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El dron de combate más caro de Rusia se estrella en Kazán: se sospecha que está implicado un bloqueo amistoso

Un dron de combate ruso—la respuesta de Rusia al MQ-9 Reaper estadounidense—se estrelló en Kazán el 8 de julio, al parecer inutilizado por un ataque electrónico.
El accidente se debió a una perturbación en su sistema de navegación por satélite, según la Planta de Aviación Civil de los Urales de Rusia, que ahora supervisa el desarrollo del dron, informaron el 9 de julio los medios rusos citando a la empresa.
"Durante el vuelo, la navegación por satélite del UAV fue interrumpida por equipos de guerra electrónica no identificados. El dron cambió a navegación inercial e intentó una segunda pasada de aterrizaje. El aterrizaje se realizó en modo inercial, y se produjo una situación atípica", declaró la oficina de prensa de la empresa.
El UAV en cuestión—conocido como «Altair» o «Altius-RU»—fue presentado como una de las plataformas de ataque y reconocimiento más avanzadas de Rusia y un rival nacional del MQ-9 Reaper estadounidense.
❗️Russia’s latest long-range combat drone “Altair” lasted just 5 minutes in the air—before crashing straight into a residential building in Kazan.
— Ivan Khomenko (@KhomenkoIv60065) July 8, 2025
Billed as Moscow’s answer to the MQ-9 Reaper, it can carry up to 1 ton of bombs. pic.twitter.com/0o9ryP412N
A pesar de estar equipado con un sistema de navegación inercial de última generación -el BINS-SP-2 basado en giroscopios láser-, el dron no llegó a la pista por casi un kilómetro y se estrelló en una zona residencial conocida como Dubki.
Aunque no hubo que lamentar víctimas, el incidente provocó un incendio y suscitó nuevas dudas sobre la fiabilidad de la plataforma en el mundo real.
El sistema ruso de «nueva generación» pierde la pista de aterrizaje por un kilómetro
El Altair se promocionó como símbolo de la innovación rusa en materia de defensa, con un fuselaje de material compuesto, una envergadura de 28 metros y una carga de armamento de 1.000 kg.
Diseñado para misiones de inteligencia y ataque, a menudo se describe como la respuesta rusa al MQ-9 Reaper estadounidense.
El dron tiene un fuselaje de material compuesto con una cola en forma de V, una envergadura de 28 metros y un peso estimado al despegue de 6 toneladas. Está equipado con un sistema de puntería optoelectrónico y un radar AESA de barrido lateral.
Altair está diseñado para operaciones de largo alcance, con una autonomía de vuelo declarada superior a 24 horas y un alcance de hasta 10.000 kilómetros. La plataforma puede transportar hasta 1.000 kilogramos de municiones guiadas y se controla vía satélite a distancias de hasta 800 kilómetros.

A pesar de sus capacidades, el dron sigue siendo de producción limitada, con un coste unitario estimado de entre 6 y 10 millones de dólares, según los analistas de defensa.
Su sistema inercial BINS-SP-2, desarrollado por el Instituto de Electromecánica y Automatización de Moscú, estaba destinado originalmente al caza ruso de quinta generación Su-57 y también sustituye a los sistemas franceses SIGMA 95 en los aviones Su-30 modernizados.

Sin embargo, el sistema de navegación parece haber fallado de forma catastrófica. Si el BINS-SP-2 estaba instalado, los analistas afirman que el fallo de un kilómetro sugiere o bien una avería grave o bien un sistema de reserva mal calibrado.
¿Interferencias o fuego amigo?
Aún más intrigante es la afirmación de que los sistemas de satélite del dron fueron inutilizados por “equipos de guerra electrónica externos no identificados”.
A pesar de que Rusia posee sus propios sistemas de satélites anti-interferencias, como el Kometa-M, el Altius quedó aparentemente desprotegido, o fue interferido por sus propios militares.
El programa Altius se ha enfrentado a numerosos retrasos desde su inicio en 2011, con una producción en serie formal anunciada para 2021. El último accidente puede suponer un nuevo revés para un sistema que ya lleva más de una década de turbulencias burocráticas y tecnológicas.
Anteriormente, surgieron informes de que las Fuerzas Armadas rusas han comenzado a utilizar drones disfrazados de pájaros, lo que los hace difíciles de detectar tanto visual como acústicamente.
Varias fuentes ucranianas han informado de la aparición de un inusual vehículo aéreo no tripulado que se asemeja a un pájaro tanto por su forma como por su comportamiento en vuelo.






