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- Guerra en Ucrania
En exclusiva: Ucrania practica la guerra de trincheras con combatientes extranjeros
En un campo de entrenamiento militar ucraniano, combatientes extranjeros aprenden lo que se necesita para sobrevivir a la guerra de trincheras. Muchos son voluntarios estadounidenses y británicos—algunos con servicio militar previo, otros sin él—que ahora se entrenan bajo la 25ª Brigada Aerotransportada «Sicheslav» de Ucrania.

La 25ª Brigada Sicheslav no es una unidad cualquiera. Formada en 1993 y con base en la región de Dnipropetrovsk, forma parte de las Fuerzas de Asalto Aéreo de élite de Ucrania. Probada en combate en Ilovaisk, Debaltseve e innumerables operaciones desde 2014, la brigada sigue siendo una fuerza de primera línea en la guerra contra Rusia.
¿Su especialidad? Ataques rápidos, combate urbano y asaltos de penetración profunda. Esa velocidad, disciplina y agallas en el campo de batalla se están transmitiendo ahora a los voluntarios internacionales que se incorporan a la lucha ucraniana.



Una fase central del entrenamiento se centra en las habilidades de combate cuerpo a cuerpo adaptadas al caos de la guerra de trincheras: espacios reducidos, giros rápidos y ningún margen de error. El lugar de entrenamiento imita el frente: un laberinto de trincheras y posiciones fortificadas. Aquí, los reclutas extranjeros aprenden a asaltar las líneas enemigas, despejar las trincheras, cubrirse unos a otros bajo el fuego y mantenerse con vida en la confusión de la lucha cuerpo a cuerpo.
Se hace hincapié en el movimiento en pequeños grupos, la coordinación bajo presión y la protección mutua durante los asaltos de alto riesgo.



Los simulacros son ruidosos, desordenados y deliberadamente intensos. Pirotecnia, humo, munición de airsoft y granadas de entrenamiento simulan la presión del mundo real. Los veteranos de combate ucranianos vigilan cada movimiento, ladrando correcciones, corrigiendo el espaciado o el uso inadecuado del refugio.

La coordinación del grupo es una prioridad absoluta. Debido a las barreras lingüísticas y a los distintos antecedentes militares, la comunicación eficaz es un reto: las órdenes son breves y a menudo se dan mediante señales manuales. En este entorno, el trabajo en equipo sincronizado es más importante que la potencia de fuego.

Pero no se trata sólo de tácticas. Los instructores están construyendo una mentalidad tranquila bajo el fuego, rápida por instinto y preparada para la supervivencia. Esta resistencia mental, dicen, es a menudo lo que separa a las unidades sólidas de las muertas.
Cada semana más extranjeros se unen a la defensa de Ucrania. Este tipo de entrenamiento les prepara para lo que les espera: una guerra que se libra metro a metro, a menudo cara a cara.




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