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La fábrica secreta de drones Shahed que alimenta la guerra contra Ucrania

El 20 de julio, los medios de comunicación estatales rusos difundieron nuevas imágenes de una instalación de producción de aviones no tripulados a gran escala en Yelabuga, Tatarstán, que fabrica aviones no tripulados Shahed-136 de diseño iraní bajo la designación rusa «Geran-2».
El vídeo, difundido por el canal de televisión «Zvezda» del Ministerio de Defensa, ofrece una rara mirada al interior de uno de los principales centros de ensamblaje de aviones no tripulados utilizados por Rusia para abastecer sus continuos ataques contra Ucrania.
🔴 This is how the Russian forces launch Shahed drones to attack Ukraine, using American Dodge pickup trucks, as seen in videos released by Russian state media. pic.twitter.com/Qhr04xzVBM
— UNITED24 Media (@United24media) July 20, 2025
Según Timur Shagivaleev, Director General de la Zona Económica Especial de Alabuga, se trata de la mayor fábrica de drones del mundo. Situada a unos 1.700 kilómetros de la frontera ucraniana, alberga decenas de cadenas de montaje y cientos de drones preparados para su despliegue.
Las imágenes muestran hileras de drones pintados de negro mate, una táctica supuestamente destinada a reducir la visibilidad durante las operaciones nocturnas y dificultar la interceptación por parte de las unidades móviles de defensa antiaérea ucranianas. Las fuerzas rusas han utilizado cada vez más estos drones en ataques nocturnos, aprovechando su reducida reflectividad bajo los reflectores.


Un elemento notable del reportaje es el uso de mano de obra menor de edad. Según la emisión, la línea de producción incluye a estudiantes adolescentes reclutados en la cercana Escuela Politécnica de Alabuga, que opera dentro de la misma zona industrial.
La institución ofrece formación especializada en la fabricación de vehículos aéreos no tripulados a estudiantes que empiezan en noveno curso. Tras graduarse, se les ofrece empleo directamente en la planta.


Los informes de los medios de comunicación rusos citan testimonios de que los estudiantes trabajan largos turnos -a veces sin descansos- y cobran entre 30.000 y 40.000 rublos al mes (aproximadamente entre 335 y 445 dólares).
Sus contratos prohíben revelar cualquier información relacionada con la producción de drones, y las infracciones se castigan con multas de entre 1,5 y 2 millones de rublos (entre 16.800 y 22.400 dólares).
Otros informes sugieren que los estudiantes son controlados mediante vigilancia y se enfrentan a la expulsión -y a importantes sanciones de reembolso para sus padres- si se niegan a participar. En tales casos, se puede exigir a las familias que reembolsen entre 170.000 y 420.000 rublos (entre 1.900 y 4.700 dólares) en concepto de gastos educativos.


Las instalaciones de Alabuga entraron en funcionamiento en 2023 y se construyeron específicamente para la producción en serie del Geran-2. Desde que adquirió los drones Shahed-136 a Irán, Rusia los ha rebautizado e integrado en su arsenal de ataque de largo alcance. Los UAV están preprogramados para seguir rutas fijas y atacar objetivos previamente designados.
Las especificaciones técnicas del Geran-2 incluyen:
Longitud: 3.5 metros
Envergadura: 2.5 metros
Peso: aproximadamente 200 kilogramos
Ojiva: hasta 50 kilogramos
Motor: Gasolina de dos tiempos de 50 caballos
Rango: hasta 1.800 kilometros
Velocidad de crucero: 180-200 km/h (hasta 300 km/h en descenso)
Altitud máxima: 4.000 metros
Tiempo de espera: 10-12 horas
El dron utiliza sistemas de navegación por satélite e inerciales CRPA, lo que le confiere cierta resistencia a la guerra electrónica. Sin embargo, la aeronave es notablemente ruidosa debido a su motor sin silenciador -según los informes, comparable al sonido de un ciclomotor-, que a menudo revela su posición durante el vuelo.

Otras imágenes de medios estatales rusos muestran el lanzamiento de los drones desde vehículos como camiones Dodge Ram de fabricación estadounidense.
La demostración abierta de las instalaciones por parte de Rusia marca un momento importante en su estrategia de comunicación, al mostrar tanto la escala de su producción de drones como su integración de los sistemas educativo y laboral en el complejo militar-industrial.
Anteriormente, Ucrania informó del derribo del dron Shahed número 30.000 de Rusia, marcado con el número de serie «Ы30000» y vinculado a la planta de Alabuga en Tatarstán. El hito puso de relieve la escala de la producción rusa de drones, con hasta 18.000 unidades supuestamente construidas en Alabuga sólo en el primer semestre de 2025.





