El ejecutivo de Rosatom Tyunin se convierte en el vigésimo alto directivo ruso que muere en circunstancias misteriosas.

En las afueras de Moscú, el cuerpo de Alexander Tyunin, de 50 años, director general de NPK Khimprominzhiniring, una filial del gigante nuclear estatal Rosatom, fue descubierto cerca de su coche en una carretera próxima a un bosque. Cerca del cuerpo se encontraron un rifle de caza y una nota manuscrita.

Según The Moscow Times del 19 de septiembre, la carta decía que Tyunin había decidido quitarse la vida tras cinco años de depresión cada vez más grave, que él describía como «cada año peor».

Aunque los medios de comunicación estatales rusos TASS se apresuraron a calificar el caso como un suicidio, la muerte de Tyunin se suma a una lista cada vez más preocupante de muertes inexplicables entre altos ejecutivos de los sectores energético, nuclear e industrial de Rusia desde que comenzó la guerra a gran escala contra Ucrania.

Tyunin dirigía Khimprominzhiniring desde abril de 2016, supervisando la producción de compuestos de carbono para la aviación, la energía y la industria. Posteriormente, la empresa se integró en Umatex, una división de Rosatom especializada en materiales avanzados que fue objeto de sanciones estadounidenses en febrero de 2023.

Tyunin es ahora el vigésimo alto directivo ruso que muere en circunstancias misteriosas desde febrero de 2022. El 8 de septiembre, en la región de Kaliningrado, las autoridades descubrieron el cuerpo decapitado del ejecutivo minero y de fertilizantes Alexei Sinitsyn. En agosto, las repentinas muertes de Dmitry Osipov, presidente de Uralkali, y Mikhail Kenin, fundador del gigante de la construcción Samolet, también suscitaron interrogantes.

Anteriormente, se informó de que la economía rusa se había ralentizado hasta casi paralizarse, y el director ejecutivo de Sberbank, Herman Gref, advirtió de un «estancamiento técnico» y de un crecimiento del PIB cercano a cero, lo que indica una presión creciente tanto sobre las industrias como sobre los hogares.

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