.
Defense Express compara la situación actual con la Operación Anádyr de la Unión Soviética en 1962, cuando Moscú desplegó secretamente más de 40 lanzadores de misiles balísticos y 40.000 soldados en Cuba. Aquel despliegue, propio de la Guerra Fría, involucró 85 buques y varios meses de preparación antes de ser detectado por Estados Unidos.

Una operación de tal magnitud excedería las capacidades políticas y logísticas actuales de Rusia. Según Defense Express, un despliegue limitado—como un solo misil Oreshnik o un pequeño número de lanzadores Iskander—podría ser factible por vía aérea. Sin embargo, cualquier despliegue a mayor escala probablemente sería detectado con suficiente antelación, dado el nivel actual de vigilancia transatlántica.
En última instancia, el indicador más claro de que Moscú ha trasladado sistemas de misiles a Venezuela sería el vuelo transatlántico confirmado de un avión An-124 con carga relevante. De no ser así, concluye Defense Express, hablar de una nueva “crisis caribeña” sigue siendo mera especulación.

Anteriormente, el 27 de octubre de 2025, Vladimir Putin ratificó un tratado de asociación estratégica con Venezuela, formalizando la cooperación en los sectores militar, económico y energético. El acuerdo incluye el desarrollo conjunto de petróleo y gas, proyectos de infraestructura eléctrica y un plan para crear un sistema financiero ruso-venezolano independiente.
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