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El A-10 estadounidense muestra dos derribos de «Shahed» tras la gira del CENTCOM: ¿podrían sus cohetes ayudar a Ucrania a derrotar a los enjambres de drones?

Nuevas fotos de un A-10C Thunderbolt II regresando a Portsmouth tras un despliegue del CENTCOM muestran dos siluetas de drones tipo Shahed en su morro, junto con el dibujo «Ares». Aunque la Fuerza Aérea de los Estados Unidos no ha confirmado los enfrentamientos, las marcas sugieren que el Warthog se ha utilizado activamente para derribar drones de bajo costo en el teatro de operaciones.
Fotógrafos aeronáuticos captaron imágenes de un A-10C (indicativo TABOR61) que regresaba de Lajes con nuevas marcas, ya que dos siluetas tipo Shahed y la figura de Ares adornaban el morro del avión, lo que indicaba misiones aéreas contra UAS, según informó el medio de comunicación especializado en defensa Army Recognition el 13 de octubre.
El avión había pasado aproximadamente seis meses en la zona de responsabilidad del CENTCOM como parte de la Operación Inherent Resolve, donde los drones de ataque unidireccionales se han convertido en una amenaza persistente.

Aunque no ha habido ninguna declaración oficial de la Fuerza Aérea, estos indicadores visuales revelan una adaptación silenciosa del conjunto de misiones del Warthog, alineando la resistencia, la estabilidad de los sensores y la profundidad del cargador con la creciente necesidad de derrotar a los drones de bajo costo.
Por qué el A-10 funciona contra los drones
Los largos tiempos de permanencia en vuelo, los pods de designación de objetivos y la capacidad de armamento del A-10 lo hacen especialmente adecuado para misiones de combate contra sistemas aéreos no tripulados (UAS). Equipado con cohetes APKWS II de 70 mm guiados por láser, el avión puede atacar repetidamente drones lentos y frágiles en una sola salida.
TABOR61 (mixed the callsigns on the first flight 😅) arriving at PSM after a trip from Lajes! pic.twitter.com/pJwwJAgtJL
— Alex (@mhtplanes) October 10, 2025
Los cohetes con fusibles de proximidad permiten a los operadores atacar objetivos sin depender de misiles de alto costo, reservando los interceptores más caros para amenazas de mayor valor.
«La combinación de persistencia y precisión asequible del Warthog es perfecta para este tipo de amenazas de bajo costo», afirmó un analista de aviación familiarizado con las operaciones del CENTCOM.
«Puede eliminar enjambres y acabar con los fugitivos sin arriesgar misiles de 100 000 dólares en drones de 1000 dólares».
The GAU-8/A Avenger 30mm Gatling Gun is why the A-10 Thunderbolt is arguably the best close air support plane in history. pic.twitter.com/0UmBuZJnsV
— Defense News Nigeria (@DefenseNigeria) September 12, 2022
Implicaciones operativas y estratégicas
Históricamente, el A-10 se ganó su reputación en Irak y Siria por la protección de convoyes, el apoyo aéreo cercano y la vigilancia, funciones que dependían de la resistencia y la rápida reasignación de tareas.
El reciente despliegue muestra cómo la flexibilidad de la plataforma se ha ampliado silenciosamente, abarcando ahora misiones de combate contra sistemas aéreos no tripulados (UAS) que cubren las brechas entre las defensas terrestres y los cazas de alta gama.
It’s a 🐦! It’s a ✈! Nope, even better! It’s an A-10 #Thunderbolt II on an attack run @DMAFB. pic.twitter.com/ElRAkHrMsR
— Department of War 🇺🇸 (@DeptofWar) March 20, 2017
Este avance también tiene una connotación estratégica. Las ilustraciones en el morro de los aviones que representan derribos de drones tienen precedentes dentro de la OTAN, como el F-35 holandés que derribó un UAV ruso sobre Polonia a principios de este año.
Las siluetas transmiten capacidad, determinación y preparación rutinaria, lo que refuerza la disuasión a través de la transparencia y normaliza la doctrina de lucha contra los UAS.

La perspectiva ucraniana
Aunque es poco probable que Ucrania reciba aviones A-10, el enfoque operativo ofrece lecciones transferibles. La persistencia, los efectos de precisión de bajo costo y las múltiples oportunidades de combate podrían adaptarse a aeronaves de ala giratoria, plataformas ligeras de ala fija o incluso drones equipados con pods de puntería.
La lucha actual de Ucrania contra los enjambres rusos de tipo Shahed podría beneficiarse de principios similares: ampliar el tiempo de permanencia en la estación, aprovechar las municiones guiadas rentables y crear defensas contra los UAS en capas que maximicen los recursos limitados.

Combinar atacantes de bajo costo con contramedidas asequibles y repetibles podría cambiar la economía táctica a favor de Kyiv.
El regreso del A-10 del CENTCOM con dos siluetas Shahed es más que simbólico: refleja un cambio doctrinal más amplio en la guerra aérea moderna.
Al hacer hincapié en la resistencia, los efectos de bajo costo y la geometría de combate flexible, el Warthog demuestra cómo los recursos aéreos pueden contrarrestar eficazmente los enjambres de drones sin comprometer en exceso los recursos de alta gama.
U.S. Air Force A-10 Thunderbolt II's signal "thank you" to a KC-135 Stratotanker after receiving fuel during a combat patrol over the U.S. Central Command area of responsibility. pic.twitter.com/ew0zGmG0t0
— U.S. Central Command (@CENTCOM) August 7, 2025
Anteriormente, la Real Fuerza Aérea Holandesa registró la primera derribada confirmada en combate de su caza F-35A contra un dron ruso. El avión implicado, con número de cola F-027, pertenece al Escuadrón 313.
El avión fue marcado con una «marca de derribada», un símbolo pintado en el fuselaje para indicar el derribo exitoso de un objetivo enemigo.
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