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Red de espías rusos: cómo el Kremlin fabricó identidades falsas en Brasil

Con las ambiciones geopolíticas cada vez más agresivas de Rusia, Brasil se ha convertido en un hub para los agentes rusos. Se cree que las actividades encubiertas de Moscú en América Latina tienen como objetivo reforzar la influencia rusa, recopilar información sensible y desestabilizar potencialmente el panorama político. La gran comunidad de expatriados rusos en Brasil y su posición estratégica en Sudamérica lo han convertido en un centro ideal para actividades de espionaje, incluidos ciberataques, vigilancia y reclutamiento de agentes locales.
La creación de identidades falsas por parte del Kremlin
Métodos utilizados para obtener documentos brasileños
Los agentes rusos—especialmente los que operan bajo una tapadera «ilegal» (es decir, espías encubiertos sin protección diplomática)—han utilizado varios métodos encubiertos para obtener documentos e identidades brasileñas. Estos métodos aprovechan los sistemas de registro civil de Brasil, históricamente laxos, y se han documentado en casos recientes de espionaje en los que agentes rusos se han hecho pasar por brasileños. Los métodos clave incluyen:
Aprovechamiento del laxo Registro Civil brasileño—Brasil permite a las personas solicitar certificados de nacimiento reexpedidos en las oficinas del registro civil sin necesidad de presentarse en persona o proporcionar verificación biométrica. Los agentes rusos se han aprovechado de ello para solicitar certificados de nacimiento de niños brasileños fallecidos—a menudo de zonas remotas o pobres—que murieron poco después de nacer y cuyas defunciones no se registraron correctamente.
Utilización de documentos falsificados o adquiridos fraudulentamente—Una vez obtenido el certificado de nacimiento, los agentes pueden solicitar legalmente otros documentos (por ejemplo, documentos nacionales de identidad, pasaportes, identificación fiscal) con la identidad supuesta. Estos documentos suelen autenticarse utilizando registros civiles reales pero obsoletos o incompletos.
Requisitos biométricos mínimos—Hasta hace poco, la expedición de documentos de identidad y pasaportes brasileños no exigía una sólida verificación biométrica. Esto facilitaba a los agentes extranjeros la obtención de documentos legítimos sin ser detectados.
Operar en Brasil o a través de consulados brasileños—Algunos agentes rusos viven en Brasil para consolidar su tapadera, matricularse en universidades o crear historiales laborales. Otros operan en el extranjero, pero utilizan consulados o misiones diplomáticas brasileñas para obtener documentos con identidades falsas.
Casos destacados de espías rusos en Brasil
Algunos casos notables de agentes rusos que se han aprovechado de estas lagunas son:
Sergey Cherkasov (“Victor Muller Ferreira”)—Haciéndose pasar por un brasileño nacido en 1989 con documentos auténticos, pero obtenidos fraudulentamente, consiguió el registro de extranjeros, el servicio militar, el carné de conducir y el pasaporte, y después buscó unas prácticas en la CPI en La Haya. Fue descubierto en abril de 2022, cuando las autoridades holandesas, avisadas por la CIA, lo detuvieron y deportaron a Brasil.
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Sergey Cherkasov. (Fuente: The Times) Artem Shmyrev (“Gerhard Daniel Campos Wittich”)—Operaba con un certificado de nacimiento brasileño de un niño inexistente y vivía en Río de Janeiro con una tapadera y un acento convincentes. Sin embargo, a finales de 2022, cuando las autoridades brasileñas le estaban cercando, huyó del país.
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Artem Shmyrev. (Fuente: Folha PE)
La red de espionaje ruso en América Latina
Expansión de operaciones en otros países latinoamericanos
En los últimos años, la inteligencia militar rusa ha ampliado significativamente sus operaciones de espionaje en América Latina, yendo más allá de bastiones tradicionales como Brasil para dirigirse a países como Argentina, Chile, Uruguay y Nicaragua. Esta expansión refleja tanto una estrategia geopolítica como una necesidad operativa. Las redes de espionaje rusas en estos países, de forma similar a sus operaciones en Brasil, a menudo se aprovechan de los registros civiles descentralizados y de la escasa supervisión para crear documentos de identidad falsos e historias falsas.

Uno de los objetivos estratégicos de la expansión de las redes de espionaje rusas en la región es el desarrollo de tecnología de vigilancia, vinculada a la expansión de la presencia militar. Por ejemplo, durante la última década, Rusia ha suministrado sistemas avanzados de vigilancia a Venezuela, Nicaragua y Cuba, capacidades fundamentales para el control del régimen y posiblemente para actividades de inteligencia de señales (SIGINT). En Nicaragua, Moscú ha establecido un centro de seguimiento por satélite y de entrenamiento militar, que se sospecha sirve de apoyo a la recopilación de información de inteligencia.
Otro objetivo es el establecimiento de «ilegales» encubiertos en toda la región. América Latina se considera un terreno fértil para los agentes «ilegales». The Economist califica la región de «patio de recreo para la inteligencia rusa», con un número cada vez mayor de agentes encubiertos que utilizan las identidades locales como trampolín hacia Europa y Estados Unidos. Del mismo modo, The Wall Street Journal y otros medios informan de que Rusia ha estado construyendo una «red de espionaje en la sombra» en México, dirigida a los corredores migratorios hacia Estados Unidos.
Otro objetivo es la explotación de sistemas de registro débiles, sobornando o infiltrándose para conseguir papeletas de nacimiento y documentos civiles en países con sistemas de registro poco estrictos, como Brasil, Argentina, Chile y Uruguay. En concreto, Argentina y Uruguay se han utilizado supuestamente para incubar identidades falsas que luego se han visto en Europa con pasaportes latinoamericanos.
Otro objetivo es alimentar las campañas de desinformación e influencia. El Instituto Estadounidense de la Paz destaca una creciente estrategia rusa de desinformación en toda América Latina, utilizando medios de comunicación locales, personas influyentes y campañas coordinadas para fomentar el sentimiento antiestadounidense y dar forma a las políticas gubernamentales. Estas tácticas complementan el espionaje creando un entorno más permisivo para las actividades encubiertas.
Reacciones de los gobiernos locales ante la infiltración
En lo que respecta a las respuestas oficiales de los líderes latinoamericanos al descubrimiento de operaciones de redes de espionaje rusas, ciertas o presuntas, dentro de las fronteras de sus países, los resultados han sido desiguales:
Brasil—En junio de 2022, las autoridades neerlandesas revelaron que el oficial del GRU Sergey Cherkasov—que utilizaba la identidad falsa brasileña «Victor Muller Ferreira»—fue detenido en un aeropuerto neerlandés cuando se dirigía a realizar unas prácticas en el Tribunal Penal Internacional. Posteriormente fue deportado a Brasil, donde la Policía Federal lo procesó por falsificación de documentos y lo condenó a prisión.
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A map to Sergey Cherkasov’s hiding place. (Source: US Department of Justice) Argentina—Aunque no se ha desenmascarado públicamente a ningún espía ruso en Argentina, los informes de los servicios de inteligencia europeos indican que «ilegales» han utilizado identidades argentinas en operaciones de espionaje en el extranjero (por ejemplo, uno fue detenido en Eslovenia con credenciales argentinas falsificadas). El gobierno argentino no ha confirmado las investigaciones ni ha hecho públicos los cargos, probablemente debido a sensibilidades diplomáticas.
Chile y Uruguay—Tras las alertas internacionales, tanto Chile como Uruguay han revisado discretamente sus sistemas de registro civil. Chile realizó auditorías de los registros rurales de nacimientos y defunciones, mientras que Uruguay cooperó con las autoridades europeas en la verificación de documentos, aunque ninguno de los dos países ha hecho declaraciones públicas ni ha emprendido acciones judiciales.
México—Funcionarios estadounidenses han advertido de que México se utiliza cada vez más como base para el espionaje ruso y chino dirigido a Estados Unidos. Sin embargo, el Gobierno mexicano del Presidente López Obrado restó importancia a estas afirmaciones y no tomó ninguna medida aparente.
Nicaragua y Venezuela—Tanto Nicaragua como Venezuela mantienen estrechas relaciones con Moscú en materia de defensa e inteligencia. Nicaragua alberga un centro de entrenamiento militar y de seguimiento por satélite operado por Rusia, que las autoridades estadounidenses sospechan que puede servir de apoyo a una recopilación de inteligencia más amplia, sin ninguna medida de contraespionaje. Además, Venezuela sigue cooperando con Rusia en materia de inteligencia y no ha actuado contra agentes rusos dentro de sus fronteras.
Desmantelamiento de la red y consecuencias
Operaciones de contrainteligencia en Brasil
Los esfuerzos de Brasil contra el espionaje ruso se han intensificado y se han vuelto más proactivos en los últimos años, especialmente tras el sonado desenmascaramiento del oficial de inteligencia militar ruso Sergey Cherkasov en 2022. A raíz de ello, la Policía Federal de Brasil y la agencia de inteligencia ABIN abrieron investigaciones sobre cómo Cherkasov obtuvo documentos brasileños auténticos utilizando la identidad de un bebé fallecido, un método que aprovecha las vulnerabilidades del sistema de registro descentralizado de Brasil.

Desde entonces, Brasil también ha cooperado con los servicios de inteligencia holandeses y estadounidenses y ha recibido solicitudes de extradición concurrentes tanto de Rusia como de Estados Unidos. Las autoridades se han negado hasta ahora a extraditar a Cherkasov, alegando el interés nacional.
Aunque Brasil ha mostrado interés y está avanzando en la cooperación en actividades de contrainteligencia dirigidas contra la proliferación de redes de espionaje rusas en América Latina, no se han puesto en marcha reformas nacionales integrales. Los retos estructurales, como la limitada capacidad de contraespionaje y la neutralidad política, siguen dificultando una respuesta más agresiva.
Impacto en las relaciones internacionales
Como era de esperar, el descubrimiento y desmantelamiento de las redes de espionaje rusas en América Latina ha tenido un efecto dominó en toda la región y más allá. Desde el aumento de la actividad de contrainteligencia, algunos de los impactos han sido los siguientes:
Refuerzo de la cooperación en materia de inteligencia entre América Latina y Occidente—Países como Brasil, Chile y Uruguay se han implicado más en los diálogos multilaterales sobre seguridad, especialmente en lo relativo al fraude de pasaportes, el abuso de los registros y los riesgos del espionaje extranjero.
Aumento de la presión occidental sobre América Latina para endurecer los sistemas de documentación civil—Se ha instado a los países latinoamericanos, especialmente a Brasil y Argentina, a digitalizar y centralizar los registros de nacimientos y defunciones y a mejorar los controles biométricos para la expedición de documentos de identidad y pasaportes.
Tensión diplomática con Rusia—Varios países latinoamericanos, en particular Brasil, se han enfrentado a la reacción de Moscú por la detención y procesamiento de espías rusos.
Las operaciones de influencia rusa en el hemisferio occidental en el punto de mira—Ta revelación de las redes de espionaje rusas ha reforzado la antigua preocupación de Estados Unidos por la presencia de los servicios de inteligencia de Moscú en la región, con especial énfasis en México y Nicaragua.
Recalibración de las posturas de los países neutrales—Países con políticas exteriores históricamente neutrales o no alineadas—como Brasil y Argentina—se han visto presionados para clarificar sus posiciones sobre el espionaje exterior y la actividad encubierta rusa. Aunque no han abandonado la neutralidad, algunos gobiernos han dado muestras de una mayor vigilancia, distanciándose sutilmente de Moscú para preservar las relaciones con Estados Unidos y la UE.
El desmantelamiento de las redes de espionaje ruso en América Latina no sólo ha desbaratado las operaciones de inteligencia del Kremlin, sino que también ha recalibrado la dinámica diplomática.




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