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Donbás: el epicentro de una guerra que se libra metro a metro

mapa del conflicto en ucrania

La región de Donbás, en el este de Ucrania, que comprende las provincias de Donetsk y Luhansk, ha sido un foco de contención geopolítica y militar desde 2014. Para Rusia, el Donbás tiene un significado polifacético: estratégico, económico, político y simbólico. Para entender el interés de Rusia en el Donbás es necesario explorar estas dimensiones.

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Por qué el Donbás es clave en la guerra

Historia del conflicto en la región

El conflicto en la región ucraniana de Donbás comenzó tras las protestas del Euromaidán  de 2014, que desembocaron en la destitución del presidente Víktor Yanukóvich. Rusia, contraria al giro de Ucrania hacia la Unión Europea, aprovechó la inestabilidad política para anexionarse Crimea en marzo de 2014. Poco después, las milicias prorrusas de Donetsk y Luhansk declararon su independencia, lo que provocó enfrentamientos con las fuerzas gubernamentales ucranianas. Rusia proporcionó apoyo militar, financiero y logístico a los separatistas, aunque negó su implicación directa.

Las manifestaciones de Euromaidan en 2014 (Fuente: Al Jazeera)
Las manifestaciones de Euromaidan en 2014 (Fuente: Al Jazeera)

En el verano de 2014, las hostilidades se habían intensificado, con intensos combates en zonas urbanas y el desplazamiento generalizado de civiles. Julio de 2014 marcó un momento decisivo, con el derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, atribuido a los separatistas apoyados por Rusia, que empeoró las tensiones internacionales. Los intentos de mediar en el conflicto desembocaron en los Acuerdos de Minsk de 2014 y 2015, cuyo objetivo era establecer un alto el fuego, la retirada de armas pesadas y reformas constitucionales en Ucrania. Sin embargo, Rusia y los separatistas prorrusos violaron repetidamente este acuerdo y los combates continuaron de forma intermitente.

Las secuelas del derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, atribuido a los separatistas apoyados por Rusia (Fuente: DER SPIEGEL)
Las secuelas del derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, atribuido a los separatistas apoyados por Rusia (Fuente: DER SPIEGEL)

En los años siguientes, el conflicto entró en un estado de «congelación», con escaramuzas de baja intensidad pero sin avances militares decisivos. Ambas partes mantuvieron posiciones atrincheradas a lo largo de la línea del frente, lo que provocó bajas regulares y una continua inestabilidad. Las sanciones internacionales a Rusia siguieron en vigor, pero la situación en Donbás mostró pocos signos de resolución. Mientras tanto, Rusia mantuvo su apoyo a los separatistas, que establecieron un control de facto sobre partes de Donetsk y Luhansk, a pesar de la falta de reconocimiento internacional.

La situación dio un giro radical en febrero de 2022, cuando Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania. En un principio, Rusia atacó Kyiv y otras regiones, pero reorientó sus fuerzas para centrarse en Donbás, donde se reanudaron los intensos combates. Desde entonces, el ejército ruso ha intentado capturar toda la región de Donbás para consolidar su control y ganar influencia en la guerra.

Interés estratégico de Rusia y Ucrania

La anexión de Crimea en 2014 planteó a Rusia un reto logístico: mantener una ruta terrestre segura hacia la península. El control del Donbás proporcionó un corredor terrestre crucial que conecta Rusia con Crimea a través del mar de Azov. Este corredor facilita el movimiento de tropas, suministros y recursos, mejorando el posicionamiento militar y estratégico de Rusia en la región.

Además, el Donbás es rico en recursos naturales, sobre todo carbón, que ha sido esencial para la industria siderúrgica ucraniana. Antes del conflicto, la región representaba una parte sustancial de la producción de carbón de Ucrania. Sin embargo, las continuas hostilidades han provocado la inundación de muchas minas de carbón, dejando inhabitables amplias zonas e interrumpiendo la producción.

Un mapa mostrando los recursos naturales y minerales del Donbás (Fuente: El Centro de Excelencia de Seguridad Energética de la OTAN)
Un mapa mostrando los recursos naturales y minerales del Donbás (Fuente: El Centro de Excelencia de Seguridad Energética de la OTAN)

A pesar de estas dificultades, Rusia ha intentado explotar los recursos de la región. Los informes indican que entidades respaldadas por Rusia han participado en la extracción y exportación de carbón desde el Donbás, a menudo a precios significativamente reducidos, minimizando así los derechos de exportación y maximizando los beneficios. Esta actividad económica no sólo apoya el esfuerzo bélico de Rusia, sino que también socava la base industrial de Ucrania.

Además, desde un punto de vista estratégico, el Donbás sirve de zona tampón entre Rusia y la Ucrania alineada con la OTAN. Rusia percibe la expansión de la OTAN hacia el este como una amenaza directa para su seguridad y su esfera de influencia. Al ejercer el control sobre el Donbás, Rusia pretende impedir que Ucrania se integre más en las instituciones occidentales y mantener un amortiguador geopolítico frente a la OTAN.

Esta zona tampón no es meramente territorial, sino también simbólica, ya que representa el deseo de Rusia de afirmar su dominio en el espacio postsoviético y desafiar la influencia occidental en Europa del Este. El conflicto del Donbás se ha convertido así en el emblema de luchas geopolíticas más amplias entre Rusia y Occidente.

¿Cómo ha cambiado el control desde 2022?

Avances y retrocesos en el mapa

Poco después del inicio de la invasión, las fuerzas rusas capturaron varias ciudades clave en las oblasts de Luhansk y Donetsk, incluidas Sievierodonetsk y Lisychansk. En julio de 2022, Rusia controlaba aproximadamente el 98,5% de Luhansk y alrededor del 60% de las provincias de Donetsk. Sin embargo, en septiembre de 2022, Ucrania lanzó una exitosa contraofensiva, recuperando lugares estratégicos como Izium, Balakliia, Kupiansk y Sviatohirsk en las provincias de Kharkiv y Luhansk.

Un mapa mostrando el progreso de la exitosa contraofensiva ucraniana en septiembre de 2022 (Fuente: Al Jazeera)
Un mapa mostrando el progreso de la exitosa contraofensiva ucraniana en septiembre de 2022 (Fuente: Al Jazeera)

Desde finales de 2022 hasta mayo de 2023, las fuerzas rusas se centraron en capturar Bajmut, lo que condujo a una de las batallas más sangrientas de la guerra. La ciudad cayó en manos rusas en mayo de 2023, pero con un coste considerable. Durante el resto de 2023, Ucrania consiguió mantener posiciones clave en las provincias de Donetsk y Luhansk, a pesar de las continuas ofensivas rusas. Sin embargo, los cambios territoriales significativos fueron limitados durante este periodo.

A principios de 2024, las fuerzas rusas intensificaron sus esfuerzos, capturando ciudades como Avdiivka y Marinka en la región de Donetsk. A pesar de los avances rusos, las fuerzas ucranianas lanzaron contraataques en zonas como Velyka Novosilka y Urozhaine, recuperando varios asentamientos. En octubre de 2024, las fuerzas rusas capturaron Vuhledar, una ciudad minera de carbón ucraniana clave en el sureste de Donbás, tras dos años de resistencia. La 72ª Brigada Mecanizada, la última unidad ucraniana en Vuhledar, confirmó la difícil decisión de retirarse en las redes sociales.

Mapa del conflicto en Ucrania, mostrando las zonas bajo ocupación rusa y por fuerzas respaldadas por Rusia (Fuente: Institute for the Study of War)
Mapa del conflicto en Ucrania, mostrando las zonas bajo ocupación rusa y por fuerzas respaldadas por Rusia (Fuente: Institute for the Study of War)

A principios de 2025, Rusia controlaba aproximadamente el 18% del territorio ucraniano, con la mayor parte de las provincias de Donetsk y Luhansk bajo su ocupación. Ucrania sigue defendiendo sus posiciones, con continuas escaramuzas y duelos de artillería a lo largo de las líneas del frente. En particular, las fuerzas ucranianas han logrado detener los avances rusos en zonas como Pokrovsk, a pesar de estar rodeadas por tres flancos.

Puntos de combate más activos

La situación en Donbás sigue siendo inestable y ambas partes se preparan para posibles escaladas. A principios de 2025, los principales ámbitos de participación activa son los siguientes:

  • Toretsk y Chasiv Yar: Las fuerzas rusas han intensificado las operaciones en estas zonas, con el objetivo de hacerse con el control de lugares estratégicos. Aunque las fuerzas ucranianas han logrado repeler varios asaltos, la situación sigue siendo inestable con escaramuzas continuas.

    La destrucción durante los combates en Toretsk entre fuerzas rusas y el ejército ucraniano (Fuente: Al Jazeera)
    La destrucción durante los combates en Toretsk entre fuerzas rusas y el ejército ucraniano (Fuente: Al Jazeera)
  • Kurakhove: Situada al oeste de la ciudad de Donetsk, Kurakhove ha sido testigo de importantes asaltos mecanizados por parte de las tropas rusas. A pesar de los desafíos, las fuerzas ucranianas siguen defendiendo la ciudad, empleando tácticas de guerra electrónica y contraofensivas.

  • Pokrovsk: Situada al suroeste de Donetsk, Pokrovsk ha sido objeto de los avances rusos. Las fuerzas ucranianas han llevado a cabo contraataques para recuperar las posiciones perdidas, lo que ha dado lugar a un frente dinámico y disputado.

    Pokrovsk en enero de 2025, en medio de los combates y los ataques repetidos de las fuerzas rusas (Fuente: NPR)
    Pokrovsk en enero de 2025, en medio de los combates y los ataques repetidos de las fuerzas rusas (Fuente: NPR)
  • Velyka Novosilka: En el extremo sur del Donbás, las fuerzas rusas han lanzado asaltos con el objetivo de cortar las líneas de suministro ucranianas. Las fuerzas ucranianas han contrarrestado estos esfuerzos, dando lugar a continuos enfrentamientos.

La batalla metro a metro

Terreno, trincheras y desgaste

Los combates en Donbás se han caracterizado especialmente por el uso de la guerra de trincheras, además de las dificultades que plantea el terreno de la región. El paisaje—caracterizado por densos bosques, campos abiertos y zonas industriales—ha requerido posiciones atrincheradas, lo que ha dado lugar a líneas de frente estáticas y enfrentamientos prolongados. Tanto las fuerzas rusas como las ucranianas han construido extensas redes de trincheras, búnkeres y túneles, que recuerdan las tácticas de la Primera Guerra Mundial, para proteger al personal de la artillería y los bombardeos aéreos. Esta estrategia de fortificación ha dado lugar a una guerra de desgaste, con desplazamientos territoriales mínimos durante largos periodos.

Soldados ucranianos cavando trincheras cerca de Bajmut, región de Donetsk (Fuente: YASUYOSHI CHIBA/AFP por Getty Images)
Soldados ucranianos cavando trincheras cerca de Bajmut, región de Donetsk (Fuente: YASUYOSHI CHIBA/AFP por Getty Images)

Como el terreno define el avance

Las dificultades del terreno también han afectado a la movilidad y la logística. La presencia de campos de minas, infraestructuras dañadas y condiciones meteorológicas como el barro y la nieve han dificultado el movimiento de tropas y suministros, complicando las operaciones ofensivas. Además, la densa vegetación y las zonas urbanas han proporcionado cobertura a ambos bandos, facilitando las emboscadas y los ataques por sorpresa.

En respuesta a estos retos, ambos ejércitos han adaptado sus tácticas. Las fuerzas rusas han empleado unidades más pequeñas y ágiles para infiltrarse en las posiciones ucranianas, mientras que las fuerzas ucranianas han aprovechado su conocimiento del terreno local para ejecutar contraofensivas eficaces. La interacción entre la guerra de trincheras y el paisaje del Donbás sigue dando forma al conflicto, convirtiéndolo en uno de los escenarios más difíciles y duraderos de la guerra.

Mirando hacia el futuro

Donbás es vital para Rusia por múltiples razones: estratégicas, económicas y políticas. Al controlar Donbás, Rusia se asegura recursos vitales, refuerza su posición militar y consolida su influencia sobre Ucrania. La región sirve como zona tampón frente a la OTAN y es un elemento clave en los objetivos geopolíticos más amplios de Rusia. Sin embargo, el coste humano de los combates en Donbás ha sido inmenso, y la zona sigue siendo un foco de inestabilidad en Ucrania.

La intervención de Rusia en Donbás no es sólo una adquisición territorial, sino también un mensaje a Occidente y una afirmación de su poder en el espacio postsoviético. A medida que se prolonga la guerra, Donbás sigue siendo un campo de batalla crucial que determina el futuro de Ucrania, Rusia y la región en general. La respuesta de la comunidad internacional a la crisis en curso seguirá desempeñando un papel crucial en la determinación del resultado de la guerra, pero para Rusia, el Donbás probablemente seguirá siendo una parte central de su estrategia en los próximos años.

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Euromaidán, o el Levantamiento de Maidán, fue una oleada de manifestaciones y disturbios civiles en Ucrania, que comenzó el 21 de noviembre de 2013 con grandes protestas en Maidan Nezalezhnosti, en Kyiv.

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