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¿El próximo tanque ruso? Una patente revela una máquina de guerra urbana de 152 mm con drones y lanzallamas
Ante la realidad del campo de batalla, que ha hecho que los tanques tradicionales sean cada vez más vulnerables, los ingenieros rusos proponen una radical transformación de ciencia ficción para el blindaje de la era de la Guerra Fría: cambiar la fuerza bruta por láseres, drones y lanzallamas.
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![Photo of Jamal Marcelin]( "Photo of Jamal Marcelin")
![Photo of Vlad Litnarovych]( "Photo of Vlad Litnarovych")
Una patente de diseño rusa presentada el 18 de junio describe una transformación radical de los antiguos tanques rusos en vehículos de asalto fuertemente armados, resistentes a los drones y adaptados a la guerra urbana, según informó el 17 de julio el medio de comunicación de defensa Army Recognition.
Desarrollado por ingenieros afiliados a la Universidad Técnica Estatal Yuri Gagarin de Saratov, el diseño propuesto combina un obús de 152 mm de cañón corto, vehículos aéreos no tripulados a bordo, un sistema autónomo de defensa láser y una estación de armas remota armada con un cañón de 30 mm y lanzallamas termobáricos.
La patente sugiere que Rusia está tratando de superar las limitaciones actuales de diseño de tanques mediante la evolución de su flota hacia vehículos de asalto híbridos capaces de operar en los entornos de campo de batalla irregulares y saturados de drones que se han visto en Ucrania.
El Kremlin recurre a la ciencia ficción para modernizar los anticuados carros T-72 y T-90
El diseño, si se lleva a cabo, mejoraría los actuales tanques T-72, T-80, T-90 y T-14 convirtiéndolos en vehículos polivalentes capaces de realizar operaciones de reconocimiento, penetración, fuego indirecto y operaciones contra aviones teledirigidos, escribió Army Recognition.
Se trata de un intento estratégico de adaptar la vetusta flota de blindados rusos a las realidades de la guerra moderna, especialmente en terrenos urbanos densos y montañosos, donde los tanques tradicionales suelen tener dificultades.
Guerra urbana al estilo ruso, con lanzallamas y rayos láser
La pieza central de la patente es un cañón compacto de baja balística de 152 mm con freno de boca, capaz de elevarse hasta 60 grados para fuego indirecto. Este ángulo tan pronunciado permite apuntar a enemigos situados en pisos superiores o en terrenos elevados, zonas a las que no pueden llegar los cañones de tanques convencionales, normalmente limitados a 15 grados de elevación.
Según Army Recognition, el acortamiento del cañón reduce la energía de la boca de fuego y debilita la capacidad perforante del blindaje. Los diseñadores afirman que esto se compensa con el mayor poder destructivo de los proyectiles de fragmentación de alto explosivo, que en calibre 152 mm se estima que son de 2,5 a 3 veces más eficaces que los proyectiles estándar de 125 mm.
Además de los proyectiles no guiados, el sistema admite munición guiada de precisión, incluidos proyectiles autodirigidos mediante guiado inercial o por radar activo.
Estos proyectiles, lanzados desde el cañón principal o desde contenedores externos, están diseñados para alcanzar objetivos desde arriba mediante descenso retardado por paracaídas, buscadores de radar/infrarrojos y aletas estabilizadoras, un concepto similar al del sistema KSTAM de Corea del Sur para el tanque K2 Black Panther, escribió Army Recognition.
Para apoyar el fuego indirecto y la puntería en tiempo real, la patente incluye un complejo de reconocimiento y fuego que incorpora sensores electro-ópticos telescópicos y vehículos aéreos no tripulados a bordo.
Estos drones, que pueden llevar cargas útiles de vigilancia o armas pequeñas, buscan objetivos y transmiten las coordenadas al sistema de control de tiro. Una vez recibidos los datos del objetivo, el tanque puede disparar un proyectil guiado que se orienta de forma autónoma utilizando su buscador a bordo.
El sistema de puntería está integrado en los puestos de mando del comandante y del artillero, lo que amplía las posibilidades operativas del carro más allá de los enfrentamientos tradicionales en la línea de visión.
El diseño retroadaptado incluye láseres, lanzallamas y una hoja de bulldozer
Encima de la torreta hay una estación de armas remota que alberga un cañón automático de 30 mm y lanzallamas de infantería de cohetes, probablemente RPO-A Shmel o sus variantes modernizadas.
El módulo gira de forma independiente y es capaz de atacar drones, helicópteros y amenazas situadas en posiciones elevadas, como tejados o laderas de montañas. Integrada con sistemas de protección activa como Arena-M o Drozd-2, la torreta puede ser activada automáticamente para contrarrestar municiones de ataque superior y drones merodeadores, señaló Army Recognition.
Una de las características más distintivas es un sistema autónomo de contramedidas láser activas integrado en la estación de armas.
Equipado con un generador láser cuántico y un telémetro, el sistema puede cegar o perturbar los sensores de puntería de los misiles y drones que se aproximan. También funciona como escáner activo, detectando amenazas mediante el análisis de los reflejos láser para determinar la dirección, la velocidad y el tipo, lo que permite el ataque preventivo mediante cañón, láser o lanzador termobárico.
El módulo láser funciona de forma independiente y aumenta el sistema de protección activa con una cobertura de amenazas de 360 grados.
Destinado a contrarrestar drones y combatir en terreno urbano denso
Para la supervivencia en el cuerpo a cuerpo, el diseño añade una hoja de bulldozer con protección dinámica incorporada: contenedores metálicos destinados a detonar o absorber los proyectiles antes de que impacten contra el casco. Este blindaje adicional está diseñado para operaciones de penetración a pie de calle y para contrarrestar las armas antitanque desplegadas habitualmente en escenarios de combate urbano.
El carro de asalto sigue siendo compatible con la munición estándar rusa e incluye una ametralladora de 7,62 mm junto a sus armas principales.
Un cargador automático horizontal sustituye al tradicional de tipo vertical, y la estación de armas puede funcionar independientemente del movimiento de la torreta, lo que da a la tripulación mayor flexibilidad para responder a amenazas multidireccionales.
Anteriormente se informó de que Rusia ha perdido más de 4.000 tanques en su guerra contra Ucrania, según datos recopilados por el grupo independiente de análisis militar Oryx. La cifra incluye tanques destruidos, abandonados o capturados, y se basa únicamente en documentación fotográfica y de vídeo.
