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Cómo las agentes femeninas de Putin utilizan el romance para infiltrarse en Silicon Valley y robar secretos tecnológicos estadounidenses

Según The New York Post (28 de octubre) y The Times de London, los servicios de inteligencia rusos y chinos estarían desplegando agentes femeninas para extraer información tecnológica sensible de especialistas en Estados Unidos.
Estas revelaciones provienen de Aliia Roza, una ex agente de inteligencia rusa en formación, quien afirma haber recibido instrucción en "técnicas de seducción y manipulación" como parte de un programa secreto de la época de la KGB.
En declaraciones a The New York Post, Roza afirmó que las agentes son entrenadas para "manipular emociones, sentimientos o cualquier cosa a su alcance" para obtener información.
Describió un método sistemático: encuentros casuales repetidos, interacción en línea y condicionamiento emocional antes de cualquier contacto directo. "Primero apareces en su vida —siete veces, para ser exactos—antes de establecer contacto", dijo Roza. "Cuando finalmente se conocen, su cerebro ya confía en ti".

Roza explicó que, una vez establecido el contacto, los agentes emplean el «bombardeo de amor» —una serie de mensajes afectuosos, halagos y fotografías—para generar dependencia.
Esto suele derivar en manipulación emocional, seguida de presión o amenazas para coaccionar a las víctimas a revelar información. «Si no me envías esta información ahora mismo, desapareceré para siempre», citó Roza como el ultimátum típico.
Según The Times de Londres, agentes rusos y chinos utilizan, al parecer, métodos similares para infiltrarse en el sector tecnológico, considerándolos una «ventaja asimétrica» sobre sus homólogos occidentales.
Expertos en inteligencia citados por el medio afirmaron que Estados Unidos, sujeto a marcos éticos y legales, no emplea tácticas comparables.

El relato de Roza coincide con la preocupación generalizada de la inteligencia estadounidense sobre el espionaje extranjero dirigido al sector tecnológico.
Según informó The Times, estas operaciones han involucrado relaciones sentimentales, matrimonios e incluso la formación de familias en torno a personas que trabajan en los sectores de defensa e innovación. En un caso descrito por The Times, una mujer rusa se casó con un ingeniero aeroespacial para obtener acceso a largo plazo a información restringida.
En febrero, el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de Estados Unidos advirtió que el Partido Comunista Chino había llevado a cabo más de 60 incidentes de espionaje en Estados Unidos durante un período de cuatro años.
La Comisión sobre el Robo de Propiedad Intelectual Estadounidense estima que estas actividades cuestan a la economía estadounidense hasta 600 mil millones de dólares anuales.

Roza, quien ahora reside en Los Ángeles, afirmó haber dejado la inteligencia rusa y desde entonces se ha convertido en oradora y consultora en manipulación psicológica.
“La educación es la prevención del problema”, declaró a The Post, instando a los trabajadores del sector tecnológico a verificar las identidades fuera de línea, evitar solicitudes que impliquen secretismo y mantenerse escépticos ante un interés romántico repentino acompañado de preguntas inquisitivas.
Anteriormente, NBC News informó que las agencias de inteligencia rusas han expandido significativamente su presencia en México, utilizándolo como base para espiar a Estados Unidos y difundir propaganda antiucraniana.






