La flota rusa de bombarderos con capacidad nuclear acaba de sufrir un duro golpe. ¿Qué queda ahora?

Una tríada nuclear se refiere a la triple estructura de capacidades de ataque nuclear de un país: sistemas de misiles terrestres, misiles lanzados desde submarinos y plataformas de lanzamiento aéreas. En esencia, incluye bombarderos estratégicos, submarinos nucleares y sistemas terrestres fijos o móviles capaces de lanzar cabezas nucleares. Tanto Estados Unidos como Rusia mantienen este tipo de tríadas, y China se cuenta cada vez más entre sus filas.

Durante la Operación Telaraña del 1 de junio, Ucrania asestó un golpe devastador a la aviación estratégica rusa, uno de los tres pilares de su tríada nuclear. Para Ucrania, la operación fue un movimiento defensivo para detener a los bombarderos rusos, ya que Rusia utiliza regularmente sus bombarderos estratégicos para lanzar diversos tipos de misiles contra centros de población ucranianos. Sólo entre el 24 y el 26 de mayo, Rusia lanzó más de 90 misiles. Eliminar a los aviones responsables es un camino directo hacia un cielo ucraniano más seguro.

La flota de aviación estratégica rusa

No existen datos públicos precisos sobre la flota de aviación estratégica rusa, en gran parte porque Moscú hace todo lo posible por ocultarlos. Otra razón es el envejecimiento de la flota.

La aviación estratégica rusa está compuesta en su totalidad por diseños de la era soviética, la mayoría de los cuales se construyeron hace décadas. Desde el colapso de la URSS, apenas se han fabricado bombarderos nuevos. Los pocos que siguen volando han sido objeto de actualizaciones parciales, pero incluso ese proceso de modernización es angustiosamente lento. Como resultado, no está claro cuántos aviones son aptos para misiones, cuántos están almacenados, cuántos han sido retirados del servicio o cuántos están siendo modernizados. La mayoría de las cifras disponibles son estimaciones aproximadas:

• Tu-160 Blackjack: estimación de 12 a 21 aviones

• Tu-95 Bear: 58 aviones

• Tu-22M3 Backfire-C: 54 aviones

Los Tu-22M3 han sido los más afectados por los ataques ucranianos, por lo que la cifra anterior es aproximada. Antes de la invasión a gran escala, los medios rusos informaban de unos 60 en servicio.

Rusia carece de una cadena de producción sistemática de estos aviones. El Tu-95 ya no se fabrica. El Tu-160 se está ensamblando en el marco de un programa especial, pero los avances son lentos: sólo se han completado dos aviones desde 2022. El proceso de producción no es racionalizado, sino ad hoc. Tanto el Tu-160 como el Tu-22M3 se basan en gran medida en componentes y planos de diseño heredados de la era soviética.

¿Cuánto daño infligió Ucrania a la aviación estratégica rusa?

Durante la Operación Telaraña, la aviación estratégica rusa sufrió grandes pérdidas. 41 aeronaves de diversos tipos fueron destruidas o dañadas, informó el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). Entre ellos figuran:

• Avión de alerta temprana aerotransportado A-50

• Tu-95 bombarderos estratégicos

• Bombarderos Tu-22M3

• Bombarderos Tu-160

Los analistas de inteligencia de fuentes abiertas (OSINT) también informaron de daños en aviones de transporte militar An-12. Los A-50 desempeñan un papel fundamental en el reconocimiento aéreo y la adquisición de objetivos para misiles de largo alcance y operaciones de defensa aérea. Rusia sólo dispone de unos pocos, lo que los convierte en objetivos de gran valor. Su eliminación dificulta considerablemente las misiones aéreas ofensivas y defensivas.

No se dispone de un desglose exacto por tipo de aeronave y alcance de los daños. Sin embargo, los grupos OSINT han confirmado la destrucción de al menos 8 Tu-95 y 4 Tu-22M3, plataformas clave para los ataques con misiles de crucero contra Ucrania.

Las pérdidas irreparables

El SBU estima los daños totales en 7.000 millones de dólares, probablemente basándose en un coste unitario medio de 160 millones de dólares por Tu-160. Pero evaluar el coste real de estas pérdidas es prácticamente imposible. Pero evaluar el coste real de estas pérdidas es prácticamente imposible.

Los Tu-95 ya no se fabrican. Se cree que el coste real de un Tu-160 supera los 160 millones de dólares, algo que admiten incluso los expertos prorrusos. Un problema importante es la incapacidad de Rusia para establecer una línea de producción estable de estos bombarderos. A diferencia de los tanques, de los que Rusia puede producir entre 15 y 20 al mes, y de los cazas, que se fabrican a un ritmo constante (entre 1 y 5 al trimestre, alrededor de una docena al año), los bombarderos estratégicos no cuentan con un ecosistema de producción operativo.

Rusia tiene un proyecto secreto de bombardero conocido por varios nombres: Tupolev PAK DA, «Poslannik» y Product 80. Se dice que es un bombardero furtivo similar al B-2 estadounidense. Se dice que es un bombardero furtivo similar al B-2 estadounidense, destinado a sustituir a los Tu-95 y Tu-160. En principio, el proyecto estaba previsto para 2025 y la producción en serie para 2027. Sin embargo, hasta la fecha no se ha hecho público ni siquiera un prototipo funcional. Los medios de comunicación rusos han calificado el programa de «elefante blanco», una empresa costosa con perspectivas inciertas que sigue drenando recursos estatales.

En cuanto al resto de la flota, el envejecimiento no es sinónimo de inocuidad. A pesar de su edad, los aviones rusos restantes siguen representando una grave amenaza, no sólo para Ucrania, sino para la seguridad mundial. Todos los bombarderos operativos son capaces de lanzar misiles nucleares. Aunque las plataformas físicas son reliquias envejecidas, su poder destructivo sigue siendo muy real.