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Con el respaldo de Rusia, Corea del Norte presenta misiles para derribar drones y aviones F-35 estadounidenses

Corea del Norte ha realizado pruebas de fuego real con dos sistemas de misiles tierra-aire de nuevo desarrollo, según un informe de la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA) del 24 de agosto.
Las pruebas, realizadas un día antes, tenían como objetivo evaluar el rendimiento de los sistemas frente a diversas amenazas aéreas, incluidos drones y misiles de crucero.
Las pruebas fueron supervisadas por altos funcionarios de defensa y se llevaron a cabo en un campo de pruebas bajo la autoridad de la Administración de Misiles de la RPDC.
Según se informa, los misiles demostraron una alta precisión y una rápida capacidad de respuesta, guiados por lo que fuentes norcoreanas describieron como una «tecnología única y especial».
El país afirma que ambos misiles interceptaron con éxito drones objetivo y misiles de crucero de vuelo bajo, lo que indica un avance en el desarrollo de una red de defensa aérea más integrada y con mayor capacidad de respuesta.

La KCNA no dio a conocer las especificaciones técnicas detalladas. Sin embargo, las evaluaciones de fuentes abiertas sugieren que los nuevos interceptores representan una mejora significativa con respecto a sistemas más antiguos, como el KN-06.
Los sistemas mejorados pueden contar con mecanismos de guía mejorados, incluyendo buscadores de radar o de modo dual, y podrían incluir propulsión de combustible sólido para un despliegue más rápido. Los avances en los sistemas de control de fuego podrían permitir el ataque simultáneo de múltiples objetivos, lo que aumentaría la capacidad del sistema para hacer frente a amenazas aéreas complejas.
El desarrollo coincide con la creciente cooperación militar entre Pyongyang y Moscú. Desde la firma de un acuerdo de asociación estratégica integral a principios de 2025, Rusia habría transferido sistemas de defensa aérea Pantsir-S1 a Corea del Norte.

Se cree que estos sistemas están desplegados cerca de Pyongyang y también se han observado en plataformas navales norcoreanas de nueva construcción, incluido un destructor de misiles equipado con sistemas de armas de origen ruso.
El jefe de Inteligencia de Defensa de Ucrania, Kyrylo Budanov, declaró anteriormente que Rusia había proporcionado asistencia técnica a Corea del Norte para perfeccionar el misil balístico de corto alcance KN-23.
Según Budanov, se corrigieron errores de guía de hasta 1,5 kilómetros, lo que mejoró significativamente la precisión y el rendimiento en el campo de batalla del misil. También señaló que Rusia podría ayudar a Corea del Norte a establecer la producción de drones de largo alcance basados en el diseño iraní Shahed-136.
Las últimas pruebas de misiles se producen mientras Corea del Norte se prepara para un evento político interno: un congreso del partido en el que es probable que se muestren los avances militares. El país sigue destinando importantes recursos a programas de defensa a pesar de la presión económica de las sanciones internacionales y los continuos retos internos.

Paralelamente, según Army Recognition el 25 de agosto, Estados Unidos y Corea del Sur han reanudado las maniobras militares conjuntas con plataformas avanzadas como aviones de combate F-35, buques de guerra equipados con Aegis y sistemas integrados de defensa antimisiles, actividades que Pyongyang condena habitualmente como ensayos para una invasión.
Los nuevos misiles de Corea del Norte están diseñados explícitamente para contrarrestar las amenazas aéreas modernas, incluidos los drones de vuelo bajo y los aviones furtivos avanzados como el F-35 de fabricación estadounidense. Las pruebas demostraron la capacidad del sistema para adquirir y neutralizar rápidamente objetivos en movimiento, lo que refuerza un cambio en la doctrina hacia la defensa contra ataques aéreos de precisión y municiones merodeadoras.
En este contexto, la decisión de Corea del Norte de revelar los avances en sus sistemas de defensa aérea refleja un cambio en las prioridades estratégicas.

Tradicionalmente centrado en las capacidades ofensivas de misiles, el régimen parece estar desarrollando ahora una postura defensiva más estratificada y multidominio. Los nuevos sistemas podrían desempeñar un papel en la protección de activos clave, como centros de mando, unidades de misiles e infraestructura crítica, frente a amenazas aéreas.
Las pruebas también se alinean con los esfuerzos más amplios de Corea del Norte por posicionarse dentro de una alianza trilateral con Rusia y China. Si bien el alcance de la cooperación técnica sigue sin verificarse, la aparición de equipo ruso en el arsenal de Corea del Norte y el momento en que se realizaron las pruebas sugieren una creciente coordinación estratégica.
La evolución de la dinámica de seguridad en la región puede obligar a los planificadores de defensa de Seúl, Tokio y Washington a reevaluar las suposiciones de superioridad aérea que han sustentado sus estrategias.
Anteriormente, el 15 de agosto, el líder ruso Vladimir Putin elogió a las tropas norcoreanas por su «heroica participación» en las batallas contra las fuerzas ucranianas en la región de Kursk. En una carta dirigida a Kim Jong Un, Putin hizo referencia a la creciente alianza militar entre ambos países y confirmó el despliegue de soldados norcoreanos para apoyar el esfuerzo bélico de Rusia.






