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Desde Moscú con óxido: Bielorrusia comienza a imitar las defensas antitanque improvisadas de Rusia
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Las tropas bielorrusas han comenzado a equipar sus tanques con blindaje antidrones improvisado —un "cobertizo para tanques" de fabricación casera y otras estructuras metálicas—tras estudiar las soluciones implementadas por Rusia en Ucrania. El Ministerio de Defensa bielorruso publicó fotografías el 4 de noviembre.
Estas medidas buscan contrarrestar los ataques de pequeños drones de ataque, pero los añadidos aumentan el peso, el tamaño y la dificultad de operación de los vehículos.
Bielorrusia realizó esta semana un ejercicio de entrenamiento de mando en un campo de tiro, donde las tripulaciones probaron protecciones improvisadas destinadas a neutralizar drones de vuelo estacionario y municiones merodeadoras.


Un T-72 recibió un sistema antidrones denominado «mangal» montado sobre la torreta; otro fue equipado con una estructura metálica que cubría sus laterales, el casco superior y el techo de la torreta. Ambos estaban cubiertos con redes de camuflaje en las fotos del ministerio, lo que impide determinar con precisión los materiales: malla metálica, chapa o celosía ligera.
Estas construcciones siguen un patrón que las fuerzas rusas comenzaron a utilizar a finales de 2023 y principios de 2024, cuando las tripulaciones añadieron jaulas improvisadas, cubiertas de chapa y otros sistemas antidrones antes de los grandes asaltos.
Algunas de estas improvisaciones se han complementado con púas de cable metálico cortado—una disposición en forma de erizo diseñada para dañar los rotores e impedir el armado de las ojivas— y los nuevos kits de Minsk parecen basarse en la misma idea.
Russian "Hedgehog" tanks somewhere near the frontlines. pic.twitter.com/ifi3N4vRzS
— ConflictLive (@conflict_live) November 2, 2025
La experiencia de campo es mixta. Los refugios improvisados pueden obligar a los atacantes a emplear más drones para lograr un derribo y, en ocasiones, dañar los rotores lo suficiente como para impedir el funcionamiento de una ojiva.
Pero también aumentan considerablemente el peso y el ancho del vehículo, reducen la movilidad, complican el mantenimiento y pueden dificultar la visibilidad y el acceso de la tripulación.

La adopción de esta tecnología por parte de Bielorrusia subraya dos tendencias de la guerra de Ucrania: la rápida transferencia de adaptaciones tácticas entre las fuerzas aliadas y el creciente énfasis en contramedidas de bajo costo frente a las amenazas de drones.
Anteriormente, China solicitó una patente para un blindaje protector modular para vehículos de combate de infantería (VCI) que se asemeja mucho a las soluciones ucranianas en el campo de batalla.






