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Los científicos nucleares de Teherán regresaron discretamente a Rusia. He aquí por qué es importante

Irán y Rusia ampliaron la cooperación científica encubierta en 2024 a través de una serie de reuniones no divulgadas que involucraron a expertos nucleares, tecnologías de doble uso e instituciones sancionadas.
Científicos e ingenieros nucleares iraníes viajaron a Rusia en una segunda visita no divulgada entre el 7 y el 11 de noviembre de 2024, lo que generó preocupación en Washington sobre una posible colaboración en tecnologías de doble uso relevantes para el desarrollo de armas nucleares.
El viaje formó parte de un intercambio más amplio entre organizaciones de investigación vinculadas al ejército iraní e instituciones de defensa rusas, según informó el Financial Times el 19 de noviembre, citando documentación verificada mediante filtraciones de datos de viaje, listas de sanciones y registros corporativos.
Según la investigación, la delegación visitante estaba compuesta por físicos e ingenieros iraníes con pasaportes diplomáticos con números secuenciales, lo que, según el FT, indica una misión organizada por el Estado.
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Según informes, el grupo se reunió con entidades rusas involucradas en investigación clasificada de defensa, incluyendo la empresa sancionada "Laser Systems", que desarrolla tecnología para aplicaciones civiles y militares.
El viaje fue presuntamente coordinado por DamavandTec, una empresa iraní que sirve de fachada para la Organización para la Innovación e Investigación Defensiva (SPND), una rama del Ministerio de Defensa de Irán que está bajo sanciones estadounidenses por su presunta participación en la investigación de armas nucleares.
DamavandTec y su director, Ali Kalvand, fueron sancionados por el Departamento de Estado de EE. UU. en octubre de 2025 por facilitar adquisiciones en nombre de la SPND y organizar viajes de expertos nucleares iraníes a Rusia.
En una declaración al Financial Times, Jim Lamsom, exanalista de la CIA y actual investigador asociado sénior del Centro James Martin para Estudios de No Proliferación, afirmó que los científicos visitantes parecían buscar «tecnologías y conocimientos especializados en láser que les permitieran validar diseños de armas nucleares sin realizar pruebas nucleares explosivas».
El Financial Times señala que esta es la segunda visita de este tipo de la que se tiene constancia. En agosto de 2024, científicos iraníes también viajaron a Rusia en virtud de acuerdos similares. Se dice que Kalvand, quien al parecer se graduó en el Instituto Politécnico de Kyiv, encabezó la delegación anterior.
Documentos revisados por el Financial Times sugieren que las reuniones de noviembre tuvieron lugar en San Petersburgo, donde representantes de Laser Systems recibieron a delegados iraníes con el pretexto de «cooperación técnica».

Los registros internos indican que los visitantes estaban afiliados a universidades y centros de investigación iraníes vinculados al Ministerio de Defensa, y no a la empresa DamavandTec que decían representar.
En otro orden de cosas, el Financial Times también informó que Andrey Savin, exdirector técnico de Laser Systems y actual director de desarrollo de la empresa Jet Technologies, con sede en San Petersburgo, visitó Teherán en febrero de 2025.
Durante su visita, se reunió con directivos de DamavandTec y, según una fuente cercana al viaje, con altos cargos presuntamente vinculados al SPND. Savin también es profesor en la Universidad Técnica Estatal del Báltico «Voenmeh», una prestigiosa universidad rusa especializada en defensa.

Nicole Grajewski, experta en política nuclear del Carnegie Endowment for International Peace, declaró al Financial Times que las reuniones “constituyen una prueba creíble de que Rusia está ayudando a Irán en la investigación nuclear relacionada con armas nucleares”.
Añadió que la participación de instituciones estatales rusas en la transferencia de tecnologías de doble uso parece contar con un amplio respaldo político en ambos países.
Esta revelación intensifica el escrutinio sobre las actividades nucleares de Irán. En junio de 2025, Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), afirmó que su agencia carecía de pruebas definitivas de un programa de armas, pero señaló que las actividades de Irán habían generado una considerable ambigüedad.

“Ningún país del mundo enriquece uranio al 60% excepto Irán”, declaró Grossi en aquel momento, añadiendo que este nivel es “técnicamente casi equivalente” al enriquecimiento del 90% necesario para armas nucleares.
Irán ha negado sistemáticamente que su programa nuclear esté dirigido al desarrollo de armas y sostiene que tiene fines exclusivamente pacíficos. Sin embargo, funcionarios israelíes han afirmado que Teherán ha estado desarrollando tecnologías de detonación necesarias para activar una ojiva nuclear.
A principios de julio, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró que Moscú había reiterado su oferta de recibir el excedente de uranio enriquecido de Irán para su procesamiento y devolverlo diluido, apto para uso energético civil, retomando así una propuesta originalmente incluida en el acuerdo nuclear de 2015.
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